El lehendakari se sometió ayer por Internet a una batería de preguntas de la ciudadanía, en un horario ‑de doce a una del mediodía- para parados, jubilados y empleados con pocas ganas de trabajar y un ordenador a mano.
El cuestionario fue extenso y variado, y Patxi López tuvo la oportunidad de repasar los puntos más comunes de la política vasca y de dar cuenta de algunas aficiones personales, como las referidas a la música.
Y entre tanta pregunta hubo una que no se sabe si respondía a la ingenuidad más naíf o escondía la maldad propia de mil demonios. «¿Qué le diría a un joven que no quiere estudiar?», le inquirió alguien que entendí que firmaba como Iharra. Y uno de los mil demonios, conocedor de la biografía de López, saltó de inmediato: «Que puede llegar a ser lehendakari».
No fue esa, evidentemente, la respuesta que dio Patxi López, quien afirmó que «la formación es clave para el futuro de cualquier persona». Y lo ilustró con «un dato muy reciente. El 70% de las personas que han perdido el empleo en este tiempo de crisis tenía una formación de nivel bajo o muy bajo». Añadió que «la formación y la educación es una forma, también, de convertirse en ciudadano y una herramienta básica para la igualdad social y para el futuro de un país. En Euskadi ‑concluyó- necesitamos jóvenes preparados no sólo en asuntos sectoriales y formación profesional, sino también en valores».
La relación con el pp
Su acuerdo con el PP es uno de los aspectos que sigue generando controversia. Ayer se suscitó de varias maneras. Hubo quien le preguntó por su afirmación de que no pactaría con el PP y otros sobre «cómo se gobierna con quien el domingo en las manifestaciones contra el abordo llamaban asesino al PSOE». El lehendakari repitió lo de que su gobierno es monocolor, del PSE, y que el acuerdo suscrito con el PP es de «bases democráticas» y podía firmarlo cualquier partido. Después, apuntó que fuera de lo pactado, en otras cuestiones como la referida del aborto, en el que el PP tiene «planteamientos conservadores o ultraconservadores», les separa un abismo. Y aseguró que su Ejecutivo «no perderá ni una sola de sus señas de identidad en ese pacto».
Los resultados del último Euskobarómetro también salieron en la hora de entrevista, con alguien que preguntaba si «la sociedad se equivoca o es inmadura». Respondió López que la ciudadanía «no se equivoca al votar», pero que aquello era «una encuesta» que, en su opinión, «ya está superada por la realidad». Atribuyó los malos datos del sondeo a ciertos prejuicios y apuntó que «el tiempo ha demostrado» que su Gobierno no practica el frentismo.
Hubo dos preguntas sobre el poder. Una sobre la limitación de mandatos y otra sobre si no querría tener más presidiendo un estado independiente. El lehendakari dijo no tener intenciones de «perpetuarse en el poder», pero tampoco parece partidario de las limitaciones legales, y mostró su disgusto porque Bachelet y Lula no pudieran aspirar a otra legislatura. En cuanto a la independencia, respondió que la CAV tiene el mayor nivel de autogobierno y que el 90% de lo que afecta al ciudadano se decide en las instituciones vascas. «Cuando se está hablando de la cesión de soberanía a Europa, no podemos jugar a dar pasos atrás. Estoy bastante satisfecho del reparto actual».
«La ertzaintza no tortura»
En lo referente a la lucha contra ETA y las ilegalizaciones, Patxi López no se salió del guión habitual y que en estos últimos días ha estado repitiendo en actos u otras entrevistas.
Sí hubo una pregunta que no fue por donde suele estar acostumbrado el lehendakari. «¿Qué medidas utiliza la Ertzaintza para que no se puedan producir torturas en sus comisarías?». Patxi López respondió que «todas las que están en nuestras manos, y le garantizo que en las comisarías de la Ertzaintza no se produce ninguna tortura. De hecho, todos los interrogatorios, todos los pasillos de las comisarías, tienen cámaras en las que se graba absolutamente todo».
El lehendakari se comprometió a repetir experiencias cada tres o cuatro meses si la agenda «canalla» se lo permite y a hablar con soltura en euskara antes de acabar la legislatura.