La mayoría de los analistas coinciden al señalar que la punta del iceberg de la crisis económica está en las burbujas financieras construidas mediante la especulación; billones de dólares rotando de mercado en mercado, despojados de valor real y soportados por papel moneda emitido con generosa irresponsabilidad por los bancos centrales.
La concentración y acumulación de capital, el alejamiento del capital financiero de la producción y la cada vez mayor porción del beneficio en manos de rentistas, está en la raíz de un modo de producción el capitalista que resuelve sus crisis de sobre acumulación y sobreproducción destruyendo capital productivo, eliminando costes laborales y absorbiendo como un agujero negro los recursos públicos.
Esta es la dinámica de la crisis económica actual, la dinámica del neoliberalismo; no es posible entender el neoliberalismo sin la crisis permanente entre la concentración de capital cada vez en menos manos y las dificultades de cada vez mas personas para acceder a unas condiciones de vida y trabajo dignas, la demanda social de servicios y la privatización de dichos servicios, el máximo beneficio y la huella ecológica.
Las políticas impuestas por el FMI, el BM y los gobiernos del centro del sistema han tenido como objetivo prioritario romper las barreras que se oponían al control del mercado por parte del capital financiero; poner a su disposición recursos y servicios públicos, establecer una alianza estratégica político-financiera-militar para el dominio global, permisividad con el fraude, la especulación financiera y los paraísos fiscales.
La explosión de la crisis del crédito basura y la rasgada de vestiduras de quienes anunciaron un cambio de modelo, son utilizadas para trasformar la deuda de los banqueros en deuda pública.
Hace tiempo que el capital financiero había iniciado su viaje al control en régimen de monopolio de la economía mundial, lo hicieron en el Consenso de Wasintong y fueron seguidos por los gobiernos europeos conjurados en la estrategia de Lisboa en rivalizar con las multinacionales de EEUU y Japón en la disputa de la porción de la tarta.
Mas allá de la crisis el viaje continua. El rumbo lo fijan los banqueros. El poder político se limita a controlar la posible revuelta.
Hagamos un pequeño repaso. El estado español ha perdido la cuenta del dinero que ha puesto a disposición de los bancos españoles en los últimos dos años; mas de 300.000 mil millones de euros, destinados a comprar activos tóxicos, avales, subvenciones, créditos…Es el mayor robo institucionalizado cometido sobre los salarios y el ahorro público, presente y futuro, en beneficio de un selecto club de parásitos financieros.
La banca española compra dinero en el Banco Central europeo por debajo del 0,5%, lo vende al 3%, 8%, 10%… y compra deuda pública al 4%. Les damos dinero para que nos cobren intereses. Mas del 60% de las empresas que cotizan en el IBEX 35 tienen sociedades en paraísos fiscales; ¿cuanto dinero del entregado termina ahí? ¿Cuánta deuda pública están comprando los bancos sin pagar un duro desde esas sociedades interpuestas?. ¿Recuperar el pulso de los fondos de inversión, volver a obtener beneficios especulativos del 15%, 20% son los brotes verdes jaleados por los gobiernos?.
El neoliberalismo financiero ha conseguido todos sus objetivos; privatización total del crédito y el ahorro, control de la política económica de los estados y carta blanca para el mercado de capitales; ha conseguido sumir la economía global en la tormenta perfecta y la amenaza infinita. El dinero público que se da a los bancos genera deuda pública y esta se convierte en objetivo de los especuladores. Mas crisis, mas poder para la Banca.
La alternativa, el control social del crédito y el ahorro, la socialización del crédito y la creación de instrumentos públicos financieros. Euskal Herria igual que el resto de pueblos de Europa, necesita recuperar el control del ahorro y el crédito para poder tomar sus propias decisiones en materia política, social y económica.
Euskal Herria necesita instrumentos públicos de crédito y ahorro, un sistema financiero público para impulsar nuestro tejido social y productivo. Profundizar el papel social y el compromiso de inversión productiva en Euskal Herria de las Cajas de Ahorro Vascas y potenciar en el mismo sentido Sociedades de Capital Riesgo.
Justo lo contrario de lo que Patxi Lopez, Sanz, Bilbao y Cia están haciendo. Semana si semana también gobiernos y diputaciones anuncian medidas contra la crisis; ¿Tantas medidas para que?. ¿Tantos asesores para qué?. Ni una sola medida efectiva para atajar el fondo del problema; maquillaje y demagogia. ¿Diálogo social para qué, señor López?. Déjese de rollos y aborde de una vez, la creación de empleo de calidad, una política fiscal equitativa y progresiva y el control social del crédito y el ahorro. Resignar a no hacer nada porque no se puede o porque se está a la espera de lo que hacen otros es una insensatez.