Victor Brusa, el ex juez condenado en 2009 por el testimonio de Silvia Suppo
“Tenemos que ser muy cautelosos. Si fue un robo, no podemos estar alarmando a otros testigos. Y si fue un asesinato cometido por su rol como testigo de causas por los derechos humanos, no podemos estar hablando de un delito común”. Así definió Ana Oberlin, abogada de la agrupación H.I.J.O.S de Rosario, sus impresiones con respecto al crimen de Silvia Suppo, 51 años, testigo crucial en el juicio de 2009 que condenó por primera vez a un juez federal, Víctor Brusa (junto a un grupo de tareas) por delitos de lesa humanidad.
Victor Brusa, el ex juez condenado en 2009 por el testimonio de Silvia Suppo
Silvia Suppo fue apuñalada en su comercio del centro de Rafaela este lunes 29 de marzo a las 10 de la mañana. La abogada Oberlin, que lleva adelante otras causas por violaciones a los derechos humanos, sostuvo en conversación con lavaca: “Hasta ahora la información que tenemos de fuentes policiales que consideramos confiables, indica que puede haber sido efectivamente un robo, y que están cerca de saber quién pudo haberlo cometido. Pero aún en ese caso, y más en un lugar como Rafaela, no se explica el homicidio ni el ensañamiento”.
Secuestro, violación y embarazo
En 1977 Silvia Suppo fue secuestrada y violada por los grupos de tareas de Santa Fe. Tenía 17 años. Como consecuencia de las violaciones quedó embarazada, y los represores le practicaron un aborto “para subsanar el error”, según le dijeron. En 2009, relató su caso ante el Tribunal Oral Federal, y su testimonio fue clave para lograr la condena de todo un grupo de tareas, y la del primer juez federal condenado por violaciones a los derechos humanos, Víctor Brusa.
“Las doce puñaladas ponen en jaque la posibilidad de robo. Además, la asesinaron en una zona céntrica y ocurrió a las 10, un horario en el que pasa gente”, dijo Oberlin. Algunos medios en cambio informaron que fueron tres las puñaladas, lo que de confirmarse no cambiaría el fondo de la cuestión. ”Por lo que sabemos Silvia tenía un trabajo social importante, en diversos barrios, y eso abre la hipótesis de que haya reconocido a alguien que, por esa misma razón, decidió atacarla”.
Una nueva causa
Suppo fue una de las mujeres que testimoniaron en la causa que condenó al ex juez federal Víctor Brusa a 21 años de prisión por los delitos de privación ilegítima de la libertad agravada, vejaciones, apremios ilegales, coacción y tormentos ocurridos tras su secuestro y reclusión en el campo clandestino de concentración conocido como La Casita, cerca de Santo Tomé.
Corría marzo del 77 y Silvia tenía 17 años cuando fue secuestrada junto a su hermano, Rogelio, y un amigo, Jorge Destéfani, que luego sería su esposo. (Meses antes, en enero, los grupos policiales habían secuestrado a su entonces pareja, Reinaldo Hattemer con quien planeaba casarse). Suppo permaneció en cautiverio en la Comisaría Cuarta de Santa Fe y en el centro clandestino de detención ”La Casita” (de la menos aniñada Guardia de Infantería Reforzada), donde fue violada en diversas ocasiones y quedó embarazada. Luego se le practicaría un aborto, a cargo de la entonces carcelera policial María Eva Aebi.
Según consta en su declaración, Suppo identificó a Mario Facino como jefe de la comisaría donde estuvo secuestrada, y a Juan Perizotti como cabecilla de la Guardia de Infantería Reforzada.
A raíz de estas identificaciones y del detallado testimonio de violaciones y torturas, el Tribunal Oral Federal de Santa Fe condenó a 23 años de prisión a Héctor Colombini y Eduardo Ramos, jefe de la Dirección de Drogas Peligrosas y policía respectivamente; dispuso 22 años para Perizotti, 21 a Brusa, 20 a Mario Fascino, ex jefe del Comando Radioeléctrico de Santa fe y de la comisaría cuarta; y 19 años a la carcelera María Eva Aebi.
Pero además, Silvia impulsaba una nueva causa, como querellante y testigo de la causa por la desaparición de Reinaldo Hattemer, su pareja en aquel 1977. Reinaldo continúa desaparecido y Suppo era la única que llevaba los hilos de la causa.
En diálogo con la radio La Voz de las Madres, Lucila Pullol, de la agrupación HIJOS, reconstruyó la secuencia del asesinato: “Sabemos que entró una persona al negocio que ella tiene delante de su casa, cerró la puerta, la llevó atrás y apuñaló”. En tanto, la policía santafesina investigó el local (Siempre cuero) y registró la falta de artículos de oro y plata que allí se vendían. En ello se fundamenta la teoría del robo.
Pullol planteó al mediodía la hipótesis inversa: “Mientras no lo tengamos claro, para nosotros es un asesinato por sus declaraciones en las causas por crímenes de lesa humanidad”. ¿En qué se fundan las sospechas? Pullol: “Hemos tenido muchas amenazas e intimidaciones, pero siempre las denuncias se terminan relativizando. Esta vez no queremos permitir que se diga livianamente y antes de conocer detalles que esto ha sido un hecho común”