Rubal­ca­ba avi­sa que el Gobierno actua­rá con­tra «quie­nes han inju­ria­do y calum­nia­do a las FSE»

MADRID-. Des­pués de que el con­se­je­ro de Inte­rior de Lakua anun­cia­ra ayer que su Depar­ta­men­to remi­ti­rá a la Audien­cia Nacio­nal espa­ño­la el ates­ta­do sobre la mani­fes­ta­ción cele­bra­da el domin­go en Donos­tia, el minis­tro de Inte­rior, Alfre­do Pérez Rubal­ca­ba, ha avan­za­do hoy en RNE que su Minis­te­rio está tra­ba­jan­do con la Abo­ga­cía del Esta­do para actuar con­tra «todos aque­llos que han inju­ria­do o calum­nia­do sin nin­gún tipo de prue­ba, siguien­do las men­ti­ras de ETA, a las FSE y han dicho bar­ba­ri­da­des como que se tor­tu­ró a Jon Anza, que se le ente­rró. Todo eso vamos a lle­var­lo a los tri­bu­na­les y quien ha dicho esas cosas que res­pon­da ante los tri­bu­na­les y fren­te al Estado.

El minis­tro de Inte­rior ha aña­di­do que «no estoy dis­pues­to a con­sen­tir ni un minu­to más ese tipo de acu­sa­cio­nes. La gen­te tie­ne dere­cho a defen­der­se, a opi­nar lo que quie­ra, lo que tú no pue­des es salir en unos micró­fo­nos y decir que a Jon Anza le ha dete­ni­do tal o cual cuer­po de segu­ri­dad del Esta­do, le ha tor­tu­ra­do y le ha ente­rra­do. Eso no pue­de ser por­que es una inju­ria into­le­ra­ble para un Esta­do demo­crá­ti­co que actúa siem­pre de acuer­do con los prin­ci­pios de la ley».

Por ello, ha insis­ti­do en que «quien haya dicho esas cosas sin nin­gún tipo de prue­bas siguien­do una cam­pa­ña men­ti­ro­sa orques­ta­da por ETA va a tener que res­pon­der ante los tri­bu­na­les, por­que el Esta­do tie­ne que defen­der el buen nom­bre de las FSE. Lle­va­mos mucho tiem­po aguan­tan­do insul­tos, calum­nias e inju­rias, y has­ta aquí hemos llegado».

El hos­pi­tal avi­só has­ta tres veces a Poli­cía y Fis­ca­lía antes de que Jon Anza muriera.

FRANCIA-ETA

Mai­te Ubi­ria: Baiona

La pro­cu­ra­do­ra de Baio­na con­vo­ca­ba ayer tar­de a los medios de comu­ni­ca­ción, en su segun­da com­pa­re­cen­cia públi­ca rela­ti­va al «caso Anza» en el pla­zo de 72 horas. Esta vez con el moti­vo mayor de dar cuen­ta de los resul­ta­dos pre­li­mi­na­res de la autop­sia prac­ti­ca­da, en la maña­na de ayer en Tou­lou­se, al cuer­po del mili­tan­te vasco.

Sin embar­go, la com­pa­re­cen­cia daba paso a otros dos anun­cios fuer­tes cuyos moti­vos reales no eran fáci­les de enten­der. No has­ta que ya entra­da la noche un comu­ni­ca­do del Hos­pi­tal Pur­pan arro­ja­ra algo más de luz.

A las 17.30, la pro­cu­ra­do­ra infor­ma­ba de que los foren­ses no han halla­do en el cuer­po de Jon sig­nos de vio­len­cia exter­na ni hemo­rra­gia cere­bral y que su muer­te se debió a un paro neu­ro-car­dia­co-pul­mo­nar segui­do de un colap­so polivisceral.

La fis­cal se refe­ría tam­bién al avan­za­do gra­do de des­com­po­si­ción del cadá­ver para atri­buir­lo a las «malas con­di­cio­nes de con­ser­va­ción y al lar­go perio­do en que ha per­ma­ne­ci­do en la mor­gue» del Hos­pi­tal Purpan.

La pro­cu­ra­do­ra Kaya­na­kis expli­ca­ba que los resul­ta­dos defi­ni­ti­vos de la autop­sia se cono­ce­rán la sema­na pró­xi­ma, cuan­do se dis­pon­ga de los resul­ta­dos de los aná­li­sis bio­ló­gi­cos soli­ci­ta­dos por los exper­tos forenses.

Tras dar cuen­ta de esa infor­ma­ción, la pro­cu­ra­do­ra abría final­men­te la puer­ta, si no a una segun­da autop­sia, tal como deman­da la fami­lia, sí al menos a la prác­ti­ca de «una serie de prue­bas o aná­li­sis suple­men­ta­rios y a la veri­fi­ca­ción del tra­ba­jo de los exper­tos forenses».

Era el pri­mer anun­cio ines­pe­ra­do, a la vis­ta de la fir­me­za expre­sa­da el vier­nes por la fis­cal y a la suce­sión de tra­bas con las que se está encon­tran­do la fami­lia Anza, pri­me­ro para pro­ce­der a la sim­ple iden­ti­fi­ca­ción visual del cadá­ver, y des­pués para que un médi­co de su con­fian­za pue­da par­ti­ci­par en la autopsia.

Aho­ra sí, paso al juez

El segun­do anun­cio sor­pre­si­vo, toda­vía de más cala­do, era el de la cesión por la fis­cal del caso Anza a un juez de instrucción.

Pese a las múl­ti­ples soli­ci­tu­des en ese sen­ti­do de la fami­lia, Kaya­na­kis se ha nega­do a ceder a un juez inde­pen­dien­te un caso que ha sufri­do un giro ines­pe­ra­do para la fis­cal de Baio­na tras la apa­ri­ción del cuer­po del mili­tan­te vas­co en la mor­gue del Hos­pi­tal Pur­pan de Toulouse.

¿Qué ha cam­bia­do para que aho­ra sí deje usted el caso a un juez?, le pre­gun­ta­ba ayer GARA a la fis­cal Kaya­na­kis. Y es que el mis­mo vier­nes, cuan­do este medio le pre­gun­ta­ba sobre las res­pon­sa­bi­li­da­des a asu­mir por lo suce­di­do en el caso, Anne Kaya­na­kis afir­ma­ba con rotun­di­dad que «no encuen­tro moti­vo alguno para no seguir al fren­te de esta inves­ti­ga­ción, aho­ra para acla­rar las cir­cuns­tan­cias en que murió Jon Anza».

Kaya­na­kis no con­tes­tó con cla­ri­dad a la pre­gun­ta sobre su repen­tino cam­bio de acti­tud. Se escu­dó en la «pro­gre­si­va com­ple­ji­dad del caso», alu­dien­do a que la autop­sia, entre otras dili­gen­cias, se pue­de demo­rar en el tiem­po y obli­gar a emplear nue­vos medios y esfuerzos.

Insis­tía des­pués Kaya­na­kis en que lo impor­tan­te aho­ra es «actuar con dili­gen­cia para deter­mi­nar qué pasó con Jon Anza» entre el 18 de abril, en que lle­gó a Tou­lou­se, y el 29 de abril en el que fue loca­li­za­do en muy mal esta­do de salud en el par­que de la ave­ni­da Estras­bur­go por la Poli­cía Municipal.

Final­men­te alu­día a la nece­si­dad de «recu­pe­rar el cré­di­to» de la ins­ti­tu­ción a la que repre­sen­ta, y de «no dejar som­bras de sos­pe­cha» en el caso Anza.

Ante el reque­ri­mien­to de los medios de comu­ni­ca­ción, la fis­cal Kaya­na­kis afir­ma­ba que esta­ba ya en mar­cha la «recons­truc­ción de los hechos», para saber «en qué esla­bón se rom­pió la cade­na» pro­vo­can­do «el fra­ca­so evi­den­te» de la inves­ti­ga­ción que ella ha dirigido.

Nue­va­men­te, la fis­cal vol­vía a atri­buir a una «cade­na de erro­res» que habrían pro­vo­ca­do que duran­te diez meses se guar­da­ra el cuer­po de Anza en la mor­gue del hos­pi­tal Pur­pan de Tou­lou­se «sin que las deman­das de iden­ti­fi­ca­ción de nues­tra par­te, y los trá­mi­tes del hos­pi­tal se cru­za­ran, per­mi­tien­do así la identificación».

Se rom­pió el silencio

Las pala­bras de Kaya­na­kis te- nían, ya entra­da la noche, un efec­to bume­rán. Efec­ti­va­men­te, había alu­di­do duran­te su com­pa­re­cen­cia de pren­sa al «gran tama­ño» de dicho hos­pi­tal para situar, una vez más, la sos­pe­cha de la cul­pa sobre el «cor­to­cir­cui­to» pro­du­ci­do en la iden­ti­fi­ca­ción del mili­tan­te de ETA en una supues­ta negli­gen­cia de los ser­vi­cios admi­nis­tra­ti­vos del Hos­pi­tal Purpan.

Sin embar­go, en la pri­me­ra reac­ción tras las acu­sa­cio­nes lar­va­das hacia ese ser­vi­cio, el Hos­pi­tal Pur­pan emi­tía a las 20.30 un comu­ni­ca­do públi­co en el que afir­ma de mane­ra taxa­ti­va que sus res­pon­sa­bles comu­ni­ca­ron a la Poli­cía, el 30 de abril de 2009, que la vís­pe­ra había ingre­sa­do en el cen­tro hos­pi­ta­la­rio occi­tano una per­so­na de la que se des­co­no­cía su identidad.

Habi­da cuen­ta del agra­va­mien­to del esta­do del pacien­te, la direc­ción del Pur­pan se puso en con­tac­to con el pro­cu­ra­dor de Tou­lou­se, el 4 de mayo, para insis­tir en la difi­cul­tad que encon­tra­ba para loca­li­zar a los alle­ga­dos de esta persona.

En vis­ta de que esas deman­das no daban resul­ta­do, el 7 de mayo, el mis­mo cen­tro sani­ta­rio remi­tió una ficha com­ple­ta con la des­crip­ción de Jon Anza a la ofi­ci­na encar­ga­da de la bús­que­da de per­so­nas desaparecidas.

La reve­la­ción lle­ga cua­tro días des­pués de que se cono­cie­ra que Anza había ingre­sa­do el 29 de abril de 2009 en el Pur­pan y falle­ci­do en el mis­mo cen­tro hos­pi­ta­la­rio el 11 de mayo del mis­mo año sin que los esfuer­zos de su fami­lia por encon­trar­lo, pri­me­ro, y des­pués las «inten­sas pes­qui­sas» ‑en pala­bras de Kaya­na­kis- de la Poli­cía Judi­cial per­mi­tie­ran loca­li­zar al ex pre­so polí­ti­co vasco.

En ape­nas tres horas, el anun­cio del Pur­pan pro­vo­ca­ba un giro cla­ve en el caso Anza que, dada su mag­ni­tud, no podía ser ajeno al cono­ci­mien­to de la pro­cu­ra­do­ra. A la espe­ra de lo que ocu­rra en pró­xi­mas horas, algo está cla­ro: el silen­cio se ha roto y Kaya­na­kis ha hui­do del caso.

La Poli­cía de Baio­na inte­rro­gó el vier­nes a per­so­nal del Purpan

El dia­rio tolo­sano «lade​pe​che​.fr» infor­mó el pasa­do sába­do de que agen­tes de la Poli­cía Judi­cial (PJ) de Baio­na habían inte­rro­ga­do a per­so­nal del hos­pi­tal Pur­pan, entre ellos a un res­pon­sa­ble de Enfer­me­ría. El mis­mo medio aña­día que, según sus infor­ma­cio­nes, la Poli­cía de Tou­lou­se no fue infor­ma­da en su día por el hos­pi­tal de que un hom­bre que no por­ta­ba docu­men­ta­ción que per­mi­tie­ra iden­ti­fi­car­lo había muer­to el 11 de mayo en sus instalaciones.

Por su par­te, «Le Mon­de» con­cre­tó que el hos­pi­tal de Pur­pan res­pon­dió el 4 de junio a la requi­si­to­ria emi­ti­da des­de Baio­na para com­pro­bar si algu­na per­so­na que res­pon­die­ra a las carac­te­rís­ti­cas de Jon Anza había sido ingre­sa­do en el cen­tro. Según reco­ge la ver­sión ofi­cial, la res­pues­ta fue nega­ti­va. La mayo­ría de los medios fran­ce­ses se pre­gun­tan, sin que has­ta aho­ra hayan dado con la res­pues­ta, cómo pudo ocu­rrir que el cuer­po de una per­so­na fue­ra «olvi­da­do» en la mor­gue duran­te diez meses.

Pur­pan dis­po­ne de 736 camas, por deba­jo del millar que tie­ne Cru­ces y las 1.100 del Hos­pi­tal Donostia.

GARA

Mutis­mo tras reve­lar­se que guar­dias civi­les huye­ron de Tou­lou­se esos días

El dia­rio tolo­sano «lade​pe​che​.fr» infor­mó el pasa­do sába­do de que agen­tes de la Poli­cía Judi­cial (PJ) de Baio­na habían inte­rro­ga­do a per­so­nal del hos­pi­tal Pur­pan, entre ellos a un res­pon­sa­ble de Enfer­me­ría. El mis­mo medio aña­día que, según sus infor­ma­cio­nes, la Poli­cía de Tou­lou­se no fue infor­ma­da en su día por el hos­pi­tal de que un hom­bre que no por­ta­ba docu­men­ta­ción que per­mi­tie­ra iden­ti­fi­car­lo había muer­to el 11 de mayo en sus instalaciones.

Por su par­te, «Le Mon­de» con­cre­tó que el hos­pi­tal de Pur­pan res­pon­dió el 4 de junio a la requi­si­to­ria emi­ti­da des­de Baio­na para com­pro­bar si algu­na per­so­na que res­pon­die­ra a las carac­te­rís­ti­cas de Jon Anza había sido ingre­sa­do en el cen­tro. Según reco­ge la ver­sión ofi­cial, la res­pues­ta fue nega­ti­va. La mayo­ría de los medios fran­ce­ses se pre­gun­tan, sin que has­ta aho­ra hayan dado con la res­pues­ta, cómo pudo ocu­rrir que el cuer­po de una per­so­na fue­ra «olvi­da­do» en la mor­gue duran­te diez meses.

Pur­pan dis­po­ne de 736 camas, por deba­jo del millar que tie­ne Cru­ces y las 1.100 del Hos­pi­tal Donos­tia. GARA

Mutis­mo tras reve­lar­se que guar­dias civi­les huye­ron de Tou­lou­se esos días

Para la pro­cu­ra­do­ra Anne Kaya­na­kis, la pre­ci­pi­ta­da mar­cha de un gru­po de guar­dia civi­les de un hotel de Tou­lou­se, aban­do­nan­do tras de sí dos pis­to­las, «no guar­da obje­ti­va­men­te rela­ción con el caso Anza» y es un inci­den­te que hay que enmar­car «en la pre­sen­cia cons­tan­te y nor­mal en sue­lo fran­cés de agen­tes espa­ño­les espe­cia­li­za­dos en la lucha antiterrorista».

La fis­cal ha mati­za­do la fecha dada en su infor­ma­ción por el dia­rio «El Mun­do» para situar la esca­pa­da de los mili­ta­res espa­ño­les en el 20 de mayo de 2009. Los perio­dis­tas le han recor­da­do que ella mis­ma lan­zó la inves­ti­ga­ción sobre la des­apa­ri­ción ape­nas dos días antes de esa fecha. La pro­cu­ra­do­ra, que podría estar vivien­do sus últi­mas horas al fren­te del «caso Anza», res­pon­de que «ese suce­so» tuvo lugar cuan­do el mili­tan­te donos­tia­rra «lle­va­ba ya unos diez días muerto».

Por ello, no pedi­rá que se inves­ti­gue un inci­den­te del cual no tuvo cono­ci­mien­to has­ta el mes pasa­do, cuan­do la Poli­cía le pre­gun­tó si el suce­so era rele­van­te a la vis­ta de la inves­ti­ga­ción que diri­ge sobre el «caso Anza», a lo que Kaya­na­kis res­pon­dió negativamente.

La hui­da de los guar­dias civi­les no había tras­cen­di­do has­ta aho­ra, pero ayer fue reve­la­da en «El Mun­do», bajo el títu­lo: «Guar­dias civi­les olvi­dan sus pis­to­las en Tou­lou­se». Se ase­gu­ra que en coin­ci­den­cia tem­po­ral con la difu­sión de la des­apa­ri­ción de Anza, «un gru­po de guar­dias civi­les salió de for­ma pre­ci­pi­ta­da del apartho­tel Ada­gio, en Tou­lou­se, y se deja­ron olvi­da­das dos pis­to­las deba­jo del col­chón de su habituación».

Siem­pre según esta fuen­te, la Guar­dia Civil no noti­fi­có esta apa­ren­te fuga pre­ci­pi­ta­da a las auto­ri­da­des fran­ce­sas. La fis­cal Kaya­na­kis y el comi­sa­rio Leo­nard no se ente­ra­ron has­ta febrero.

La noti­cia inclu­ye otros aspec­tos rele­van­tes, como la con­fir­ma­ción de que la Guar­dia Civil cono­cía que Anza mili­ta­ba en ETA al haber halla­do sus hue­llas en el zulo de Sen­pe­re, un dato del que dio cuen­ta la orga­ni­za­ción arma­da en su día y que siem­pre ha sido nega­do por el minis­tro de Inte­rior espa­ñol. Alfre­do Pérez Rubal­ca­ba sos­tie­ne que has­ta que ETA no reco­no­ció su mili­tan­cia, las FSE no sabían nada.

Pese a la evi­den­te impor­tan­cia de este epi­so­dio ‑que en el menor de los casos con­fir­ma que había guar­dias civi­les arma­dos en Tou­lou­se en esos días y que tuvie­ron que salir rápi­da­men­te tras tras­cen­der el hecho por un moti­vo inexplicado‑, el Gobierno espa­ñol man­tu­vo ayer su mutis­mo abso­lu­to. Según algu­nas fuen­tes, Rubal­ca­ba ha afir­ma­do en pri­va­do que no pien­sa hacer nin­gún tipo de decla­ra­ción sobre el caso de Anza, des­pués de que su tesis se vinie­ra aba­jo. La prác­ti­ca tota­li­dad de los medios de comu­ni­ca­ción tam­po­co se hicie­ron eco del asunto.

«El Mun­do» mues­tra tener muchos datos sobre el inci­den­te, ya que expli­ca que las dos pis­to­las fue­ron halla­das deba­jo del col­chón por una emplea­da de la lim­pie­za, y que los guar­dias civi­les ‑su núme­ro no se pre­ci­sa- se habían ins­cri­to en el hotel con su nom­bre real.

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«¿Qué tenéis que escon­der?», la gran pre­gun­ta en la mor­gue de Toulouse

Cer­ca de un cen­te­nar de per­so­nas reco­rrie­ron toda­vía de noche los más de 300 kiló­me­tros que sepa­ran Eus­kal Herria de Tou­lou­se. Lo hicie­ron con la espe­ran­za de con­tri­buir a levan­tar otra oscu­ri­dad: la que pesa sobre la des­apa­ri­ción y muer­te de Jon Anza. Acu­die­ron con el con­ven­ci­mien­to de que sólo la pre­sión popu­lar evi­ta­ría que se rea­li­za­ra una autop­sia sin la pre- sen­cia del médi­co de con­fian­za de la fami­lia. Que­rían evi­tar así que se man­tu­vie­ran los inte­rro­gan­tes y se cerra­ra en fal­so la inves­ti­ga­ción sobre el cadáver.

Acu­die­ron inclu­so repre­sen­tan­tes de movi­mien­tos polí­ti­cos occi­ta­nos. Y, por supues­to, miem­bros cono­ci­dos de la izquier­da aber­tza­le, como Miren Legor­bu­ru y Txo­min Zilua­ga, ex pre­sos polí­ti­cos, ami­gos y per­so­nas sim­ple­men­te soli­da­rias con la situa­ción de la familia.

Como ya había ocu­rri­do el vier­nes con el inten­to de ver el cadá­ver para su iden­ti­fi­ca­ción, se encon­tra­ron pri­me­ro con que la fis­cal de Baio­na, Anne Kaya­na­kis, veta­ba al médi­co de con­fian­za y orde­na­ba ini­ciar la autop­sia. Y así fue. Mien­tras, en el exte­rior las dece­nas de poli­cías apos­ta­dos se esfor­za­ban en impe­dir vio­len­ta­men­te que los vas­cos allí con­gre­ga­dos acce­die­ran al inte­rior del edificio.

Pese a ello, hubo quie­nes, iku­rri­ña en mano, con­si­guie­ron esqui­var el cer­co y acce­der a su inte­rior. En ese momen­to, los po- licías recu­rrie­ron a los gases lacrimógenos.

La jor­na­da arran­có para muchos a las 4.30 en la Pla­za Saint Andre de Baio­na. Allí esta­ba fija­da la pri­me­ra cita para acu­dir en cara­va­na has­ta Tou­lou­se, arro­par así a los fami­lia­res de Jon Anza y con­se­guir que en la autop­sia tam­bién estu­vie­ra el médi­co de con­fian­za. Rápi­da­men­te se for­mó una cara­va­na de dece­nas de vehícu­los que pocos minu­tos antes de las 8.00 lle­ga­ba ya al Hos­pi­tal de Ran­gueil de Toulouse.

Para enton­ces, dece­nas de poli­cías, inclu­so con perros, se encon­tra­ban cus­to­dian­do el exte­rior del edi­fi­cio del ser­vi­cio ana­tó­mi­co-foren­se. Se des­ple­ga­ron dos pan­car­tas, una en eus­ka­ra y otra en fran­cés, con la leyen­da «Jon Anza, egia nahi dugu!», así como dece­nas de ikurriñas.

La géli­da maña­na no tar­dó mucho en calen­tar­se. Una vez que se supo que habían ini­cia­do la autop­sia, sólo fal­tó que una voz gri­ta­ra «Denok barru­ra!». Los empu­jo­nes y los gol­pes lle­ga­ron en cas­ca­da, y acto segui­do los poli­cías opta­ron por lan­zar gas lacri­mó­geno a los ros­tros de quie­nes exi­gían la ver­dad sobre lo ocu­rri­do a Jon Anza.

En segun­dos se exten­die­ron por todo el recin­to las per­se­cu­cio­nes y cona­tos de car­gas, dejan­do en el sue­lo a más de un vas­co, entre ellos una per­so­na con pro­ble­mas de asma a la que le cos­ta­ba poder respirar.

Car­gas con gas lacrimógeno

Tras la aco­me­ti­da poli­cial se pro­du­je­ron rifi­rra­fes ver­ba­les curio­sos y sig­ni­fi­ca­ti­vos a la vez, con repro­ches mutuos, en los que por ejem­plo los poli­cías acu­sa­ban a los vas­cos de pro­vo­car su res­pues­ta. «Vio­len­cia es lo que habéis hecho, escon­der un cadá­ver duran­te diez meses y cola­bo­rar en su muer­te, ¡ase­si­nos!», les espe­ta­ban los mani­fes­tan­tes, mien­tras que los poli­cías res­pon­dían con fra­ses co- mo: «No, no, no, noso­tros no tene­mos nada que ver con eso».

No tar­da­ron en lle­gar más y más poli­cías, todos con mate­rial anti­dis­tur­bio, que tam­bién tuvie­ron que tra­ba­jar para des­ba­ra­tar los siguien­tes inten­tos de acce­der al edi­fi­cio sanitario.

Una hora des­pués se infor­ma­ba de que había fina­li­za­do la prue­ba foren­se. En ella, los foren­ses de la capi­tal occi­ta­na toma­ron mues­tras que aho­ra ten­drán que ana­li­zar los labo­ra- torios, mien­tras que la autop­sia de ayer es aún pre­li­mi­nar. Sus resul­ta­dos pasa­rán a la fis­cal de Baio­na, y será ella la que deci­da cuá­les serán los siguien­tes pasos a rea­li­zar. Si des­cu­bre indi­cios de cri­mi­na­li­dad, el cuer­po de Anza segui­rá sin ser ente­rra­do o inci­ne­ra­do. En caso con­tra­rio ‑aun­que habrá que espe­rar a los resul­ta­dos defi­ni­ti­vos, que tar­da­rán sema­nas- será la fami­lia Anza la que deci­da qué hacer con su cadáver.

En asam­blea se infor­mó a los con­cen­tra­dos sobre la fina­li­za­ción de la autop­sia. La denun­cia se resu­mió en dos pre­gun­tas: «¿Por qué vetan al médi­co de con­fian­za?, ¿Qué tenéis que escon­der?». Nadie res­pon­día en el hos­pi­tal. Mien­tras se elu­cu­bra­ba sobre la posi­bi­li­dad de que Kaya­na­kis acu­die­ra al medio­día en per­so­na al cen­tro occi­tano, tan­to los vas­cos como los poli- cías se que­da­ron apos­ta­dos ante la mor­gue. Tam­bién todos los medios fran­ce­ses y, des­pués, los espa­ño­les ‑qui­zás tras leer la noti­cia publi­ca­da por «El Mun­do»-, que lle­ga­ron en cas­ca­da duran­te la.

Se que­da allí

Sobre las 12.30, lle­ga­ban nue­vas noti­cias, más posi­ti­vas. El cuer­po de Jon Anza per­ma­ne­ce­rá allí, y así cabe aún la posi­bi­li­dad de que la fis­cal de Baio­na per­mi­ta que el médi­co de con­fian­za ana­li­ce el cadá­ver. Como la pre­mi­sa esen­cial para que la médi­co de con­fian­za pue­da estu­diar el cadá­ver de Jon Anza es que el cuer­po per­ma­nez­ca en el ins­ti­tu­to foren­se, se deci­dió que así sea. Lue­go el cuer­po sin vida de Jon Anza será repa­tria­do a Eus­kal Herria, aun­que para ello ten­drá que sor­tear las habi­tua­les tra­bas burocráticas.

Ante la hile­ra de gen­dar­mes, un «Eus­ko Guda­riak» puño en alto, gri­tos de «Jon, guda­ri, gogoan zai­tu­gu» y un irrin­tzi des­pi­die­ron al mili­tan­te fallecido.

No son los once meses, son los once días, edi­to­rial de Gara.

Una prác­ti­ca recu­rren­te para des­ac­ti­var escán­da­los es des­viar la aten­ción hacia aspec­tos cola­te­ra­les del caso. Ese camino pare­ce tomar el tra­ta­mien­to judi­cial y mediá­ti­co del expe­dien­te de Jon Anza. Como esta­ba can­ta­do, sobre todo tras prohi­bir­se al médi­co de la fami­lia pre­sen­ciar la autop­sia, el aná­li­sis foren­se no de- paró nada extra­ño: la fis­cal Kaya­na­kis se apre­su­ró a des­ta­car que el mili­tan­te donos­tia­rra murió por un paro car­día­co y fallo mul­ti­or­gá­ni­co, lo cual no deja de ser una obvie­dad, por­que así murie­ron, entre otros, des­de Joxe Arre­gi has­ta Mah­mud al Mabhuh, diri­gen­te de Hamás muer­to a manos del Mos­sad en un hotel de Dubai. En para­le­lo, la fis­cal ha esta­do diri­gien­do todo su dis­cur­so hacia el incom­pren­si­ble sin­sen­ti­do de esos once meses en los que evi­den­te­men­te el cadá­ver de Anza estu­vo «ente­rra­do», aun­que no bajo el sue­lo, sino en una mor­gue. Y mien­tras tan­to, Rubal­ca­ba calla des­pués de haber insi­nua­do que esta­ba vivo y con el dinero.

No cabe duda de que estas pis­tas se enma­ra­ña­rán aún más en los pró­xi­mos días y sema­nas. Por eso hay que remar­car que la cla­ve del asun­to no está en un supues­to ‑aun­que cier­ta­men­te inex­pli­ca­ble- fallo admi­nis­tra­ti­vo de once meses, sino en qué pasó con Jon Anza en esos once días, des­de que salió de Baio­na hacia Tou­lou­se con un bille­te de vuel­ta para dos días des­pués ‑y con una impor­tan­te visi­ta médi­ca que cum­plir en la agen­da- has­ta que pre­sun­ta­men­te apa­re­ció mori­bun­do en un par­que per­di­do de Occitania.

A día de hoy, ni siquie­ra exis­te un rela­to ofi­cial de esos once días. Lo cono­ci­do no reve­la un sólo dato que des­mon­te la con­vic­ción asen­ta­da en bue­na par­te de la socie­dad vas­ca. Una con­vic­ción apun­ta­la­da por la cons­ta­ta­ción de que, ten­gan o no rela­ción direc­ta con el caso, guar­dias civi­les salie­ron pre­ci­pi­ta­da­men­te de un hotel de Tou­lou­se tras esta­llar el caso. Y la de que la Poli­cía fran­ce­sa sabía, por­que se lo tras­la­dó el hos­pi­tal, que tenía un hom­bre fácil­men­te iden­ti­fi­ca­ble murién­do­se en una habitación.

Fuen­te: Dia­rio Gara.

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