Los peores augurios se ven cumplidos tras la comparecencia de Patxi Lopez en el Parlamento de Gasteiz para vender las medidas de Zapatero. Desde LAB valoramos las propuestas del señor López como seguidistas, injustas y contraproducentes.
El diagnóstico que realiza de la situación de la CAPV es falso. La falta de recaudación no es consecuencia de la crisis financiera generada en EEUU, es consecuencia de una nefasta política fiscal que ha hecho que los ricos cada vez paguen menos y puedan defraudar con más comodidad. La ciudadanía no ha gastado por encima de nuestras posibilidades; el Estado ha entregado a los bancos miles de millones de euros sin ninguna contrapartida y han originado una deuda pública del 65% del PIB.
Han malvendido el sector y los servicios públicos para que unos pocos hagan negocio con los derechos de la mayoría. Han legislado para aumentar la precariedad, el desempleo y disminuir las prestaciones sociales; han hundido la demanda interna por medio de políticas de austeridad exigidas por los banqueros. La UE y el FMI están simplemente dando dinero a los especuladores para generar mayores beneficios por la compra de la deuda pública.
Las medidas planteadas sólo sirven para que las trabajadoras y trabajadores vascos y la ciudadanía en general paguemos los platos rotos de su política presupuestaria y fiscal injusta. Zapatero pretende que nosotras y nosotros paguemos a escote los efectos desastrosos de su política económica basada en la especulación financiera, los pelotazos inmobiliarios, la venta a precio de saldo del sector público y la gestión partidista de las administraciones públicas.
Se va a aplicar la rebaja de los salarios recogida en el decreto del Gobierno español en los términos recogidos en él. La reducción del 5% de la masa salarial va a suponer además la pérdida de empleo público, el incremento de la acumulación de tareas y el deterioro de la prestación de los servicios: se dice que de forma inmediata se amortizarán 1.500 plazas.
Congelar las pensiones e incrementar el pago de los medicamentos por parte de los pensionistas; reducir las prestaciones sociales y «adecuar» la Ley de Servicios Sociales en función de las disponibilidades presupuestarias; impulsar estrategias de copago de los servicios públicos; acabar con las reivindicaciones salariales de homologación con las trabajadoras y trabajadores de los servicios públicos; crear una «comisión de productividad» del sector público… Esta es la apuesta por lo público, privatizar aún más los servicios. Esto es lo que Patxi López va a realizar de inmediato, reducir los salarios y las prestaciones y servicios públicos.
Respecto a la actuación fundamental, la injusta política fiscal, sólo dice que hay que «realizar una reflexión serena»; habla del fraude pero no toma ni una sola medida para perseguirlo; habla de la especulación financiera pero se limita a decir que no puede hacer nada al respecto.
Todo lo demás, diálogo, consenso, creación de empleo y mejora de la productividad, mejora de la competitividad… Nada de nada. Palabrería sin ninguna concreción más allá de decir que a esto se va a dedicar lo que sobre del «ahorro» y los «ingresos extraordinarios».
Una propuesta de estas características que nada tiene que ver ni con la realidad de la economía vasca, ni con las necesidades de su ciudadanía sólo puede ser impuesta aquí desde los intereses de un estado que se ha ganado a pulso su quiebra y pretende que nosotras y nosotros paguemos sus platos rotos.
El Lehendakari elegido gracias a la exclusión de decenas de miles de votantes del proceso electoral, está cumpliendo a rajatabla el encargo de Zapatero. No se podía esperar otra cosa.
Pero aquí y ahora, en Euskal Herria, se necesita otro tipo de política económica; una política económica que ponga a las personas por delante del mercado, una política económica centrada en mejorar las condiciones de vida de las personas y no en el negocio de los bancos. Una política sociolaboral para garantizar nuestros derechos básicos, la creación de empleo de calidad y el desarrollo de servicios públicos para la ciudadanía. Unas instituciones democráticas con plena capacidad para decidir las políticas públicas.
Estas fueron junto al rechazo a las medidas las razones de la convocatoria de la huelga del Sector Público y estas siguen siendo las razones que nos obligan a seguir profundizando y apostando por la extensión y contundencia de nuestra respuesta. No nos dejan otra alternativa.
Euskal Herria, 27 de mayo de 2010