Apuesto a que mi amigo estaría de acuerdo con Zapatero cuando habla de «congelar» los estipendios de los (altos) funcionarios pero yo, un tipo irascible, hablaría de bajarles el sueldo y subirlo a los trabajadores. Así el IVA sería más justo
Desde el Más Allá ‑pues vivo en un país milagrero y milagroso que vive de milagro‑, me escribe un antiguo amigo suministrando un paliativo para la puta crisis. Mi amigo no es un revolucionario ni un maximalista como yo que delira que basta con tumbar el capitalismo como exutorio para que supuren los males de la gran mayoría del pueblo. Bastaría con cambiar las relaciones sociales de producción y expropiar a los expropiadores. Pero los ladrones no se dejan y, además, son gente honrada.
Lo que le pone cardíaco a mi clarividente y swedenborgiano colega son los gastos corrientes de no importa qué gobierno. Se refiere, aparte de los gastos de luz y teléfono, a los honorarios de lo que él llama «políticos» otrosí «clase política» (los entrecomillados son míos). Propone un «salario ético» para los «políticos». Para ello, parte del principio ‑asaz idealista- de que el «político» es una persona que actúa por vocación de servicio al pueblo porque quiere aportar a la sociedad lo mejor de sí mismo sin ningún tipo de interés personal ni lucrativo. Avanza, este espíritu fractal, como salario digno y ético, 25.000 euros anuales, algo ‑agrega- muy por encima de lo que cobran la mayoría de los ciudadanos.
No los barrería con una escoba revolucionaria ‑que es lo que yo haría- para mandarlos al museo de la historia porque, decididamente, mi inconsútil amigo, es un reformista. Pone ejemplos de los políticos mejor pagados señalando la fuente: el periódico económico «Expansión» con data 4 de agosto de 2008. Ahí se señala que José Montilla, presidente de la Generalitat de Catalunya, tiene un sueldo anual de 164.000 euros. Si fuera de 25.000 euros, como propone este forofo del Athletic, el ahorro anual sería de 139.000 euros de vellón. O sea, en las antiguas pesetas, de 27 millones a 4 millones de pelas. Un ahorro considerable. Apuesto a que mi amigo estaría de acuerdo con Zapatero cuando habla de «congelar» los estipendios de los (altos) funcionarios pero yo, un tipo irascible, hablaría de bajarles el sueldo y subirlo a los trabajadores. Así el IVA sería más justo.
Puso más ejemplos. Tengo aquí la relación de peculios de todos y cada uno de los presidentes autónomos que, por obvias razones de espacio, no puedo reseñar. Nuestro hombre en el Más Allá, esto sí, se extiende en señalar los pecunios y martingalas, sinecuras y prebendas, cuando no «mordidas», que cobran los parásitos en concepto de dietas y complementos que, salvo los diputados «rasos» del Congreso, no tributan. Menciona a diputados provinciales y senadores. También a la Mesa del Congreso, vicepresidentes de la Cámara, los secretarios con sus gastos de representación y libre disposición, los portavoces de los grupos parlamentarios, las Comisiones y ello por no hablar de los eurodiputados, alcaldes, concejales eta abar…
Tiene razón mi amigo en lo que dice pero ignora que este argumentario ‑horrible palabro- ha sido hecho suyo por la derechona, no por convicción, sino por evicción. Y yo que pensaba que la burocracia era típica de los países comunistas.
fuente: gara