En tres momentos decisivos de su historia reciente, Grecia ha perdido la oportunidad de transformación social, independencia política y libertad de la tutela externa, por obra de uno u otro de la familia Papandreou.
Los tres períodos de perspectivas prometedoras para el movimiento popular griego fueron:
· El período posterior a la derrota del ejército de ocupación nazi y el régimen títere colaborador, por la Resistencia griega respaldada por su Ejército de Liberación (ELAS-EAM) y sus aliados civiles. (1944−1945).
· La decisiva derrota electoral de la derecha del Nuevo Partido Democrático en 1981. Con el voto mayoritario, el Partido Socialista Panhelénico (PASOK) junto con el Partido Comunista controlaron casi los dos tercios del Parlamento. Heredando la economía capitalista “inviable, en quiebra y bancarrota” de la desacreditada y aplastada derecha, el PASOK recibe el mandato popular de socializar la economía.
· La crisis mundial de 2007 – 2010, y en particular, el estado de quiebra y sobre-endeudamiento del capitalismo griego, permitió la elección de George Papandreou (Junior) en 2010, sobre una plataforma de «cambio social» e incremento del bienestar social. Atrajo a la clase obrera y el apoyo de las bases sindicales para crear una nueva, moderna y más justa sociedad
Entre la revolución y reacción: el papel del viejo George Papandreou
En la cresta de la ola de la victoria de uno de las mayores guerrillas anti-fascistas de Europa, el movimiento de resistencia griego respaldado por más de 2 millones de combatientes avanzó hasta Atenas la capital de Grecia en octubre de 1944. Con escaso apoyo en el interior del país, George Papandreou fue sostenido por los aviones y tanques del imperio británico y la monarquía derechista en el exilio. En calidad de Primer Ministro ordenó el desarme de la Resistencia, y la agresión contra decenas de miles de manifestantes pacíficos en la Plaza de la Constitución en Atenas provocando cientos de heridos entre los luchadores griegos por la libertad, con el respaldo de las tropas de asalto británicas.
Bajo la presidencia de Papandreou se reclutaron para el ejército numerosos ex colaboradores nazis y monárquicos, financiados, armados y comandados por los británicos primero y los generales yanquis después. Más tarde sirvió como ministro en regímenes que lanzaron un asalto feroz contra los movimientos populares de masas de la izquierda. Convirtió lo que era un momento de alegría por la liberación en el inicio de un período miserable de represión salvaje y la restauración de toda la escoria de la clase alta de Grecia antes de la guerra, ahora junto con los colaboradores pro-nazis. Grecia se convirtió en un Estado cliente de los EE.UU. un estado policíaco cleptocrático financiado y subvencionado desde afuera, que se mantiene en el gobierno estimulando el padrinazgo de una burocracia clientelista divorciada de la industria moderna.
Tras la desaparición de la junta militar (1967 – 1974), la derecha griega llegó al poder, conservando gran parte del viejo aparato estatal y manteniendo una rica pero inoperante clase dominante que vive de las transferencias monetarias desde la CEE. El saqueo de los recursos del Estado, la quiebra de la mayoría de las empresas del sector privado, el atraso del sector agropecuario, el carácter cerrado y autoritario de las instituciones públicas y privadas, llevó a que la gran mayoría de la clase obrera, estudiantes, campesinos y desempleados, le diese una masiva victoria electoral a Andreas Papandreou. El voto combinado de los partidos socialista y comunista era superior al 60% y proporcionó una clara mayoría que podía transformar legalmente la sociedad y la economía. Por otra parte, el programa de Andreas Papandreou prometía «socializar la economía», modernizar el campo y romper con la dominación imperial. En particular, se comprometió a poner fin a la pertenencia a la OTAN y al acuerdo de bases militares con EE.UU.
Habida cuenta de la fragmentación, la desmoralización, dispersión y decadencia de la derecha, la oposición política a un avance socialista era mínima. Dado el alto endeudamiento del sector privado a los bancos estatales, el gobierno de Papandreu ni siquiera requería una legislación de expropiación de las empresas, se podría exigir: paguen o entreguen la llave.
Papandreou rechazó la posibilidad de transformar el sistema capitalista moribundo: ofreció nuevos préstamos, perdonó deudas e intervino para devolver las empresas rematadas a nuevos propietarios privados (extranjeros). En ese momento yo era asesor de Papandreou. Cuando le pregunté por qué no socializar las empresas endeudadas, respondió que «debido a la crisis, no es el momento de transformar la economía, habrá que esperar a que la economía se ponga en pie”. Cuando le contesté que él había sido electo para cambiar el sistema precisamente a causa de la crisis, y que una vez que el capitalismo se recuperase la oposición política y económica sería más fuerte, respondió que “la economía es demasiado débil para sostener un régimen socialista», Agregó que «la clase obrera sólo está interesado en el consumo, y no en la inversión para modernizar la economía».
En concreto, Papandreou restauró el capitalismo a pesar de su estado moribundo, aumentando la deuda pública en ese proceso. Durante su primer mandato más de ochenta por ciento de la opinión pública griega se manifestó a favor de cerrar las bases militares de EE.UU. y sus operaciones de inteligencia en Grecia. A través de la demagogia de balcón y las falsas promesas de actuar «en el futuro», Papandreu mantiene las bases. Del mismo modo, dio la espalda a la gran mayoría de los votantes que lo eligieron para retirarse de la OTAN, mediante la anodina “crítica” … desde adentro.. Peor aún, Papandreou continuó en la Comunidad Económica Europea aceptando las transferencias y préstamos a cambio de reducir las barreras comerciales. Esto inició un proceso de extraordinarias ganancias a corto plazo en el consumo y gasto estatal en un clientelismo basado en una burocracia hipertrofiada a cambio de la destrucción de los sectores industrial y agrícola de base. Papandreu utiliza las transferencias de la CEE para comprar los votos de los agricultores por medio de subsidios, los aumentos salariales a corto plazo a los trabajadores pero castigándolos con impuestos, y los préstamos a las élites empresariales. El déficit y la deuda crecieron, mientras que el aparato productivo que sostiene el consumo se marchita. El padrinazgo fue la «alternativa Papandreu» a la transformación social. La CEE estuvo dispuesta a financiar a Papandreou y aguantar sus políticas económicas inoperantes porque socavó y destruyó los movimientos sociales de cambio que inicialmente los llevaron al poder.
Mientras Andreas Papandreou denunciaba a la OTAN en los actos de masas, mantenía consultas semanales con el Embajador de los EE.UU. confirmando su lealtad a la alianza militar. Durante el primer año de su gobierno (1982 – 1984), cuando dirigí el Centro de Estudios del Mediterráneo y fui asesor no oficial de Papandreu, me sacaron por la puerta trasera de su casa en Kastri mientras el Embajador de los EE.UU. entraba por la puerta principal. Tiempo después me di cuenta que tomaba prestadas las críticas de la izquierda para justificar las políticas de derecha. Una práctica para la que se convirtió en un virtuoso del engaño. Más recientemente, un funcionario del Departamento de Estado me comentó una vez que prefería al joven George Papandreou a su padre Andreas: «las mismas políticas conformistas sin demagogia». Al cabo de los años, la retórica vacía y la práctica pro-OTAN de Andreas convirtió a toda una generación de militantes socialistas en oportunistas cínicos y arribistas, que sacrifican la solidaridad de clase ante el padrinazgo y los puestos lucrativos en la burocracia de la CEE para las ·”políticas sociales”. La generación posterior a la junta, los idealistas, los estudiantes del Politécnico en lucha, se convirtió en el robusto cuerpo de funcionarios estatales de la OTAN.
George Papandreou (nieto): La historia como farsa (tercer acto)
Al igual que los predecesores de su familia, George Papandreou nieto. fue electo en octubre de 2009 en medio de la más profunda crisis del capitalismo desde la década de 1930. Las finanzas griegas se fueron a pique, la economía entró en caída libre, el tesoro público se vació, el capitalismo estaba literalmente en bancarrota y los partidos de derecha estaban deshonrados y desacreditados.
Durante su campaña electoral Papandreou prometió un moderno estado de bienestar social, con prioridad para las inversiones sociales en salud pública, la educación y combate a la pobreza. Una vez en el poder, fiel a la tradición Papandreou, pegó el giro. Asumió una postura indigna que pretendía «descubrir» que el tesoro griego estaba vacío y el país en deuda y que la única solución era abatir el nivel de vida mediante la reducción de sueldos y los salarios, devastando programas sociales y jubilaciones para pagar a los bancos extranjeros. Como sus familiares predecesores, no hizo esfuerzos para cobrar los impuestos a los ricos o embargar las cuentas secretas en el exterior de los ejecutivos de las empresas, los propietarios de buques, los especuladores de valores, consultores, intermediarios de inversión, que estafaron a los contribuyentes griegos y los jubilados en miles de millones de euros. No se hicieron esfuerzos para recuperar las deudas de propietarios privados con las instituciones financieras estatales. Por el contrario Papandreou se dirigió a los estafadores de Wall Street como Goldman Sachs (que en 2001 facilitó el saqueo de los préstamos públicos para beneficio privado) para solicitar asesoramiento y apoyo.
Al igual que su abuelo, frente a la agitación popular, se dirigió a los poderes imperiales para guía y dirección. En efecto, Papandreou entregó la soberanía griega y la política económica a Merkle, Sarkozy, Obama y el FMI. Formuló el más draconiano programa de austeridad de la historia europea reciente. Los políticos de la UE y EE.UU., al encontrar un cliente más dócil y sumiso en Papandreou, insistieron en uno, dos, tres, muchas rondas de recortes a los niveles de vida, en un período de 4 meses (diciembre 2009-marzo 2010), reduciendo el régimen de vida de los griegos a los niveles de principios de 1980. Los dirigentes sindicales socialistas comenzaron una débil protesta simbólica que envalentonó a Papandreou y sus ministros de economía y finanzas a presionar por mayores concesiones, con la esperanza de satisfacer «el mercado «, un eufemismo para los financieros y especuladores.
Después de treinta años de la derecha y de la política de padrinazgo del PASOK, vía libre de impuestos para sus clientes de negocios y préstamos a los cleptocráticos e inoperantes “inversores”, un Papandreou siempre sensible a los banqueros extranjeros y sus mentores políticos imperiales, comenzó una escalada de represión de los movimientos sociales y sindicatos. Voló a París, Berlín y Washington para prometer más recortes en los presupuestos sociales, pidiendo financiación para rescatar al estado corrupto y la decadente clase dominante de Grecia.
Octubre 2009 apareció como una oportunidad histórica para poner en marcha un nuevo estado post-capitalista, poniendo fin al quebrado sistema económico clepto-especulador y sus partidarios de la derecha desacreditada. En lugar de eso, octubre se convirtió en una pesadilla política. El régimen de Papandreou y sus robots parlamentarios fue mucho más allá incluso de los regímenes de derecha anteriores en la erosión de los niveles de vida, se entregó el diseño, dirección y ejecución de la situación socio-política retrógrada económicos a la UE y Washington, que en defensa de sus élites financieras están decididos a extraer la última libra de carne de la clase trabajadora.
La política de Papandreu es «salvar la economía»… para destruirla. En medio de una profunda recesión, su régimen es reducir el gasto y los ingresos y el aumento de los impuestos al consumo regresivo; una fórmula segura para convertir una recesión en una depresión crónica. La misión histórica de los regímenes Papandreou es aceptar el imperio para salvar a los ricos, sin importar cuántos muertos anti-fascistas, trabajadores desencantados o jubilados miserables tengan que pagar el precio.
Conclusión
La historia política de la familia Papandreou es una tragicomedia griega, la tragedia de un pueblo que libró las mayores batallas contra los nazis y sus colaboradores sólo para que estos fuesen salvados por los nuevos gobernantes apoyados por los ingleses y norteamericanos. La heroica lucha estudiantil de la Universidad Politécnica (1973) contra las dictaduras militares apoyadas por los EE.UU. terminó presenciando el surgimiento de un demagogo seudo-populista (Andreas Papandreou) que prometió el socialismo democrático y trajo la socialización de la deuda privada de los cleptócratas capitalistas. Y ahora el último (esperemos) de la línea de aduladores imperiales (George Papandreou) que prometió cambios progresistas e impuso políticas regresivas, mientras entrega las llaves al poder y sus supervisores en el extranjero imperial. Más allá de la idiosincrasia política de Grecia, la historia de los gobiernos socialdemócratas griegos ilustran su papel histórico como los salvadores del capitalismo en crisis.
Se les permite, por parte de las elites nacionales y extranjeras, llegar al poder, porque tienen el respaldo popular para poner en práctica la dura política reaccionaria que los derechistas del desacreditado establishment son demasiado débiles para imponer. Al adoptar y hacer cumplir sus políticas impopulares y retrógradas, los socialdemócratas se distancian profundamente de su clase trabajadora y sus partidarios de la clase media baja, y cometen un suicidio político. Sin embargo, para los socialdemócratas, la Papandreou de Europa, sirvieron a sus propósitos: se revirtió la marea del cambio radical o revolucionario. Ellos sacrificaron sus regímenes, pero salvaron el estado capitalista.
Hoy, el más esperanzador y prometedor cambio es que la mística del PASOK de Papandreou se ha evaporado, incluso los más leales dirigentes sindicales socialistas no se atreven a levantar la mano para mantenerse en movimiento… ni se atreven a apuntar a una salida revolucionaria… Así que las huelgas generales seguirán … los anarquistas lanzarás sus misiles … los niveles de la ira popular irán en aumento… y la lucha continuará.
Artículo original: http://petras.lahaine.org/articulo.php?p=1800
La Haine