Un día como hoy, el 29 de marzo de 1973, el último soldado del Ejército estadounidense abandonó precipitadamente Vietnam después de haber sufrido la peor derrota en su historia.
Durante 10 años ocuparon militarmente Vietnam cobrando la vida de unos 57 000 soldados norteamericanos y más de dos millones de vietnamitas, tanto civiles como militares, 300 000 heridos, centenares de miles de soldados adictos a las drogas y con serios problemas de adaptación a la vida civil.
La guerra de Vietnam ha sido hasta ahora, una de las más larga de la historia estadounidense ‑ayer la invasión a Afganistán alcanzaba a la de Vietnam‑, supuso para este país una experiencia de fracaso y frustración, constituyendo, sin lugar a dudas, el más serio traspiés de EEUU durante la Guerra Fría.
En 1963, el presidente John F. Kennedy promovió un golpe militar de los grupos reaccionarios del sur de Vietnam y la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) se encargó de asesinar al presidente Ngo Dinh Diem y de sustituirlo por una Junta Militar con el objeto de impedir la libre determinación de sus habitantes de unirse a la República Democrática de Vietnam, dirigida por Ho Chi Minh.
Con esta acción, Estados Unidos se involucró más y abiertamente en la guerra. De 165.000 soldados en 1965, pasó a 500.000 en 1968. El territorio y la población de Vietnam fueron sometidos a los más crueles y destructivos bombardeos, incluso con el uso de la guerra química que provocó inmensos daños.
A pesar de su superioridad en armamento, la guerra asimétrica de los vietnamitas provocó derrotas tras derrotas al Ejército estadounidense.
El presidente Richard Nixon aceptó un alto al fuego ratificado en abril de 1973, pero ya desde el 2 de marzo de ese año comenzó el retiro de las tropas estadounidenses en medio de la mayor humillación política y militar. El día 29 de marzo salió el último Marine.