Con estas palabras, en la rueda de prensa de ayer, el Dr. Mustafá Barghouthi condenó la nueva orden militar emitida por las autoridades israelíes que exige que todos los residentes de Cisjordania, incluyendo a los nacidos, allí obtengan a un permiso emitido por los israelíes.
«Entrar «ilegalmente» en la zona significa que alguien está en el área sin una orden del gobernador militar de dicha zona», subrayó el abogado Raja Shahadeh, quien explicó los aspectos legales vinculados a la definición de «infiltrado». «Bajo las nuevas enmiendas el término implica que a la persona a la que se acusa de “infiltrada” automáticamente se la considera culpable y debe demostrar su inocencia».
El Dr. Barghouthi, quien comparó las ordenes militares con las leyes en vigor que impiden a los palestinos volver a las tierras donde vivían antes de 1948, interpretó estas nuevas medidas como un acto preparatorio de otra oleada de limpieza étnica en los Territorios Palestinos Ocupados que afectará a 80.000 palestinos que viven en Cisjordania desde hace muchos años.
«Estas medidas también consolidarán un sistema de apartheid, de cantonización de las regiones y ciudades palestinas que transformarán la presencia palestina en una serie de bantustanes aislados unos de otros», dijo. Añadió que esta ley intensificará la separación entre Cisjordania y Gaza y entre Jerusalén Este y el resto de los Territorios Ocupados.
Después, a lo largo de la conferencia, habló sobre el siguiente asunto:
Al definir a cualquier palestino como un «infiltrado» y consecuentemente hacer posible una deportación masiva desde Cisjordania, Israel actúa en contradicción con la Convención de Ginebra y los derechos humanos, tratando a los residentes de la Franja de Gaza o a aquéllos que tienen a sus descendientes en la Franja de Gaza como si cometieran un crimen aunque simplemente estén viviendo en su propio país.
Este acto también representa una violación de los acuerdos de Oslo al consolidar la idea de que Israel todavía gobierna militarmente todo el territorio ocupado, incluyendo las áreas A, B y C. Israel declara de facto que la administración de la de Autoridad Palestina no tienen ninguna validez sobre el terreno.
Un sistema de apartheid
«Esta orden militar es un acto destinado a obstruir el trabajo diario de muchas personas cuya presencia es importante para Cisjordania, no sólo los activistas internacionales de solidaridad, sino también expertos, profesionales y cooperantes de varias organizaciones no gubernamentales que operan en territorio palestino.
Israel utilizará esta ley para detener a los palestinos que estén activos en la resistencia pacífica no violenta que participan en protestas populares contra el muro de separación y contra la ampliación de las colonias: si entran en las áreas que han sido declaradas zonas cerradas militares, el ejército israelí tendrán poder para detener a los manifestantes. Si esto ocurre, los activistas pueden ser condenados y encarcelados hasta siete años o deportados de Cisjordania. Cualquier palestino que viaje al valle del Jordán o a la denominada área C, que abarca el 60% de toda Cisjordania, puede ser declarado «infiltrado» y podría ser detenido.
Israel sigue perpetrando una violación tras otra e implementando un complejo plan de confiscación de tierras que impone de hecho un sistema de apartheid independientemente de las negociaciones. Esto forma parte del establecimiento de un entramado de políticas destinadas a liquidar la legitimidad palestina sobre Jerusalén Este, a ignorar el derecho de los refugiados palestinos a volver y a negar el derecho de los palestinos a escoger dónde vivir, aislando la presencia palestina en el 60% de Cisjordania.
Se trata de una estrategia colonizadora que sucede a diario mediante la ampliación de las colonias, la construcción del muro y puestos militares de control, la separación y segregación por medio de un sistema de carreteras y la utilización de una serie de leyes injustas.
Irónicamente esta nueva medida aparece mientras la comunidad internacional trata de reanimar el supuesto proceso de paz, lo que representa un insulto a toda la comunidad internacional, a la Unión Europea y a la administración estadounidense.
Una estrategia de resistencia
En nuestra opinión, la Autoridad Palestina debería reconsiderar completamente la política de seguridad acordada con la coordinación de Israel y considerar la posibilidad de emitir documentos de identidad sin el control de las autoridades israelíes. En segundo lugar hacemos un llamamiento a la Autoridad Palestina y a todas las facciones, partidos y representantes de los Territorios Palestinos a adoptar la estrategia y los principios del boicot, desinversiones y sanciones y a tratar al gobierno israelí como se trató en su momento al gobierno sudafricano.
La respuesta a esta política adicional realizada por Israel requiere el desarrollo de una movilización conjunta por parte de la comunidad internacional, una acción colectiva para proteger a los 80.000 palestinos y sus familias que ahora estarán sometidos a esta medida adicional de limpieza étnica y deportación.
La presión económica como una herramienta poderosa
Finalmente instamos a los 30 Estados miembros de la OCDE a no garantizar la admisión de Israel en la organización. Dar la bienvenida a Israel como miembro de la OCDE significa no sólo la concesión de ventajas prácticas económicas, sino también la demostración de que la comunidad internacional acepta su conducta, cuestionable y reprensible, que viola los principios de la OCDE.
Como parte de su solicitud de adhesión, Israel remitió información a la OCDE que proporciona datos que incluyen cifras estadísticas relacionadas con áreas ocupadas como los Altos del Golán, Jerusalén Este y todas las colonias ilegales en Cisjordania: Esto quiere decir que la declaración de su territorio económico incluye todas estas áreas anexionadas y ocupadas ilegalmente contraviniendo las políticas y principios de la OCDE. Exigimos que los miembros de la OCDE no aprueben la adhesión de Israel, que minará la credibilidad de la Unión Europea y de la comunidad internacional a la vez que alentará la impunidad de Israel.
Traducido del inglés por Carlos Sanchis y revisado por Caty R.
Fuente: Rebelion