Al cumplirse 140 años de su natalicio, el 22 de abril de 1870, la dimensión histórica del pensamiento y la acción de Vladimir Ilich Lenin aparecen como algo realmente asombroso ante cualquier estudioso de las ciencias sociales en nuestros días.
Fue el fundador de una nueva época: Impuso al siglo XX el sello infinito de la era de la revolución socialista al quebrar el dominio de los explotadores en la atrasada Rusia zarista y crear, a golpes de tesón y heroísmo colosales, el Primer Estado de Obreros y Campesinos en la historia, lo que precipitó el desarrollo acelerado de los movimientos revolucionarios y emancipadores en todo el planeta.
Entre los aportes sustanciales de Lenin al marxismo y al progreso de la humanidad se destacan su teoría del imperialismo como la última fase del desarrollo capitalista, la creación del Partido de nuevo tipo, la revolución socialista y la dictadura del proletariado, la relación indisoluble entre la liberación nacional y la liberación social, los principios de la coexistencia pacífica y la teoría sobre las vías de construcción del socialismo.
Para todo revolucionario, para todo hombre honesto sobre la tierra, la vida y la obra de Vladimir Ilich Lenin constituyen, por sí mismas, objeto de permanente admiración.