1) Crónicas desde La Esperanza
Desde el día 12 hasta el 14 de marzo, se reunieron en La Esperanza, casi 1000 delegados de comunidades de pueblos originarios, y colectivos diversos que integran la Resistencia popular al golpe de Estado en 17 estados de Honduras.
El encuentro tuvo el carácter de una Asamblea Popular Nacional Constituyente, en la que los luchadores y luchadoras hicieron el ejercicio de pensar colectivamente algunos aspectos fundamentales de la necesaria Refundación de Honduras.
Luego de la inauguración, los delegados y delegadas se dividieron en veinte asambleas populares más pequeñas, en las que analizaron temas comunes como: poder popular, asamblea constituyente y refundación de honduras, y temas específicos: desde sistema político, sistema económico, relaciones internacionales, hasta agua, bosques, lucha antipatriarcal y racismo, entre otros. Cada una de esas asambleas populares eligió a dos dirigentes (un varón y una mujer) para organizar y coordinar el proceso de la Asamblea nacional, y elaboró un texto constitucional, referido al tema específico que analizaban. Luego, de los cuarenta delegados surgidos desde la base, el conjunto de la asamblea votó en elecciones secretas a cuatro de ellos/as, resultando presidenta Bertha Oliva, dirigente de derechos humanos, vicepresidente Saturnino Sánchez, dirigente del magisterio, Secretaria Pascualita Vázquez, coordinadora de cultura general de COPINH (Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras) e integrante del Consejo de Ancianos de su comunidad, y subsecretario Donny Reyes, representante de la comunidad LGTTBI. Esta elección, sin lugar a dudas puede leerse en clave transformadora. “Los resultados representan un desafío a los poderes impuestos, y una ruptura con la clase dominante”, sintetizaba Berta Cáceres, dirigente de COPINH ‑la organización central en el impulso a esta iniciativa-.
La resistencia al golpe de estado ha forjado nuevos lazos entre los y las integrantes de esas movilizaciones; poniendo de relieve el rol de las mujeres, de las comunidades indígenas, de las organizaciones lgttbi, y de una parte del sindicalismo, particularmente el de maestros y maestras. Algunos de los compañeros y compañeras asesinadas, pertenecen precisamente a esos movimientos. Tal vez los resultados puedan leerse como parte del proceso que significa no sólo lucha por los derechos humanos o por los derechos sociales, sino también y simultáneamente, una batalla cultural contra el patriarcado, contra la homofobia, y contra el racismo.
Todas las jornadas fueron abiertas con una ceremonia de la comunidad lenca, de manera que la misma contribuyera a sostener la espiritualidad comunitaria del Encuentro. Las distintas cosmovisiones del mundo, tuvieron oportunidad de re-conocerse en el acto sostenido de intercambio de saberes y experiencias de la RESISTENCIA.
En la última jornada, los y las delegadas de las 20 asambleas populares presentaron sus “propuestas constitucionales”, que fueron debatidas en la Asamblea Nacional. El protagonismo no fue en este caso un discurso, sino una práctica. Los temas complejos en los que no hubo consenso, quedaron abiertos para continuar analizándose en próximos encuentros. En todo momento, se hizo referencia a la necesidad de multiplicar la experiencia desde abajo, haciendo del ejercicio del poder popular y la autodeterminación, una práctica cotidiana.
Entre las resoluciones, se aprobó una declaración de solidaridad con los compañeros y compañeras del movimiento campesino del Aguán, víctimas de una gran campaña de desprestigio y de agresión, montada por los grandes terratenientes hondureños como Miguel Facusé, René Morales, y Reinaldo Canales, que se adueñaron de más de 30 mil hectáreas de tierra. Los desalojos realizados tanto por la policía como por el ejército y los guardias de seguridad de los terratenientes, concluyeron ya con varias personas muertas y heridas, temiéndose que se incremente la violencia contra el movimiento campesino en estos momentos. También el encuentro manifestó su solidaridad con las luchas del magisterio nacional, del sindicato de la universidad nacional (SITRAUNAH), y con los pueblos de San Francisco de Opalaca y Nacaome, que están en un duro enfrentamiento con las megarepresas.
En el manifiesto final nacido en el IIº Encuentro se expresa:
1. Que continuamos en resistencia contra los golpistas y sus aliados nacionales e internacionales. Por lo tanto no reconocemos el gobierno fraudulento de Porfirio Lobo. 2. Que continuamos en la construcción de las propuestas históricas del movimiento social hondureño, que se enfilan a erradicar el sistema de dominio neoliberal, patriarcal y racista. 3. Que insistimos en construir, desde diversidad de sectores, voces, y experiencias, un modo de vida justo, digno y feliz para todos y todas los hondureños, que ya se ha expresado en las luchas por la tierra, por la justicia, por la defensa de la riqueza natural, y por el respeto a los derechos humanos. 4. Que seguimos haciendo uso de nuestro derecho legítimo y soberano de ejercer el poder popular. Este poder del pueblo rebasa el carácter representativo y por lo tanto se asume legítimo para delegar así como para revocar esa representación. 5. Que no renunciaremos al propósito de la instalación de la Asamblea Nacional Constituyente Popular y Democrática en donde se reconozca e integre la diversidad de pensamientos y de luchas del pueblo de Honduras.
En el Encuentro se expresó la voluntad de avanzar hacia la realización de una consulta popular sobre la Constituyente, el día 28 de junio, cuando se cumple un año del Golpe de Estado.
Las palabras finales con que se cerró el IIº encuentro, y se reanimó este proceso de refundación de Honduras fueron: «Que las asambleas populares y constituyentes se multipliquen por todo el país».
Con renovada energía regresaron los asambleístas a sus tierras, y los delegados y delegadas internacionales a sus países… Aquí van entonces algunas de las emociones e ideas vividas con intensidad en estos días.
2) Reflexiones: algunas claves para acercarnos a LA ESPERANZA
“La esperanza” es una posición política e ideológica, de quienes creemos que el mundo puede ser cambiado con nuestra acción solidaria, crítica, subversiva. “LA ESPERANZA” es el lugar físico donde se cobija la esperanza, como acción comunitaria, rebelde, desafiante, creativa. Allí, en el mítico territorio lenca, LA RESISTENCIA HONDUREÑA realizó un intenso ejercicio político pedagógico de reflexión teórica de sus prácticas, de creación de conocimientos, de batalla de ideas, de entretejido de sueños en un gran telar de pueblos en lucha.
En estas notas tratamos de descifrar algunas de las claves que nos permiten a acercarnos a ese laboratorio que es hoy la refundación de la esperanza, desde las honduras de nuestro continente.
√ “Yo vengo a ofrecer mi corazón”.
“No traen lo que les sobra; traen lo que tienen”, nos dice Berta Cáceres, cuando van llegando los hombres y mujeres de las comunidades lencas, con bolsas de maíz, frijoles, café, frutas, que ponen en común en la cocina colectiva… La donación –no la caridad ni la simple espera de una financiación externa- hace del IIº Encuentro un acto social de RESISTENCIA, y ofrece claves para redescubrir el poder del pueblo, imprescindible para animarse a cualquier proyecto de PODER POPULAR. Es el reconocimiento de la fuerza que existe en quienes producen todo lo que se produce, (y que sin embargo muy poco reciben a cambio), cuando el trabajo y la creación dejan de ser enajenados, y se comprenden en clave comunitaria.
√ “O inventamos o erramos”.
Así escribió Simón Rodríguez, el pedagogo de la independencia. Atreverse a inventar, sin embargo, no es sencillo. En la acción política, inclusive en la de las organizaciones que se dicen revolucionarias, es mucho lo que sobrevive de conservador. Es mucho lo que se realiza como repetición, como gestos conocidos y previsibles, que incluso aburren a quienes los producen.
El dogmatismo, caracterizado por concentrar en un discurso cerrado las respuestas supuestamente infalibles para todas las preguntas, es estéril a la hora de interpretar la realidad, y es también un aliado del conservadorismo. El aburrimiento mata la curiosidad, quita energías.
Atreverse a inventar –a riesgo de errar- es la única actitud profundamente revolucionaria. El IIº Encuentro por la Refundación de Honduras tuvo la gran audacia de constituirse como un ejercicio de imaginación colectiva, que logró involucrar desde hombres y mujeres que se sostienen en las batallas desde una conciencia mítica, hasta intelectuales que hacen de la racionalidad “occidental” su propia fe.
El ejercicio se puso en marcha: “Imaginemos una asamblea constituyente, imaginemos el poder del pueblo, imaginemos la refundación de Honduras, imaginemos que elegimos de manera directa a nuestros dirigentes”. (Todo esto dicho y hecho en el contexto autoritario por esencia de un golpe de Estado). “Nos tienen miedo porque no tenemos miedo”, canta LA RESISTENCIA HONDUREÑA la canción de Liliana Felipe. Los y las “copines”, militantes del Consejo de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras, demostraron que así como no le tienen miedo al poder reaccionario y violento, a la hora de la lucha por los territorios o contra las megarepresas, tampoco tienen miedo a enfrentar al “enemigo interno” del conservadorismo y del dogmatismo, o a la hora de “inventar” nuevas maneras y metodologías de debate y acción política popular.
√ “La memoria donde ardía”.
Este título de un libro de Eduardo Galeano, podría encabezar el relato de un momento conmovedor del Encuentro, donde la memoria ardió allí donde debía arder… en los corazones rebeldes del pueblo.
Los nombres y las imágenes de los compañeros y compañeras asesinados desde el golpe de Estado, fueron portados por sus familiares, acompañados por muchachos y muchachas que sin decirlo, enarbolaban con sus cuerpos presentes el compromiso de continuar la lucha. Los caídos y caídas fueron envueltos en el potente canto de la hondureña Karla Lara y de la guatemalteca Sandra Morán, fueron acunados por los tambores profundos, e iluminados por las velas. Así la memoria ardió no sólo en nuestros sentimientos a flor de piel. También vibró en nuestra sangre. Se hizo lágrimas en nuestros ojos. Y se volvió simultáneamente HISTORIA, PRESENTE Y FUTURO en el cuerpo de la RESISTENCIA POPULAR.
√ Artistas en RESISTENCIA
Una fuerza creativa y pedagógica en revolución. Hacen cola para ingresar como delegados al recinto, o para recibir la comida aportada y cocinada por “los y las copines”. Los y las artistas del pueblo aprenden en la convivencia, que no hay drama más intenso que el que transcurre fuera de las luces del escenario, que no hay comedia más desopilante que la que sucede en las bambalinas de la acción popular, en donde podemos reírnos a carcajadas de nosotros y nosotras mismas, alternando entre el lugar de protagonistas y espectadores/as de nuestra obra colectiva. Aprenden que no hay canto más poderoso que el que se realiza en un coro de sueños compartidos. Que no hay poema más fantástico que el que conjuga las palabras verdaderas. Palabras que pesan en actos, lo que dicen en sus versos.
En el IIº Encuentro, el teatro, la música, la poesía, no eran un “momento aparte” del encuentro, sino que estaban presentes en todos los espacios, inclusive en el de debate, donde un grupo de audaces actores y actrices se mezclaron en las comisiones, presentándose como personajes del poder, y defendiendo esos intereses y posiciones, a fin de profundizar y provocar un debate más complejo.
Si arte es creación, también aprendimos que la acción política puede resultar una continuidad de la obra artística por otros medios… y viceversa.
√ Reforma o Refundación
Un siglo antes, Rosa Luxemburgo decía: Reforma o Revolución. Ahora el dilema se coloca en la pregunta que encabeza el texto de debate: ¿reforma o refundación?
Un sistema de dominación mostró sus límites en Honduras. Un sistema que llevó a la crisis de legitimidad y de representación que hoy recorre el actual contexto político y social. Frente a esa crisis profunda, hay quienes aspiran a recuperar algunos elementos de la formalidad institucional democrática, realizando reformas que permitan restablecer la gobernabilidad; y están quienes aspiran a salir de esta crisis con una dinámica de revolución, de refundación, de reinvención del proyecto de país, sobre la base de un poder popular. Un proyecto anticapitalista, que tal vez se pueda leer en clave mariateguiana, como socialismo “que no sea calco ni copia, sino creación heroica de los pueblos”.
√ “Sin perder la ternura jamás”.
Para las delegaciones internacionalistas, fue difícil dejar LA ESPERANZA. No fue formal la declaración colectiva que realizamos, comprometiendo esfuerzos en articular la solidaridad efectiva con la RESISTENCIA.
Cuando partimos, nos llevamos en las alforjas muchos gestos de ternura que recibimos con tanta naturalidad, como si fuera un vaso de agua o un plato de comida
No sé cuánto dura el efecto de la magia. Pero sí sé que es una sensación que produce energía, alegría, ganas de vivir y de luchar. La magia del encuentro todavía dura… como dura la esperanza… como dura la ternura en nuestra piel…, como es dura la lucha…
Aprendimos tantas despedidas, y sin embargo, cada una sigue siendo única.
En algún lugar de la ESPERANZA, anda el pueblo guevariando la historia. Y no sé por qué me acuerdo ahora de ese Che que escribía con cierta argentina vergüenza: “Déjeme decirle, a riesgo de parecer ridículo, que el revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor”. Dosis de amor, y dosis de esperanza, siguen amasando revoluciones en las honduras de nuestro continente.
14 de marzo del 2010