Hoy se cumplen tres años desde que en Hego Euskal Herria se celebraron elecciones municipales, forales y al Parlamento de Navarra; elecciones que fueron totalmente antidemocráticas.
Todos sabemos en que condiciones se desarrollaron: Además de ilegalizar dos formaciones políticas, el Tribunal Supremo español anula la mitad de las listas de EAE-ANV. Mediante la Ley de Partidos Políticos, el Gobierno español y su gestor el PSOE anularon el derecho ha elegir y ha ser elegido, tal como lo hicieron en las elecciones municipales y forales del año 2003.
Sin embargo, por encima de esta ley profundamente antidemocrática, los y las ciudadanas votaron y eligieron a sus representantes. Algunos obtuvieron reconocimiento legal y otros cientos, siguen siendo negados. Sin embargo, no es la ley lo que nos convierte en representes municipales, sino que la voluntad popular.
Los ayuntamientos, Diputaciones Forales y el Parlamento navarro se formaron con este punto de partida antidemocrático. En pocas palabras, muchas instituciones se conformaron dando la espalda a la voluntad popular y en consecuencia en Euskal Herria tenemos demasiadas instituciones con un reparto de poder falso y trucado que no son representativas de dicha voluntad popular.
Hoy por hoy, representantes de diversos partidos siguen ejerciendo en cargos de concejales sin ninguna legitimidad.
Además, ese apartheid institucional se sitúa en el marco de una ofensiva represiva contra los derechos civiles y políticos, ya que, derechos fundamentales como el de la participación electoral o los derechos de opinión, reunión y expresión son constantemente vulnerados en Euskal Herria.
Mediante la Ley de Partidos Políticos, las reformas penales, etc el Estado ha creado una estructura legal “ad hoc” para intentar neutralizar políticamente a la Izquierda Abertzale. En el Estado español la división de poderes, uno de los pilares fundamentales de la democracia, es un autentico fraude. Así, a lo largo de esta legislatura han abierto toda una línea represiva contra los cargos electos independentistas, con órdenes de disolver grupos municipales, procesamientos, citaciones y ejemplos como los de Hernani, Arrasate, Aramaio, Berriozar, Gernika…)
Sin embargo, y salvando todos los obstáculos e incluso estando fuera de las instituciones municipales, los electos independentistas no se han resignado y han mostrado su compromiso con su pueblo, aun no teniendo una representación legal reconocida, presentando mociones, propuestas, aportaciones, etc.
En las instituciones en que tenemos representatividad legal, estamos realizando una ardua tarea, tanto desde la oposición como desde los gobiernos municipales. No estamos de acuerdo con el modelo de gestión institucional actual, ya que lo consideramos presidencialista y muy dependiente del partidismo. Nosotros y nostras tenemos otro modelo, queremos construir nuestro pueblo desde la izquierda y tenemos la alternativa para ello, y queremos situar las instituciones en esa dirección.
Consideramos que el cambio político y social en Euskal Herria son imprescindibles, y para conseguir ese objetivo la Izquierda Abertzale considera importantísimo el trabajo institucional: para desarrollar políticas sociales acordes con la mayoría, para hacer frente a la corrupción, precariedad, al desequilibrio social, a los modelos desarrollistas agresivos… Día a día estamos construyendo la alternativa que necesita nuestro pueblo, desde la calle y desde las instituciones. Estamos pasando de las palabras a los hechos en diferentes áreas: en la participación ciudadana, en la igualdad, en la gestión de los residuos urbanos, en el Euskara, urbanismo, presupuestos, reducción de sueldos y gastos de electos…
En el año que queda de legislatura seguiremos trabajando con el mismo norte. Tenemos muy claro que las instituciones municipales y forales juegan un papel muy importante en la construcción nacional y en el cambio social. En este sentido, el programa socio-político que la Izquierda Abertzale defenderá y desarrollará en las instituciones se conformara con propuestas coherentes con el cambio político y social y teniendo como referencia las aportaciones y necesidades del moviendo popular, de las fuerzas independentistas y de los sectores populares.
Todos sabemos en que condiciones se desarrollaron: Además de ilegalizar dos formaciones políticas, el Tribunal Supremo español anula la mitad de las listas de EAE-ANV. Mediante la Ley de Partidos Políticos, el Gobierno español y su gestor el PSOE anularon el derecho ha elegir y ha ser elegido, tal como lo hicieron en las elecciones municipales y forales del año 2003.
Sin embargo, por encima de esta ley profundamente antidemocrática, los y las ciudadanas votaron y eligieron a sus representantes. Algunos obtuvieron reconocimiento legal y otros cientos, siguen siendo negados. Sin embargo, no es la ley lo que nos convierte en representes municipales, sino que la voluntad popular.
Los ayuntamientos, Diputaciones Forales y el Parlamento navarro se formaron con este punto de partida antidemocrático. En pocas palabras, muchas instituciones se conformaron dando la espalda a la voluntad popular y en consecuencia en Euskal Herria tenemos demasiadas instituciones con un reparto de poder falso y trucado que no son representativas de dicha voluntad popular.
Hoy por hoy, representantes de diversos partidos siguen ejerciendo en cargos de concejales sin ninguna legitimidad.
Además, ese apartheid institucional se sitúa en el marco de una ofensiva represiva contra los derechos civiles y políticos, ya que, derechos fundamentales como el de la participación electoral o los derechos de opinión, reunión y expresión son constantemente vulnerados en Euskal Herria.
Mediante la Ley de Partidos Políticos, las reformas penales, etc el Estado ha creado una estructura legal “ad hoc” para intentar neutralizar políticamente a la Izquierda Abertzale. En el Estado español la división de poderes, uno de los pilares fundamentales de la democracia, es un autentico fraude. Así, a lo largo de esta legislatura han abierto toda una línea represiva contra los cargos electos independentistas, con órdenes de disolver grupos municipales, procesamientos, citaciones y ejemplos como los de Hernani, Arrasate, Aramaio, Berriozar, Gernika…)
Sin embargo, y salvando todos los obstáculos e incluso estando fuera de las instituciones municipales, los electos independentistas no se han resignado y han mostrado su compromiso con su pueblo, aun no teniendo una representación legal reconocida, presentando mociones, propuestas, aportaciones, etc.
En las instituciones en que tenemos representatividad legal, estamos realizando una ardua tarea, tanto desde la oposición como desde los gobiernos municipales. No estamos de acuerdo con el modelo de gestión institucional actual, ya que lo consideramos presidencialista y muy dependiente del partidismo. Nosotros y nostras tenemos otro modelo, queremos construir nuestro pueblo desde la izquierda y tenemos la alternativa para ello, y queremos situar las instituciones en esa dirección.
Consideramos que el cambio político y social en Euskal Herria son imprescindibles, y para conseguir ese objetivo la Izquierda Abertzale considera importantísimo el trabajo institucional: para desarrollar políticas sociales acordes con la mayoría, para hacer frente a la corrupción, precariedad, al desequilibrio social, a los modelos desarrollistas agresivos… Día a día estamos construyendo la alternativa que necesita nuestro pueblo, desde la calle y desde las instituciones. Estamos pasando de las palabras a los hechos en diferentes áreas: en la participación ciudadana, en la igualdad, en la gestión de los residuos urbanos, en el Euskara, urbanismo, presupuestos, reducción de sueldos y gastos de electos…
En el año que queda de legislatura seguiremos trabajando con el mismo norte. Tenemos muy claro que las instituciones municipales y forales juegan un papel muy importante en la construcción nacional y en el cambio social. En este sentido, el programa socio-político que la Izquierda Abertzale defenderá y desarrollará en las instituciones se conformara con propuestas coherentes con el cambio político y social y teniendo como referencia las aportaciones y necesidades del moviendo popular, de las fuerzas independentistas y de los sectores populares.