Hoy sábado 27 de marzo, la mayoría sindical vasca ha convocado movilizaciones en las cuatro capitales contra el brutal recorte de las pensiones y de derechos laborales y sociales que el gobierno español pretende imponernos a todos los sectores sociales.
Estas antisociales medidas contra las pensiones contemplan el aumento de la edad de jubilación de los 65 a los 67 años, retraso en la edad de prejubilación, incremento en el número de años en la cotización para el cobro de la pensión o el recorte de las pensiones de viudedad y de la prestación por incapacidad temporal.
También pretende golpearnos con una reforma laboral que facilitará y abaratará el despido, aumentará la flexibilidad laboral, incrementará la inestabilidad en los horarios laborales, ampliará el papel de ETTs y agencias privadas de colocación, alejará y centralizará la negociación colectiva.
Con estas medidas, en medio de la crisis que gobiernos, empresarios y bancarios generaron, no pretenden más que hacerla pagar a sectores obreros y populares. Y, sin duda, empeorarán especialmente la situación de mujeres y jóvenes, así como la de nosotras/os, las personas migrantes. Esto supondrá un fuerte deterioro en las condiciones del empleo de las y los que aún lo conservamos y una disminución o pérdida de las ya escasas cobertura sociales de que disponemos.
Las personas y colectivos migrantes, y en especial las mujeres, somos el eslabón más debilitado y vulnerabilizado de la sociedad. Las que debemos soportar los efectos más devastadores en todos los ámbitos de la crisis provocada por el capital transnacional tanto aquí, como nuestros familiares en nuestros países de origen.
Así, en el conjunto de Hego Euskal Herria la pérdida de empleo y la tasa de desempleo que ya soportamos las personas migrantes es 10 puntos mayor que la media. Somos víctimas especiales del aumento de la temporalidad y la precariedad, de la baja de los ya reducidos salarios y de una escandalosa subida de empleos sin contrato y sin ningún tipo de cobertura.
La rebaja en nuestras condiciones de vida como migrantes se traduce en un retroceso en el uso de servicios bancarios, el considerable hacinamiento en las viviendas, un incremento de la pobreza y la indigencia o la dolorosa reducción o, simplemente, la imposibilidad de enviar a la familias en nuestros países de origen el mínimo que necesitan para sobrevivir.
A las consecuencias de la crisis, las personas migrantes tenemos que soportar las políticas de extranjería que nos impone el Estados español. Efectos que se han incrementado con la última reforma de la “Ley de Extranjería”.
Por tanto, estamos experimentando un fuerte descenso del número de personas con autorización de residencia y trabajo, con el añadido de que el sector migratorio extracomunitario, no sólo necesitamos el trabajo para el sustento de nuestras familias, sino para poder mantenernos en situación administrativa regular y poder conservar unos mínimos derechos a prestaciones básicas.
Vernos en situación de desempleo, conlleva el incremento de la pérdida de documentación o el miedo a que esto suceda. Además, quienes estamos en situación irregular, para pedir el arraigo social, encontramos enormes dificultades para acceder
La rebaja en nuestras condiciones de vida como migrantes se traduce en un retroceso en el uso de servicios bancarios, el considerable hacinamiento en las viviendas, un incremento de la pobreza y la indigencia o la dolorosa reducción o, simplemente, la imposibilidad de enviar a la familias en nuestros países de origen el mínimo que necesitan para sobrevivir.
A las consecuencias de la crisis, las personas migrantes tenemos que soportar las políticas de extranjería que nos impone el Estados español. Efectos que se han incrementado con la última reforma de la “Ley de Extranjería”.
Por tanto, estamos experimentando un fuerte descenso del número de personas con autorización de residencia y trabajo, con el añadido de que el sector migratorio extracomunitario, no sólo necesitamos el trabajo para el sustento de nuestras familias, sino para poder mantenernos en situación administrativa regular y poder conservar unos mínimos derechos a prestaciones básicas.
Vernos en situación de desempleo, conlleva el incremento de la pérdida de documentación o el miedo a que esto suceda. Además, quienes estamos en situación irregular, para pedir el arraigo social, encontramos enormes dificultades para acceder a una oferta de trabajo tras obtener la autorización. Con lo que estamos siendo objeto de permanente acoso, persecución policial y finalmente de expulsión.
Exigimos junto a la mayoría sindical y social de este pueblo la retirada de todas estas medidas antipopulares. Es necesario un reparto equitativo de la riqueza en este país y en nuestros países de origen, más y mejor empleo, más derechos laborales, más protección social y un sistema fiscal más justo. Es necesario una transformación del injusto, explotador, patriarcal, esquilmador, militarista y uniformizante modelo actual de sociedad. Una transformación que aborde un cambio en los parámetros de la desigual relación Norte-Sur. Un cambio en el modelo de producción y de consumo. Un cambio, en definitiva, que garantice la justicia social, la soberanía de los pueblos y el futuro de la biodiversidad ecológica y cultural de nuestras sociedades.
Por todo ello, los sectores y colectivos de migrantes y refugiados que vivimos en el País Vasco, hacemos un llamamiento a las personas que procedemos de otros países y a la población en general, a movilizarnos hoy sábado a la tarde en las cuatro capitales junto a la mayoría sindical de este país. La lucha por los derechos laborales y sociales de este pueblo en el que vivimos, es también la lucha por nuestros derechos como personas migrantes y refugiadas.
Firmantes:
Mireya Perea. KIRA – Coordinadora de Inmigrantes y Refugiados/as de Araba
Silvia Carrizo. MALEN Etxea – Asoc. de mujeres inmigrantes.
Hafid Amaazian. ANITZAK Ekimena – Iniciativa de personas migrantes y con otros orígenes en Euskal Herria