Patxi Zabaleta (Aralar) ha puesto en entredicho que NaBai sea la marca electoral en 2011 tras definirla como una «unión temporal de fuerzas». Sus palabras han abierto más el debate sobre nuevas alianzas, en un momento en que todos los socios dudan y Batzarre oye cantos de sirena de IUN. Pero no todo son movimientos centrífugos. Emergen nuevas fórmulas de unidad para nuevos tiempos, como Hamaika Bil Gaitezen.
El debate sobre alianzas en el espacio abertzale está muy vivo en toda Euskal Herria tras el movimiento de la izquierda abertzale, pero es en Nafarroa donde los acontecimientos se suceden a velocidad de vértigo. En sólo un mes, Aralar ha dado un ultimátum a sus socios para cerrar NaBai; ha surgido la iniciativa popular Hamaika Bil Gaitezen; la izquierda abertzale ha concluido su proceso interno con una apuesta decidida por la vía política y legal; tras ello, EA ha propuesto ampliar la unidad que dio pie a NaBai en su día, Aralar ha planteado a Batasuna que entre en esta coalición, ésta le ha respondido reclamándole calma y responsabilidad, y el PNV y Batzarre se han desmarcado de Aralar; y, mientras tanto, IUN ha invitado a su vez a Batzarre a unir fuerzas, y ésta le ha dicho que hoy no, pero en un futuro ya se verá.
El calendario, además, acelera este proceso. Este sábado 6 de marzo, Hamaika Bil Gaitezen sale a la calle por la independencia con una invitación expresa a las bases de Batasuna, Aralar y EA y de ELA, LAB, EHNE, ESK, STEE-EILAS… Y aunque ha cambiado su discurso, Aralar mantiene la fecha del 15 de marzo como límite para que EA, PNV y Batzarre comprometan su presencia juntos en las elecciones, pese a que todavía faltarán catorce meses. Nadie lo diría a tenor de la velocidad que ha tomado este debate, que precisa tomar decisiones importantes a corto, medio y largo plazo.
El horizonte más inmediato es el 15 de marzo, un tope que parece haberse convertido en una trampa para Aralar, el partido que lo planteó. Es el único de los cuatro partidos que ve necesidad de zanjar la cuestión electoral para esa fecha. Sus dirigentes argumentan que se necesita tiempo para preparar bien los comicios de 2011; los malpensados, que Aralar buscaba adelantarse a la iniciativa de la izquierda abertzale. Sea como sea, ésta ha corrido más. El documento de conclusiones «Zutik Euskal Herria» ha provocado un impacto considerable, hasta el punto de que hoy las dos formaciones claramente mayoritarias de NaBai ‑EA y Aralar- se muestran abiertas a colaborar con la izquierda abertzale, algo que PNV y Batzarre contemplan con cierto malestar, y UPN y PSN con indisimulado escándalo.
Los cuatro socios llevan seis años compitiendo en declaraciones diarias de amor a la coalición a la vez que se enfrentan descarnadamente por todo tipo de cuestiones, incluidas las más nimias y peregrinas. Por lo tanto, si algo está claro a estas alturas es que nadie desea jugar el papel de enterrador de esta fórmula que en su inicio gozó de tantas connotaciones positivas, en los medios y en gran parte de la sociedad. Así las cosas, parece probable que el 15 de marzo se salde con una declaración de buenas intenciones. Otra más. Al fin y al cabo, para las elecciones seguirán faltando catorce meses todavía.
A medio plazo, más interesante parece el recorrido de la iniciativa Hamaika Bil Gaitezen, que está aglutinando no sólo a las bases de la izquierda abertzale que lleva siete años expulsada del Parlamento navarro ‑con consecuencias muy graves en el debate político diario‑, sino también a independentistas y abertzales en general que llevaban tiempo sin tener presencia pública, así como a gentes que en su día impulsaron Aralar o Nafarroa Bai. Su invitación a una nueva unidad de fuerzas en Nafarroa por un cambio real se pondrá a prueba el sábado en las calles de Iruñea, y ya dicen que éste sólo es el primer paso.
La movilización llegará siete días después de otra fotografía novedosa e ilusionante: la de la red Independentistak, en la que ya se han unido navarros de ideologías y procedencias políticas muy diferentes, como Floren Aoiz, Maiorga Ramírez, Paula Kasares, Dani Saralegi, Koldo Amezketa, Koldo Kastañeda…
Como ocurre con Independentistak, Hamaika Bil Gaitezen huye de los discursos partidistas y electoralistas que están provocando días de zozobra en Nafarroa Bai hasta el punto de que Patxi Zabaleta, coordinador de Aralar, recordara anteayer que «las coaliciones son uniones temporales de fuerzas políticas, y se extinguen por imperativo jurídico cuando se acaba la legislatura». Zabaleta dibuja una especie de Unión Temporal de Empresas (UTE), alimentada más por intereses puntuales que por objetivos claros de fondo. Y, por cierto, la propia afirmación de Zabaleta sobre la caducidad de NaBai y sobre su marca está en entredicho tras saberse que Aralar la registró por su cuenta y que esa inscripción será válida hasta 2014.
A largo plazo, se intuye que el mapa de alianzas políticas en Nafarroa se reformulará en la medida en que se consolide la apuesta de la izquierda abertzale. Un sector que mostró en las europeas del año pasado que sigue siendo la fuerza abertzale con más tirón social, e incluso electoral, en Nafarroa pese a la larga ilegalización. Todo un capital que se ha perdido para las aspiraciones de cambio en Nafarroa durante casi una década.
Si la parte armada del conflicto se encauza, no cuesta imaginar un futuro en el que el mapa abertzale en Nafarroa se divida como mucho en dos opciones: una decididamente de izquierdas y que cuestione el marco impuesto sin refrendo en 1982, con capacidad transformadora real, y otra menos crítica, más institucionalizada y con menor impacto social. Una fotografía que se empieza a intuir ya hoy.