Cada una de las crisis que ha vivido el Estado español ha venido acompañada de una Reforma Laboral. El objetivo ha sido siempre el mismo: que la clase trabajadora pague la factura de la crisis. La reforma laboral y la reforma de pensiones planteada por el Gobierno Español van en esa dirección: pérdida de derechos para la clase trabajadora en general y para las mujeres en particular. Nos anuncian abaratamiento del despido, el recorte de las pensiones de viudedad, orfandad e invalidez, el fomento de los contratos a tiempo parcial, el alargamiento de la vida laboral, la flexibilidad, el aumento de los años de cotización… Medidas todas ellas que suponen una clara agresión hacia las trabajadoras ya que nos situarán en una situación todavía más precaria.
El mercado laboral se basa en la división sexual del trabajo y la discriminación de las mujeres. Se nos niega la posibilidad de acceder en igualdad de condiciones. Sufrimos mayor temporalidad, tenemos los contratos más precarios y muchas veces contratos a tiempo parcial. Nos vemos obligadas a elegir entre nuestra vida laboral y personal, ya que todas las tareas de cuidados siguen recayendo en nosotras, y ello hace que nuestra vida laboral y nuestros años de cotización se vean truncados.
Todas las propuestas planteadas por el Gobierno español no hacen sino profundizar en las desigualdades entre hombres y mujeres. Ante la discriminación de las mujeres no se plantean más que parches, en el mejor de los casos.
Es momento de decir basta y salir a la calle. Hay que reclamar empleo y salarios dignos. Hay que exigir un reparto justo de la riqueza. Reducir la edad de jubilación y pensiones por encima del umbral de la pobreza. Que las mujeres que no pudieron acceder al mercado laboral no dependan de míseras pensiones de viudedad, sino que tanto hombres como mujeres tengan derecho a una pensión digna.
Las mujeres debemos exigir políticas de empleo que vayan encaminadas a la consecución de un mercado laboral que nos posibilite la incorporación al mismo en igualdad de oportunidades y mismas condiciones de trabajo que los hombres.