“La hora es difícil, nos obligaban a dar un paso que implica
asumir responsabilidades que debía asumir Ajedrez (PC);
pues si Ajedrez se la jugara «de verdad» por la Rebelión
Popular y la Sublevación Nacional, impulsara su Política
Militar, sus milicias, se propusiera e impulsara con fuerza
la movilización, ningún sentido tendría otra fuerza revolucio
naria en la sociedad Chilena. Pero con la actual Dirección,
eso no parece posible, más bien aparece la tendencia inversa, no ha sido capaz de llevar adelante de forma consecuente la política de RP, SN. Hay vacilaciones, retrocesos”.
Informe elaborado el Comandante José Miguel en Junio del 87
Transcurridos seis meses del año 1987, nos disponemos ahora para evaluar este período , complejo sin lugar a dudas, y mirar hacia adelante. Antes que todo, debemos decir que lo hacemos cuando aún estamos conmocionados por la caída de doce valiosos hermanos. Ello implica una doble responsabilidad ante las etapas que vienen, una por el dolor y la rabia que esto significa, y también por el hecho de que no todos cayeron combatiendo ni en acciones combativas. Ya dijimos que nuestro dolor es inmenso, por cuanto conocimos de cerca a estos hermanos, varios de los cuales eran ya un ejemplo de valor y entrega para quienes convivían con ellos; pero, para los Rodriguistas, el dolor y la rabia no se transforman en llanto, sino en más fuerza y empuje para salir adelante. El dolor no nos detiene a llorar, pero golpes como estos deben hacernos detener y ver cómo avanzar mejor. Este es el espíritu que debe primar en cada reunión, donde deben estar en el centro el análisis objetivo de lo realizado y la búsqueda de cómo estar en la altura de las exigencias y las obligaciones que hemos adquirido ante nuestro pueblo.
Hermanos : A principios del año realizamos un ciclo de reuniones con el núcleo de cuatro Rodriguistas que debía jugar un papel aglutinado y central en el desarrollo del Frente. Lo hicimos entonces en la búsqueda de conclusiones más acertadas posibles del año 1986, en lo político general, y en lo particular de nuestra organización, y para trazar las perspectivas y tareas del año 1987. Concluimos allí, que este año iba a estar caracterizado por la conciliación de la burguesía y la oposición de centro-derecha, que había aprendido y conocido el potencial combativo del pueblo chileno, (véase 2 – 3 julio, atentado ) y sus organizaciones, y ante la disyuntiva planteada optaría por rendirse ante el régimen. Señalábamos además que veíamos como el único camino de las fuerzas populares y revolucionarias, el de ser capaces de desarrollar la fuerza político-militar que permitiera conducir al pueblo a grandes jornadas de lucha en la perspectiva de la Sublevación Nacional.
Todo esto, porque al caracterizar el año 1987, decíamos que:
Se mantienen las condiciones objetivas, o sea :
Subsiste y se agudiza el grado de miseria extrema en que se debate gran parte de la población .
La crisis que sacude al régimen y su aislamiento internacional que se profundiza.
El estado de ánimo y la combatividad de las masas se desarrolla en vertiginosa relación entre la creciente miseria, represión y creación de condiciones explosivas que el régimen no puede resolver sin el uso de la fuerza y el terror. Nuestro pueblo está marcado por la existencia de inmensas masas empobrecidas, juventud sin alternativa de estudio ni trabajo, sub-empleados y cesantes en las poblaciones, etc , y junto a ello marcado por la experiencia de lucha adquirida en el 86, en que el pueblo hizo suyas formas superiores de enfrentamiento con la dictadura .
De allí concluimos que lo central era, y es , el desarrollar una fuerza política ‑militar de vanguardia capaz de conducir a la inmensa masa de pobres y junto a ello, ser capaces de impedir al régimen, con la lucha multiforme de las masas , el llevar adelante su plan perpetuísta. Esta era y es la tarea central de este año.
Pero estos meses han sido indudablemente complejos . Manteniéndose y profundizándose las condiciones objetivas, el espíritu conciliador de la centro-derecha y ciertas vacilaciones de los partidos de izquierda e incluso en Ajedrez (PC), han ido, en la práctica retrasando la movilización del pueblo, o al menos no han impulsado al nivel que era posible. Estamos absolutamente convencidos de que los rasgos fundamentales de la situación en cuanto a las condiciones objetivas se mantienen, e incluso se profundizan. Los sucesos más recientes en torno a las relaciones ante los crímenes de nuestros compañeros, ratifican que aunque no siempre se expresa, está latente de ser estimulada, una inmensa combatividad y espíritu de lucha del pueblo.
Ya en nuestra opinión, es problema de la vanguardia impulsar la movilización y la lucha, y esto es un problema urgente por cuanto no es un proceso irreversible. Y es doblemente urgente cuando el régimen y el imperialismo hacen enormes esfuerzos por avanzar en un plan perpetuísta, que significaría fraude plebiscitario el 89 , y Pinochet hasta el 97, etc. Esto, el detener este plan de Pinochet, poniendo el movimiento es inmensa fuerza potencialmente acumulada, es un deber irrenunciable , y ante la historia deberemos responder por lo que hagamos o dejemos de hacer. Hemos hecho una proposición concreta, en cuanto a desarrollar un gran esfuerzo por el Frente y Ajedrez, dirigido a alcanzar grandes jornadas de movilización en septiembre:
En cuanto a la movilización planteada para estos meses y septiembre son objetivos centrales:
Crear y mantener a partir de hoy, una situación de movilización ascendente y y total en todos los planos, que logre desestabilizar al país (una situación de «crisis» , de «caos» ), que ponga en jaque al régimen, neutralice su capacidad represiva, lo disperse, etc.
Esta movilización por oleadas ascendentes, con movilizaciones sectoriales, pero también con protestas o paro nacional marcado, quizás, en sus inicios por la participación de la vanguardia, en ocasiones incluso solo, por sus acciones independientes .
Pero la apreciación del estado de ánimo de las masas, de esa enorme tensión y combatividad latente, (en particular entre jóvenes, pobladores, estudiantes, mapuches, etc .) se desprende que sus ritmos de incorporación tienden a ser muy superiores a años anteriores, y las formas de enfrentamientos más agudos.
Se trata de hacer de estos dos meses un intenso accionar de Ajedrez, sus milicias y su fuerza propia, que creen condiciones de movilización y desestabilización, que permitan grandes jornadas en septiembre, que nos pongan en la perspectiva de la irrupción de las masas que se atraviesen en forma decidida en el plan de perpetuación del tirano y su régimen.
Este es el único camino. Pero no es fácil avanzar por él. Esto, pues al no haber puesto en el «centro del centro» de estos seis meses, la lucha decidida y frontal (incluso en la búsqueda de la unidad), ha implicado retrocesos. (Lo que no contradice la justeza, en determinados períodos de adecuaciones tácticas). Pero la situación concreta es por parte, que entre las fuerzas opositoras, tras estos meses :
No hay cambios en la DC, que aparece decidida a no aceptar acuerdos ni alianzas hacia la izquierda.
Se alejan las posibilidades de entendimiento con otras fuerzas de centro- derecha.
Se ve en estos una tendencia a postergar la confrontación con la dictadura al 89 y aún más allá.
En la izquierda ha sido un gran avance el logro de la unidad. Pero allí aún vacilaciones que no son superables sin acompañar la política de alianza con el esfuerzo por la lucha . La vanguardia sólo puede imponer la unidad.
Por otra parte, esta forma de enfrentar estos meses ha derivado en serias dificultades, no sólo entre los partidos de oposición, hay cierta confusión en el pueblo, hay una baja en la lucha. Y a la par se ha generado un difícil problema con el Frente a partir de diferencias de opiniones, acerca de cómo llevar adelante la política de RP, se ha ido produciendo un proceso de «acusación» al F.
(ilegible)
Se ha tomado una resolución que se orienta al cambio de cuadros, pero por sobre todo de orientación al F. Se trata de hacer del F otro tipo de estructura en cuanto a su proyección y a las misiones a cumplir. Esto pues, junto a sus cuadros, se han puesto en discusión las UT (Unidades Territoriales), las fuerzas mapuches, el crecimiento, etc. Se aduce para tales cambios al que existían en el Frente Militar (y en particular en el Frente Patriótico) distorsiones acerca del TM (Trabajo Militar), «irregularidades que se arrastran y que se reflejan en el nivel político» y sobre todo «diferencias constantes en la Dirección Nacional y en los oficiales con la línea del partido, que han llegado incluso a adoptar la forma de una «fracción» dentro del partido, que daría instrucciones dirigidas a separar al Frente Patriótico del Partido y a las Milicias de la influencia del Partido.
Esto se fundamenta sobre todo en la reiteración por compañeros de la Dirección Nacional y compañeros oficiales de conceptos que se separan sistemáticamente de la política del Partido.
Así, bajo estos graves cargos es removida parte de la Dirección Nacional (DN).
Esto es una grave situación que por cierto marcaría de por vida a un conjunto de cuadros, combatientes e incluso estructuras militares del Partido.
Nosotros estamos convencidos de que el problema es otro.
A partir del período posterior al 2 – 3 de Julio 86, y el atentado, en las formulaciones y análisis del Partido que trazan la línea que se reiteran sistemáticamente, que son el origen profundo del actual problema, y que han derivado en consecuencias negativas para el Partido y para el pueblo. Estos cambios , se van expresando en:
P/: ¿Porqué el 86 no fue el año decisivo?
1.- Las «20 Resoluciones» de Noviembre del 86, que completan críticas al trabajo militar, pero no parten de la base del porqué el año 86 no se transformó en el año decisivo (en cuanto a poner fin a la dictadura ), no por causa de los errores del trabajo militar y el Frente Patriótico ( que por cierto influyeron ), sino que no se alcanzó la sublevación nacional por no contar el partido y el pueblo con la fuerza político-militar para ello.
Al revisar las resoluciones es innegable el hecho que el compromiso de todo el Partido, de sus órganos de dirección, los S. Regionales, etc, con el trabajo militar, sólo es tratado en forma tangencial. Y a raíz de esto, no se adjunta a las enmiendas al trabajo militar, la decisión ( real, no formal ) de perseverar en el fortalecimiento político-ideológico y táctico del conjunto del Partido, para suplir esa insuficiencia de nosotros, la vanguardia .
No queda en el centro entonces, lo principal en cuanto a que no fuimos capaces de contar con la fuerza necesaria para llevar adelante la Sublevación Nacional, lo que se manifestó en nuestra incapacidad para alcanzar niveles aún superiores de enfrentamiento, y por ende tampoco queda en el centro la necesidad de perseverar en acumular la fuerza necesaria para la Sublevación Nacional (SN).
Y esto se refleja en el contenido de las «resoluciones de la Dirección acerca del trabajo militar». Y en la forma de alguna de ellas, que por primera vez, ponen la desconfianza hacia el FP.( y los oficiales ) en el medio, y por cierto contribuyen a crear un desafortunado clima en el Partido ( y como reacción en algunos compañeros del Frente ).
2.- Con posterioridad, entre Diciembre 86 y Enero del 87, al elaborarse «la precisión táctica» para el período que venía , se reiteran estos cambios . Esto, pues se hace el análisis acerca de la necesidad de poner el acento en la búsqueda de la unidad durante un período, incluso previendo lo poco probable de su buen éxito. Con esto nos manifestamos plenamente de acuerdo y nos jugamos por ello. Se trataba de ganar tiempo, curar heridas, sentar precedentes, recomponer el cuadro y crear condiciones para abrir una brecha por donde irrumpiera nuevamente la movilización social y la lucha combativa de masas.
Pero esto no iba ni fue acompañando de la «otra parte», la permanente e irrenunciable, en términos de perseverar en crear las condiciones para alcanzar la SN exitosa. Pues si de una salida político-militar se trata, y de acumular fuerzas para ello, mientras existía fascismo, y por relación directa, política de rebelión popular y sublevación nacional, la actitud militar (no el accionar) no puede subordinarse a la situación política (a la «coyuntural»), pues en este terreno es enorme el vacío y debemos avanzar muy rápido. Y en este momento ya no se habló de fortalecer, de desarrollar el trabajo militar, sino de » reestructurarlo» solamente. Y esto lo señalamos en ese momento.
Y esto tuvo consecuencias políticas y prácticas que se reflejan, en nuestra opinión, tras estos meses en:
a) Cierto grado de confusión creado en el pueblo e incluso en el interior del Partido, (y en el Frente Patriótico, por cierto) acerca de la política de la vanguardia y el camino a seguir para terminar con la dictadura. (Surgen interpretaciones que hablan incluso de la derrota militar del Partido).
b) El debilitamiento objetivo del trabajo militar del partido, tanto lo político-ideológico como lo orgánico, (hoy hay menos unidades de combate, menos milicia , menos talleres de armamento, etc, y por cierto hacen más falta).
3.- Las resoluciones de Marzo y Abril, relativas al trabajo militar de estas (sobre todo acerca del papel de las unidades territoriales ) reflejan cambios en la concepción de esta fuerza.
P/: ¿Qué se requiere para la unidad?
Pero causa entonces gran inquietud la tarea de enfrentar la movilización de masas, pues no se pone en el centro, incluso de la propia búsqueda de la unidad, el papel de la lucha, de la movilización combativa del pueblo y en primer lugar del Partido. No se actúa con la decisión y empuje característico del Partido al enfrentar conflictos y movilizaciones, previas y posteriores a la visita del Papa.
Esto pues, no se parte del hecho de que la tendencia profunda es que el espíritu de lucha del pueblo es hoy más fuerte que el entreguisno de la centro-derecha. Esto independientemente de que no siempre se expresa abiertamente. Y como producto, en primer lugar, de la experiencia de lucha que el Partido les hizo transitar en estos años.
Movilizaciones del 87 pobres.
Y de allí, de esta suerte de indecisión, en nuestra política respecto a la movilización, se deriva, en medida importante, la debilidad del 25 de Marzo, del 1o de Mayo y las demás movilizaciones .
Estos vacíos en la línea (como han sido señalados recientemente por la Dirección) han traído (tras estos ocho meses ) algunas consecuencias :
Referencias al Pleno del 85.
1.- Han surgido dudas, inquietudes, en el conjunto del Partido acerca de si no se estaría abandonando el camino del Pleno del 85. Y estas dudas son mayores en las estructuras militares y del FP, que son más sensibles a ello.
2.- Se ha producido un retraso, en lo político-ideológico y en lo práctico, del trabajo militar del Partido. Esto se expresa en la subvaloración en el partido del trabajo militar (y en esto influye no poco la actitud de la CON) y en los aspectos orgánicos-materiales ( véase reducción de número de UC, MR, Talleres, etc,).
3.- Ha habido una baja en la movilización de masas en estos meses. Véase 25 de Marzo, 1o de Mayo, 4 de Junio. Todas pudieron dar mucho más. Faltó decisión, pertrechos, planes, etc.
4.- Ha hecho aparición un grupo de tendencia derechista en el Partido. No es nuevo. Pero hoy se envalentona, ante posibilidad de ganar terreno dentro del Partido y decide hacerse público.
Hay que decir que ante todo esto, es indudable que existen opiniones, dudas, inquietudes, incluso diferencias acerca de los pasos dados por el Partido en estos casos. Estos están acentuados en el trabajo militar, aunque se dan en todo el Partido. Y es así, pues el FP es más sensible a ello, por ser una estructura militar, por haber hecho un gran esfuerzo en estos años por impulsar la política de Rebelión Popular, etc. Y este es el problema político central ante el cual nos hallamos.
Las acusaciones acerca del trabajo fraccional no son sólidas ni suficientes. La investigación aparece perjuiciada y parcial. Se basan en opiniones que reflejan diferencias con los cambios de concepción de estos últimos meses.
Hay también errores e insuficiencias políticas en nosotros y en nuestros compañeros. Pero al analizar las opiniones, a veces un tanto vehementes, e incluso en algunos casos adoptando actitudes, no se puede ignorar que en estos, jefes, combatientes y oficiales, hay también una reacción que se relaciona al no poder entregar opiniones, a una sensación de impotencia y de defensa de lo que ellos realizan con absoluta convicción revolucionaria, y en lo que incluso juegan su vida.
Y no cabe dudas, de que la solución de este y otros problemas de índole político se dificultan, al existir criterios acerca de la discusión política en el Partido, que no pueden compartir. Y que se han venido expresando a lo largo de meses, con especial rigor respecto a las estructuras militares.
Se ha dado, a partir de Noviembre, una tendencia a la desconfianza en el FP, el trabajo militar y los oficiales (y que se ha hecho llegar al Partido). Esto se relaciona con que se toman las inquietudes y dudas como la no adhesión a la política del Partido. Y esto no solo hacia el Frente, sino que respecto al conjunto del Partido .
Tener opiniones diferentes es sinónimo de actitud anti-dirección. Todo fenómeno diferente es estigmatizado como opinión conflictiva, falta de claridad, no comprensión de la línea. Y esto :
Crea temor a expresarse, lo que quita riqueza a la política del Partido.
Crea la práctica inorgánica de conversar fuera de las instancias orgánicas. Es normal tener «dos opiniones». Y esto no es un fenómeno de trabajo militar, sino un fenómeno político orgánico, producto de vacíos en cuanto a la democracia interna del Partido.
Crea la peligrosa práctica de la «adulación» y la «obediencia ciega» ( tan criticada por Gorbachov).
Permite la generación de una política de cuadros que valora más la «incondicionalidad» a la dirección, que la capacidad, el grado de aporte, el desarrollo, etc.
El carácter «marginal» de las opiniones que uno entrega, pues bajan resoluciones en las que no se ha tenido participación, no incentivo el aporte en la elaboración de la política en cada ámbito. Esto se ha acentuado en el último tiempo respecto al trabajo militar. Las resoluciones bajan primero (véase unidades territoriales, trabajo mapuche, autodefensa de masa , asignación de oficiales, etc.) Y luego se consulta la opinión».
Por último, esto ha permitido que se den en el Partido prácticas persecutorias, incluso, «policiales», hacia aquellos que opinan diferente.
Todo esto es en extremo grave. Y pareciera un hecho en el que existan interesados compañeros, intentando que el Partido se deshaga del Frente. Es difícil explicarse de otra forma el tratamiento que hace casi un año, se viene dando a la CM, al FM, al FP, a su Dirección Nacional. Y que hoy se materializan en resoluciones que incluso pretenden desconocer lo que ha significado el Frente Patriótico, sus acciones, sus héroes y mártires, y que son ya una adquisición histórica de nuestro Pueblo.
Creemos entonces que el problema central serían diferencias acerca de los pasos dados en los últimos ocho meses, acerca de las concepciones con que se ve hoy el trabajo militar y la lucha en general, y acerca de cómo se mantiene la aplicación de la estrategia trazada en el Pleno del Comité Central de Enero 85. En las estructuras militares sobre todo, pero en numerosos militantes, existirían opiniones diferentes a la dirección del Partido. Dijimos que para resolver estas diferencias lo más positivo, junto a la discusión política franca y sin prejuicios, sería el elevar la lucha, el pasar a niveles muy superiores del accionar que permita desestabilizar al país, (hoy agregamos que permita recoger la indignación popular ante la oleada de crímenes) y que cree condiciones para que las masas irrumpan y se atraviesen en el plan perpetuísta del régimen.
Planteamos que es decisivo el empuje y decisión de la vanguardia . Y esto disiparía en nuestros compañeros las dudas acerca del mantenimiento o no de la política de Rebelión Popular y Sublevación Nacional .
Sin embargo la respuesta ha sido negativa. Sólo se ha accedido a posponer por unas semanas las resoluciones. Aparece como que :
Se ha decidido «deshacerse» del FP.
No es un problema de «flexibilidad política». Es mucho más profundo.
Esto es entre revolucionarios, pero hay visiones que se aparta cada vez más acerca del camino a seguir.
Hay una visión que desea abandonar (en los hechos) la política de SN. Estamos ante la inminencia de que el F sea apartado del Ajedrez. No es algo fácil, pero como revolucionarios debemos ver esto desde el punto de vista de la revolución, no tenemos derecho a renunciar a esto que nos trasciende y es patrimonio de Chile y su Pueblo.
El camino no será fácil, en un inicio será más duro, el peso de Ajedrez es grande y no lo subestimamos. Sus militantes son valiosos y revolucionarios.
Aquí se trata de diferencias con la dirección de Ajedrez y no con Ajedrez.
Pero nos asiste las razones, la autoridad moral que es hermana de nuestros héroes, mártires, de nuestra lucha diaria y la enorme simpatía con que contamos entre el pueblo y el propio Ajedrez.
La hora es difícil, nos obligaban a dar un paso que implica asumir responsabilidades que debía asumir Ajedrez; pues si Ajedrez se la jugara «de verdad» por la RP y la SN, impulsara su PM, sus milicias, se propusiera e impulsara con fuerza la movilización, ningún sentido tendría otra fuerza revolucionaria en la sociedad Chilena. Pero con la actual Dirección, eso no parece posible, más bien aparece la tendencia inversa, no ha sido capaz de llevar adelante, de forma consecuente la política de RP, SN. Hay vacilacione , retrocesos.
Estamos convencidos de que esto puede implicar, quizás a mediado plazo, cambios en Ajedrez, pues la masa de militantes también está atravesando por dudas e inquietudes, pero los vacíos de democracia en Ajedrez no nos dejan ya espacios de discusión y nos obligan a no aceptar determinadas resoluciones. Y, por esto en la disyuntiva, no podemos ni debemos vacilar. Las circunstancias históricas nos han puesto a las puertas de un proceso vertiginoso de lucha ascendente, que puede derivar en la SN, y nos plantea en la perspectiva del poder para el pueblo. Los revolucionarios consecuentes no tienen derecho a dejar pasar tal situación.
Hoy nos planteamos avanzar para alcanzar en los meses de Septiembre-Octubre, niveles de lucha superiores al 86, un gran paro-protesta, que cree condiciones para que las masas irrumpan y se atraviesen en el plan de Pinochet.
Quisiéramos que los problemas se resolvieran, e incluso se pospusieran hasta después de estas jornadas, pero no estamos seguros de que exista esta disposición. (Eso porque la separación del F del Ajedrez causaría daño a la situación política general).
Pero si no es así, hemos de constituirnos en una vanguardia, fuertemente acercada, firme en lo político-ideológico, preparada para superar enormes dificultades que nos esperan. Como ya hemos dicho, tenemos que consolidar a «Rodriguistas», que «sepan que han escogido el camino más difícil, el más duro; pero el único realmente digno y que conduce a la victoria. Conscientes de que la historia nos ha puesto en este trance histórico en el cual sólo la lucha decidida y frontal, fundidos con el pueblo y con las armas en la mano, nos hará libres». Esto es un inmenso desafío para los Rodriguistas.
El pueblo está ansioso de ver una alternativa clara y con perspectiva definida para enfrentar a Pinochet, y el F bosqueja de hechos una actitud de lucha frontal, decidida e inclaudicable…
Estos meses de relativa baja acción no han sido en vano, ha habido desarrollo en las unidades, sobre todo en las UT. Sí, pero también en los niveles intermedios de mando. Esto se ha expresado en el accionar desplegado como respuesta a la muerte de nuestros compañeros. Esta capacidad combativa acumulada en estos meses es un gran mérito de nuestros jefes.
Esto debe elevar mucho más, y a la par, nuestra actitud de discutir en el seno de Ajedrez, de actuar con la razón, de no «automarginarnos» nos ha permitido ganar terreno, trasladar las inquietudes justas y honestas a otras estructuras de Ajedrez y en definitiva constribuir a la lucha que se libra contra las tendencias reformistas, también en el seno de Ajedrez. Hay militantes honestos, en posiciones justas, que ganar. Esto en la perspectiva será muy importante, (no queremos ser sólo un grupo de «valientes equivocados», sino vencer).
Hoy nos proponemos avanzar en elevar la lucha, en avanzar hacia la crisis nacional en todos los terrenos, hasta desestabilizar a Pinochet, recogiendo el inmenso potencial combativo del pueblo, su indignación, y con eso crear las condiciones para que las masas irrumpan y se atraviesen en el plan de Pinochet.
Ese es el único camino, desarrollándolo sin esquemas, asimilando las formas nuevas de hacer política en Chile y los cambios en la sociedad.
Desarrollando un enorme movimiento miliciano, lleno de mística y combatividad, de miles y miles de basta proyección nacional, en poblaciones, universidades y liceos, entre el pueblo mapuche, que incorpora a esa inmensa masa empobrecida, a la juventud rebeld , a los sectores angustiados y sin futuro, etc.
Desarrollando una labor de propaganda e instrucción entre las masas, ansiosas de incorporarse a la lucha paramilitar. Fortaleciendo nuestras unidades, elevando su capacidad combativa, sus niveles de planificación, su compartimentación y niveles de seguridad.
Elevando la preparación político-ideológica de nuestros militantes y siendo más exigentes con nuestros aspirantes. Creciendo y reclutando (con rigurosidad extrema) a cientos de nuevos Rodriguistas.
Hermanos:
A comienzos de año dijimos que lo avanzado era resultado esencialmente de:
La decisión de los Rodriguistas para avanzar, avanzar sin detenerse a pensar en los problemas, dificultades y vacilaciones.
El habernos trazado una estrategia justa, acorde a la situación política, que no contrapone la lucha armada con la lucha de masas, sino que las integra. Que centra al enemigo en Pinochet, es lo que nos abre paso a simpatías (en la perspectiva de las alianzas) a nivel nacional e internacional, etc.
El haber hecho un correcto empleo de las fuerzas, lo que determina los avances en el accionar (UT).
Todo esto es necesario estarlo revisando permanentemente, hoy nos esperan difíciles momentos (en lo político por el «aislamiento» que puede sobrevenir, y en lo represivo, en la proximidad de Septiembre). Sabremos superarnos como nunca antes, en especial en:
Operaciones: asegurando su «precisión política», su éxito, y el aprovechamiento de éste.
Trabajo político: hay que dar una gran ofensiva hacia las unidades por vía de los jefes y de los comisarios, de esclarecimiento, desarrollando reuniones de jefes y oficiales.
Seguridad: del golpe salen como conclusiones principales la obligatoriedad de pasar a niveles de rigurosidad superior en el trabajo conspirativo. Los problemas de los golpes anteriores tuvieron que ver con hilos sueltos, vida de clandestino no asumida realmente, subestimación de los primeros indicios. Hay que preservar los órganos de mando y los medios, elevando la compartimentación, actuando con radical energía ante el primer indicio; desde luego, hay que partir por renovar toda la infraestructura.
Es necesario el funcionamiento de las jefaturas zonales y de destacamentos como órganos político-militares. El papel de los cuadros hoy es aún mayor, de su ejemplo, fuerza, decisión, depende el desarrollo general del F. (Actitud personal). Solo los mejores, los más puros, los de entrega ilimitada, los que están dispuestos a vencer o morir, son dignos de la vanguardia.
Compañeros:
A comienzos de año nos planeamos como grandes desafíos para el año:
Consolidar el núcleo (político-militar) Rodriguista, capaz de avanzar por la senda de la SN, llenos de voluntad de vencer
Elevar nuestra proyección de masas en medio de nuestro accionar, propaganda, pero también dando algunos pasos en lo orgánico.
A pesar de los golpes, creemos haber avanzados, hoy debemos consolidar esos avances. En este trance histórico debemos crecer, ninguno de nosotros, ni el pueblo, desea un grupo de audaces y valientes que sucumban como lo han hecho otros. Debemos luchar y vencer, con audacia, arrojo, con inteligencia y ligados de forma indisoluble a nuestro pueblo. Haciendo de cada militante Rodriguista un cuadro político-militar, un organizador, dándonos así la posibilidad de incorporar masivamente al pueblo hacia la SN.
Hoy existen condiciones, en general, en el pueblo para transitar un camino de lucha superior. Se trata de consolidar a la vanguardia, capaz de llevar adelante decididamente las acciones que estimulan a la lucha e indiquen un camino de victoria, clara , de lucha decidida y frontal contra Pinochet.
Esto ( junto a un trabajo de milicias acelerado y compartimentando) nos obliga a establecer una relación principalmente no orgánica, pero sí política y moral con las masas, por medio de nuestra decisión y fuerza en las acciones y su éxito, pues debemos demostrar no sólo lo justo , sino también lo viable de nuestro camino.
Hoy lo principal es construir esta vanguardia, en la lucha, eso es lo que nos garantiza ser capaces de conducir al pueblo en las futuras grandes batallas y lo ponen en la perspectiva del poder. Debemos levantar la bandera de la rebeldía nacional, de la dignidad patriótica, la de nuestros prócederes de la independencia, la bandera de la lucha frontal, que movilice y haga suyas las masas populares.
Y llegamos a estas grandes batallas, también con la sangre derramada por nuestros héroes y mártires .
Santiago, Chile, junio de 1987