El pasado 28 de febrero, el Diario La Prensa, propiedad de Jaime Larach Canahuati, publicó un artículo intitulado «Célula Guerrillera en el Bajo Aguan», donde se pretende satanizar al movimiento campesino del Bajo Aguan. El artículo supuestamente está basado en datos provenientes de un «informe de inteligencia», el cual señala que el «apoyo de movimientos de izquierda, entrenamiento de la guerrilla y financiamiento estratégico del narcotráfico están detrás de los grupos campesinos».
No es la primera ocasión en que los periódicos propiedad de Larach Canahuati lanzan acusaciones en contra del movimiento popular, con la clara intención de polarizar la candente situación política en que se encuentra una de las zonas más pobres del país.
El fracaso de la reforma agraria, motivado entre otras por la Ley de Modernización Agrícola y el feudalismo que prevalece en las zonas rurales el país, ha servido para incrementar el alto grado de miseria que se vive en el Bajo Aguan.
La palma africana y su expansión acelerada en la costa norte de Honduras ha servido para fomentar el latifundismo, sirviendo a los intereses económicos de unos cuantos acaudalados que hasta la fecha se vienen apropiando de enormes extensiones de tierra, destinadas al cultivo de la oleaginosa en detrimento de la seguridad alimenticia del país.
En los últimos años, especialmente posterior al golpe de estado del año pasado, los capos de la palma han incrementado su actitud de hostigamiento hacia los grupos campesinos asentados en la región, los cuales reclaman con toda la razón sus derechos a la posesión de la tierra, el que les ha sido denegado históricamente en nuestro país.
La actitud asumida por el diario La Prensa al supuestamente hacer público el informe de inteligencia militar, implica una acusación que puede servir para originar y justificar una masacre de grupos campesinos, al enardecer a los latifundistas y sus ejércitos de sicarios al servicio de los intereses de la «democracia».
Los periódicos de Larach (Heraldo y Prensa) durante varios años han venido haciendo alarde del poder que tiene la distorsión de la información en la generación de la opinión pública. Los sectores más recalcitrantes en la defensa del status quo y por supuesto de los privilegios de la pequeña minoría que ha saqueado el país en detrimento de la gran mayoría, se han sustentado en los medios de Larach para denigrar y difamar a líderes, organizaciones y procesos que cuestiona el feudalismo imperante en el país.
Los amos y señores de la palma, René Morales y Miguel Facusse han sido señalados durante años como los acérrimos enemigos de los grupos campesinos, con las cuales mantienen disputas territoriales; hasta el punto que Facussé acusó, que las impugnaciones de los grupos campesinos son motivo por el cual instituciones bancarias internacionales han frenado empréstitos a sus empresas (http://www.latribuna.hn/web2.0/?p=99184 ).
El modelo agrícola que impone la palma africana además del enorme costo social, implica una deterioro ambiental, por la destrucción acelerada de los humedales y la enorme cantidad d agrotóxico utilizados en las plantaciones. Las comunidades garífunas han sufrido la tragedia de la voracidad de Miguel Facussé, el que en nombre del «desarrollo» se ha apropiado de lugares estratégicos, sin que las autoridades competentes medien en el asunto.
La volatibilidad del Bajo Aguan sumado a la ofensiva que se viene dando por los medios de comunicación del régimen, hace pensar que se está abonando el camino para emprender desalojos masivos de los campesinos radicados en el Aguan, bajo el pretexto del surgimiento de un movimiento armado.
El «informe» llega al extremo de canibalizar a la iglesia católica, en especial a los jesuitas, grupos ambientalistas y étnicos. Este no es el primer globo sonda conminando a la persecución de individuos y organizaciones de base, cuyo crimen es denunciar las iniquidades y ausencia de aplicación de justicia.
Ya para el 24 de agosto del año pasado, los periódicos de Larach hicieron eco de un artículo publicado por el Wall Street Journal, periódico de la cadena de Rupert Murdoch, en el cual acusaban al partido Unificación Democrática (UD), Federación Unitaria de Trabajadores de Honduras (FUTH), un sacerdote y un líder de pueblo negro, como contacto de las FARC
La publicación del artículo en cuestión, ocultaba siniestras intenciones por parte de los reales gestores del golpe en Honduras: La criminalización de la resistencia convirtiéndola de un movimiento pacifista a una replica de movimientos armados, fueron argumentos esgrimidos por los especialistas en desinformación de las agencias de inteligencia de los Estados Unidos.
Por supuesto que los nuevos asesores en seguridad provenientes de Colombia, están involucrados en utilizar a los medios de comunicación local, para estimular la imaginación de las masas, insinuando que el Bajo Aguan es un escenario de guerra. A partir de ese punto, es de esperar la implementación de los falsos positivos, situación en la cual son expertos los asesores de la democracia de la motosierra, que parece ser han venido al país como invitados de la actual administración.
El caso de los campesinos del Bajo Aguan es un indicador de la enorme disparidad que existe en Honduras en cuanto a la distribución de la riqueza, sin embargo la pobreza no es para Larach y Compañia un detonante social. Es simplemente parte del paisaje y una forma de conservar privilegios, mientras tanto persisten en practicar periodismo a la Judith Miller del New York Times (remember: armas de destrucción masiva en Irak). La lección ha sido interiorizada, estimular la imaginación desde los medios de comunicación y crear enemigos inexistentes, para así proceder a golpear, contando con el apoyo de la opinión pública.
Dado en La Ceiba, 2 de marzo de 2010
Organización Fraternal Negra Hondureña, OFRANEH