Alba era una joven medico navarra, de Gares, asesinada en El Salvador, mientras realizaba labores internacionalistas. El ejercito fascista salvadoreño la asesino sin contenplaciones, cuando estaba en la tarea de ayudar a un pueblo hermano.
La memoria de Alba, debe estar presente en Euskal Herria por siempre. Algunos de los mejores hijos de esta tierra dejaron su vida en tierras extranjeras, cumpliendo su tarea revolucionaria y Alba no es sino una de ellas.
La tradicion internacionalista vasca, no es pues, novedosa. Desde aquellos lejanos gudarias de los años 30 que muerieron combatiendo el fascismo español en Asturies y otros lugares, como Francia (cabe recordar que una ikurriña fue de las primeras en entrar en Paris, tras vencer a los nazis, ikurriña que portaba un batallon de ANV)hasta personas como Alba, assinada en El Salvador.
Boltxe Kolektiboa, como internacionalistas que somos, queremos recomendar encarecidamente la lectura de este libro de Txalaparta y aqui os dejamos una reseña tanto del libro como del autor
Cómo no quererte, Alba
Iñaki Gonzalo, Kitxu
Txalaparta 2010
Biografia
El 10 de septiembre de 1990, la joven médico de Gares Begoña García Arandigoyen, Alba, resultaba herida de bala durante un enfrentamiento entre una patrulla de las fuerzas Armadas de El Salvador y una columna de la guerrilla Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), del Frente Farabundo Marí de Liberación Nacional (FMLN). Según la versión oficial, la brigadista vasca murió a consecuencia del cruce de disparos entre ambos. Sin embargo, la realidad fue otra: Alba fue herida y capturada viva por los militares salvadoreños. Después, fue violada, torturada y ejecutada con un tiro en la nuca. La joven formaba parte del personal sanitario de aquella columna guerrillera que fue acribillada a tiros en los cafetales de las faldas del volcán de Santa Ana.
Esta obra es la historia que hubiera podido ser, la biografía, a veces imaginada, a veces real, de una gran mujer, de una revolucionaria cabal, Alba, que murió a miles de kilómetros de su casa, en una guerra contra la injusticia que hizo suya. Alba repartió su amor entre dos pueblos, entre los marginados, porque como ella solía decir, la lucha no tiene fronteras.
PEQUEÑO TEXTO DEL AUTOR, REFIRIRIENDOSE A SU «ZULO»
Desde mi zulo
El habitáculo donde permanezco veinte horas al día mide tres metros de largo por 1,80 de ancho. Consta de: un camastro de hierro, un taburete clavado al suelo, una mesa de madera de 80 cm. de largo y 40 de ancho,dos baldas de piedra, un retrete y el lavabo. Las paredes se cubren de humedad en invierno y se descon chan durante el verano. En la parte inferior de la puerta dispongo de un parapeto de periódicos y bolsas de basura, y en el agujero del retrete de una botella de plástico para que las ratas no entren por la noche.
Se nos sirven tres raciones al día en bandejas de metal. Durante los chapeos permanezco 24 horas al día en un espacio inferior a seis metros cuadrados; en los periodos de cumplimiento de sanciones, 22 horas diarias. No tengo acceso a ninguna actividad del centro, ni a la biblioteca, ni al cine, ni al salón de actos, ni al campo de futbol, ni a talleres. Durante los traslados nos encierran en jaulas de chapa metálica de un metro de l argo por 50 cm. de ancho. Su única ventilación consiste en una abertura en la parte inferior de la puerta. La estancia en estas jaulas se prolonga en ocasion es durente 10, 12 o14 horas. Con frecuencia el olor a vómitos es tan insoportabl e, sobre todo en verano, cuando las conejeras se convierten en autenticos hornos.
Recurro a una imagen gráfica: los vagones donde los nazis trasladaban a los judíos a los campos de exterminio. Los habitáculos donde 562 ciudadanos vascos permanecemos secuestrados están l ocalizados, aunque su acceso es complicado. El mío se encuentra en el número 4 de la calle Mártires de la ciudad de Ocaña, a 450 kilómetros de mi lugar habitual de residencia. Los interesados pueden dirigirse también al km. 72 de la carretera de Ayora, en Albacete, o al km.7 de la carretera de Olivenza, en Badajoz, o al punto kilométrico 10 de la carretera de Madrid a Jaén, o a Palma de Mallorca, o a Cádiz, o a Gran Canaria, o a Ceuta o a París. Propongo también que los interesados conozcan por dentro cualquiera de los 44 zulos del celular, sito en la localidad madrileña de Navalcarnero, o que se en trevisten con los ciudadanos vascos que llevan 7000 días encerrados en habitácul os de tres metros de largo por 1,80 de ancho. Durante mi estancia en prisión he sido testigo directo de ahorcamientos, intentos de suicidio, apaleamientos a presos sociales y del colectivo, vejaciones, cacheos humillantes, defunciones por enfermedad, episodios de una crueldad dificil de explicar e imposible de imaginar. Las huelgas de hambre, los txapeos, el enfrentamiento directo, la tensión, la soledad, el aislamiento, la rabia, la impotencia… son el contrapunto a los derechos que los chacales de la información aseguran disfrutamos los presos pol íticos vascos en el interior de los habitáculos donde nos mantienen secuestrados.
Iñaki Gonzalo Casal Kitxu (Egin, 1997.07.14)
Iñaki, autor del libro