Hoy 12 de marzo el Banco Bilbao Vizcaya Argentaria celebra su Junta General Ordinaria de Accionistas en Euskalduna Jauregia. Pero el nombre adecuado que responde con precisión a su ideología reiteradamente demostrada, de este banco manejado por un sanedrín de individuos repletos de denuncias, juicios y sospechas debería ser BBAV Banco Bilbao Anti Vasco. Así, incluso así podrían reciclar las letras del acrónimo. El hecho de que la sede social, a efectos simbólicos, permanezca en Bilbao es una anécdota de la que no han podido todavía librarse.
Por resolución de Batzar Nagusiak /Juntas Generales de Bizkaia, se aprobó, el 15 de diciembre de 1986, la norma foral sobre signos de identidad esenciales del territorio histórico por la que la denominación oficial y única del mismo es el término Bizkaia.
Cuando se produjo la fusión de los bancos Bilbao y Vizcaya, el 27 de enero de 1988, ya se planteó esta inquietud y pocos días después dicho organismo solicitó, en concreto al Banco Vizcaya, que se considerase la oportunidad de aprovechar el cambio de nombre para adoptar la forma oficial de designación del territorio: Bizkaia. Se despreció tan sensata sugerencia muestra del grado de antivasquismo ya existente en estas entidades.
La fusión, por absorción, del Banco Bilbao Vizcaya y Argentaria, el 19 de octubre de 1999, tuvo para la mayoría de los vascos otras lecturas, no económicas, que conviene resaltar y reivindicar que presagiaban con el nuevo presidente Francisco González una feroz campaña de eliminación de los ya exiguos síntomas de vasquidad. El tiempo ha demostrado que este personaje es un declarado enemigo de la cultura vasca; los testimonios son numerosos. Los clientes de este Banco en Catalunya, no hace falta más que entrar en una sucursal, perciben justamente un entorno donde la lengua nacional es difundida y respetada recibiendo las comunicaciones inicialmente en la orales y por supuesto la escritas también en catalán. En Euskal Herria la agresividad contra la lengua es total. Todo los envíos los hacen en español y en las direcciones postales agreden la toponimia. Solamente en los pueblos euskeldunes los empleados por instinto natural y hábito cotidiano se relacionan en euskara, ya que no se les ha prohibido todavía, manteniendo una dignidad de la que se beneficia la institución.
Una muestra de esta crueldad contra la cultura vasca está en todas sus publicaciones. Tanto en la Guía Gastronómica y Turística Gourmetour 2004, editada especialmente para el banco que regalaron en la junta de 2005, como en los catálogos de las últimas exposiciones artísticas organizadas por la entidad, “Regeneración y Reforma. España a comienzos del siglo XX” en abril 2002 y “Pintura Española en la colección BBVA. Del Romanticismo a la Modernidad”, octubre 2003, mostradas en la villa vasca son un recital de la provocación. Así, en ellos se refieren de modo justo a A Coruña, Ourense, Girona, Lleida, Eivissa y todas las poblaciones de esas provincias y nacionalidades y, en cambio, pisotean con Vizcaya y Guipúzcoa, Aranzazu, Baracaldo, Fuenterrabía, Guecho, Guetaria, Igueldo, Luchana, Oñate, Pasajes, Vergara, Zarauz, Zumaya. La misma malévola discriminación hace al mencionar las denominaciones originales y oficiales de archivos, bibliotecas, museos, administraciones públicas de donde proceden las obras referidas. No es un error, es una voluntad premeditadamente perversa de tergiversar y burlarse de la toponimia, una riqueza cultural de un lugar y en definitiva ofender a la lengua vasca.
En la Junta de hoy si algún accionista pretende hacer una pregunta en euskara, como ya ha sucedido hace años, será además de censurado y silbado, conminado a abandonar la sala por los gorilas contratados y si tiene suerte quizá salga sin ser apaleado, lo mismo que si cuestiona cual será la actitud de la entidad cuando se aproxime la independencia de Euskal Herria. Todo esto por si alguno creía que este banco es vasco
Iñaki Uriarte
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