Con el nombramiento de Iñaki Nafarrate como nuevo diputado foral de Administración Local y Equilibrio Territorial, en sustitución del dimisionario Alfredo de Miguel, el diputado general, Xabier Agirre, dio por cerrado el caso «dentro de la casa». Según afirmó, pese a haber hablado con el encausado y admitir que otros detenidos son amigos suyos, no conoce de qué se les acusa, sólo sabe que ellos se declaran inocentes.
El diputado general de Araba, Xabier Agirre, compareció ayer ante los medios ‑arropado por todos los diputados forales- para dar cuenta del nombramiento de Iñaki Nafarrate como nuevo titular del departamento de Administración Local y Equilibrio Territorial. Con ello, considera que «se cierra el triste episodio» que ha llevado a la dimisión de Alfredo de Miguel.
El «triste episodio» es la detención el pasado miércoles del mencionado diputado foral, del miembro del ABB Aitor Telleria, y del asesor del TVCP y ex director del Parque Tecnológico de Miñano, Alfonso Arriola, y otras cinco personas, la mayoría relacionadas con el PNV, y que después de tomarles declaración quedaron en libertad imputados por los cargos de cohecho, tráfico de influencias y blanqueo de capitales.
Xabier Agirre insistió en la disposición de la Diputación para colaborar con el juez en la investigación del caso y repitió que si se demuestra cualquier tipo de responsabilidad de los detenidos, se les aplique la ley y se depuren responsabilidades. Pero también reitero la necesidad de que impere la presunción de inocencia.
Por ello, pidió a los tribunales que actúen con celeridad, para que la causa no se alargue durante meses y que se resuelva, «para bien o para mal», antes de las elecciones forales y municipales de mayo de 2011.
«Quiero creerles. Son amigos»
A lo largo de su rueda de prensa, Xabier Agirre señaló que el gesto de haber dimitido, «para no perjudicar la imagen de la Diputación», honra a Alfredo de Miguel. En cuanto a las imputaciones, recordó que los acusados «se declaran inocentes». Preguntado sobre si él piensa que lo son, respondió que «quiero creerles. Son amigos míos. Ellos así lo han manifestado». Pero, igualmente, apuntó que «no se sabe cómo va a acabar esto». Y enfatizó que «yo no tengo una bola de cristal».
Xabier Agirre reconoció que ha hablado varias veces con Alfredo de Miguel, «la última vez ayer mismo» [por el lunes]. Pero pese a ello, y a su amistad con otros de los detenidos, asegura que «no sabe de qué se les acusa». Es más, apunta que ni siquiera los detenidos lo saben.
La detención
El diputado general afirmó que conoce la supuesta relación del caso con la expansión del Parque Tecnológico de Miñano, «a través de los medios de comunicación». Y llegó a decir que en sus conversaciones con De Miguel no le había preguntado por ello, alegando la existencia del «secreto del sumario».
Agirre contó que el propio Alfredo de Miguel «no tiene muy claro de qué se le acusa». Según explicó, la detención se produjo a las siete de la mañana del miércoles, cuando De Miguel salía hacia la piscina. Un grupo de agentes rodearon su coche y le preguntaron si era «¿el diputado general?». Éste respondió que no, que era un diputado foral y le preguntaron si era Alfredo de Miguel. Al confirmar su identidad, le detuvieron sin explicarle el motivo.
Según ha sabido GARA, esto ocurrió en el garaje. Los agentes le quitaron las llaves del coche y le volvieron a subir a casa, donde había más policías deteniendo a su esposa. Pudieron hacer dos llamadas para buscar abogado y, sobre todo, que un familiar se ocupara de los hijos.
A primera hora de la tarde, De Miguel fue conducido esposado del juzgado a casa ‑donde seguía habiendo ertzainas- para requisar nueva documentación. Horas después sería puesto en libertad con cargos.
La investigación que ha conducido a estas detenciones lleva meses en marcha y el juez tenía documentación sobre la que interrogó a los detenidos.
La nota que el lunes hizo pública la Ejecutiva Nacional de EA en la que recordaba que «mantiene las condiciones para valorar su permanencia en el Ejecutivo foral» y destacaba «su decepción ante algunas declaraciones del PNV» vino motivada por la sensación de que desde el ABB se pretendía restar importancia al caso, no sólo de cara a la opinión pública, sino también en la relación entre ambos socios de gobierno.
En EA se ve con preocupación que los supuestos asuntos turbios de los imputados pudieran llegar a estar relacionados con la financiación jeltzale y que ellos aparecieran como socios de un partido corrupto. Por eso demandan al PNV «seriedad» en las relaciones entre ambas formaciones, cuyas delegaciones se reunirán esta semana, y voluntad de favorecer las investigaciones en todas las instituciones que puedan verse afectadas.
En su rueda de prensa de ayer, el diputado general, Xabier Agirre, defendió su actuación y la reacción que la Diputación ha tenido en este tema. Manifestó que la declaración de EA podía deberse a «factores exógenos» a la gestión de la Diputación. Pero destacó que «no he visto ningún atisbo de deslealtad, por parte de los diputados forales de EA».
Uno de ellos, Mikel Mintegi, declaró a este diario que la posición de su partido es la de esperar a que se levante el secreto del sumario antes de tomar una decisión sobre su futuro en la Diputación. Quieren tener los datos necesarios para valorar los hechos y «ser justos» en sus apreciaciones, sin dejarse llevar ni por la precipitación, pero sin demorarse tampoco.