«Estas 11 per­so­nas son tes­ti­gos y denun­cian­tes de las atro­ci­da­des que gene­ra la cri­mi­nal polí­ti­ca peni­ten­cia­ria. El Gobierno espa­ñol no quie­re tes­ti­gos»- Etxerat

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Jone Arto­la (miem­bro de Etxerat):

«Etxe­rat quie­re mos­trar su abso­lu­ta soli­da­ri­dad y reco­no­cer el com­pro­mi­so con la defen­sa de los dere­chos de los y las pre­sas polí­ti­cas mos­tra­da duran­te la inta­cha­ble tra­yec­to­ria de las 11 per­so­nas arres­ta­das por la Guar­dia Civil. Asi­mis­mo, desea­mos mos­trar nues­tra total preo­cu­pa­ción por la situa­ción por la que pue­dan estar pasan­do estas per­so­nas duran­te el perio­do de inco­mu­ni­ca­ción. La noti­cia de que Erra­mun Lan­da y Saioa Agi­rre tuvie­ron que ser tras­la­da­dos de madru­ga­da al Hos­pi­tal de Basur­to nos con­ge­ló el cora­zón. En los últi­mos 30 años, cer­ca de 10.000 per­so­nas han denun­cia­do haber sufri­do tor­tu­ras o malos tra­tos tras haber sido dete­ni­das por los múl­ti­ples cuer­pos poli­cia­les que actúan en Eus­kal Herria.

Lo suce­di­do el pasa­do miér­co­les es un nue­vo refle­jo del cons­tan­te ata­que que está sufrien­do la soli­da­ri­dad con los y las pre­sas polí­ti­cas vas­cas en los últi­mos meses. Un ata­que furi­bun­do y que tie­ne como obje­ti­vo ais­lar de la reali­dad social, polí­ti­ca y cul­tu­ral de Eus­kal Herria al Colec­ti­vo de Pre­sos y Pre­sas Polí­ti­cas Vas­cas. Lo hemos dicho una y mil veces, quie­ren a nues­tros fami­lia­res, ami­gos y ami­gas encar­ce­la­dos cie­gos, sor­dos y mudos. Para ello, les dis­per­san a miles de kiló­me­tros, les aís­lan y sepa­ran den­tro de las pro­pias pri­sio­nes, vio­lan todas sus comu­ni­ca­cio­nes, res­trin­gen lo más posi­ble quién les pue­de visi­tar o inten­tan cachear y humi­llar a sus alle­ga­dos antes de los vis a vis para dejar­les sin visi­ta. Aho­ra, ade­más, tam­bién pre­ten­den que no ten­gan nin­gún tipo de defen­sa jurí­di­ca y que la vul­ne­ra­ción cons­tan­te de dere­chos que sufren no sea denunciada.

Cree­mos que se tra­ta de una estra­te­gia per­fec­ta­men­te dise­ña­da y que res­pon­de a un nue­vo impul­so en el monu­men­tal y escan­da­lo­so chan­ta­je que supo­ne la cri­mi­nal polí­ti­ca peni­ten­cia­ria vigen­te. Cons­cien­tes de su fra­ca­so en los obje­ti­vos glo­ba­les de su estra­te­gia, los Esta­dos aprie­tan aho­ra las tuer­cas en el flan­co en el que con­si­de­ran que los y las pre­sas polí­ti­cas vas­cas más pue­den resen­tir­se: el de la solidaridad.

No pue­den estar más equi­vo­ca­dos. La soli­da­ri­dad y el tra­ba­jo en favor de los dere­chos de los y las pre­sas polí­ti­cas va a seguir más que pre­sen­te. Aun­que inten­ten aca­llar, dete­ner e inclu­so ani­qui­lar, la denun­cia va a seguir vigen­te. No lo duda­mos, ni tam­po­co lo duda el Minis­te­rio de Inte­rior espa­ñol en su con­jun­to. Por eso, en pleno secre­to suma­rial, el Secre­ta­rio de Esta­do para la Segu­ri­dad el señor Cama­cho no duda en juz­gar a las per­so­nas arres­ta­das. Lo mis­mo que no le tem­bló en pedir a la tele­vi­sión aus­tra­lia­na que apa­ga­se la cáma­ra cuan­do le pre­gun­ta­ron sobre las denun­cias de Tor­tu­ra en el Esta­do español.

Su jefe, el señor Rubal­ca­ba, con unas fabu­las que ni el mis­mí­si­mo Goeb­bels hubie­ra fir­ma­do, ali­men­tó la mis­ma patra­ña horas des­pués. Es cons­cien­te de su fra­ca­so y de sus men­ti­ras, pero cono­ce bien que una men­ti­ra mil veces repe­ti­da pue­de inclu­so calar. Por tan­to, uti­li­za las into­xi­ca­cio­nes y las men­ti­ras como com­ple­men­to mediá­ti­co de la cri­mi­nal polí­ti­ca peni­ten­cia­ria vigen­te. Esa cri­mi­nal polí­ti­ca peni­ten­cia­ria que ha pro­vo­ca­do dos acci­den­tes en ape­nas dos sema­nas, que ha lle­va­do a que tres pre­sos polí­ti­cos vas­cos hayan sido bru­tal­men­te agre­di­dos o a que deter­mi­na­dos direc­to­res de pri­sio­nes se nie­guen a dejar en sus­pen­so la orden que posi­bi­li­ta­ba los cacheos gene­ra­li­za­dos de fami­lia­res, ami­gos y amigos.

La denun­cia de todo esto ha lle­va­do a la deten­ción de estas 11 per­so­nas. Tes­ti­gos y denun­cian­tes de las atro­ci­da­des que gene­ra la cri­mi­nal polí­ti­ca peni­ten­cia­ria vigen­te o de la muer­te de Jon Anza. El Gobierno espa­ñol no quie­re tes­ti­gos. No quie­re tes­ti­gos que pue­dan denun­ciar. Por eso ha dete­ni­do a estas 11 per­so­nas. El Gobierno espa­ñol no quie­re abo­ga­dos que pon­gan en evi­den­cia sus tro­pe­lías jurí­di­cas ni que denun­cien la situa­ción en la que se encuen­tran los dete­ni­dos tras aca­bar el perio­do de inco­mu­ni­ca­ción. El Gobierno espa­ñol no quie­re que los fami­lia­res denun­cie­mos. El Gobierno espa­ñol no quie­re a pin­to­res que recuer­den a ami­gos a los que han deja­do morir en la cár­cel por des­aten­ción médi­ca. El Gobierno espa­ñol no quie­re que los y las ex pre­sas tra­ba­jen en la calle y con­ti­núen por el camino de la solidaridad.

Esa es su rece­ta, borrar a los tes­ti­gos. En un momen­to en el que en Eus­kal Herria pue­de vol­ver a abrir­se una opor­tu­ni­dad his­tó­ri­ca, el Gobierno espa­ñol vuel­ve a apli­car sus mis­mas rece­tas repre­si­vas de siem­pre y vuel­ve a ata­car a la soli­da­ri­dad con los y las pre­sas polí­ti­cas vas­cas. Somos cons­cien­tes de que van a pro­fun­di­zar en dicha estra­te­gia repre­si­va y de que lle­ga­rán bar­ba­ri­da­des de simi­lar cala­do duran­te los pró­xi­mos meses. Pero, somos igual­men­te cons­cien­tes de que la soli­da­ri­dad y la denun­cia serán cons­tan­tes. Y es que, por mucho que inten­ten cor­tar todas las flo­res, la pri­ma­ve­ra será impa­ra­ble en nues­tro país. Se ha demos­tra­do, por ejem­plo, con la mul­ti­tu­di­na­ria mani­fes­ta­ción del pasa­do 2 de enero en Bil­bao, a pesar de los inten­tos de impedirla.

Por nues­tra par­te, enviar un abra­zo soli­da­rio a las 11 per­so­nas arres­ta­das y a todos sus fami­lia­res, ami­gos, ami­gas y com­pa­ñe­ros de tra­ba­jo y lla­mar a la socie­dad vas­ca a tomar par­te en las movi­li­za­cio­nes de denun­cia de los arres­tos de Bil­bao y San Sebastián.»

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