Pro­ble­mas de la gue­rra y de la estra­te­gia – Mao tse Tung

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I. LAS CARACTERÍSTICAS DE CHINA Y LA GUERRA REVOLUCIONARIA

La tarea cen­tral y la for­ma más alta de toda revo­lu­ción es la toma del Poder por medio de la lucha arma­da, es decir, la solu­ción del pro­ble­ma por medio de la gue­rra. Este revo­lu­cio­na­rio prin­ci­pio mar­xis­ta-leni­nis­ta tie­ne vali­dez uni­ver­sal, tan­to en Chi­na como en los demás países.

No obs­tan­te, ate­nién­do­se al mis­mo prin­ci­pio, el par­ti­do del pro­le­ta­ria­do lo apli­ca de dis­tin­ta for­ma según las dis­tin­tas con­di­cio­nes. En los paí­ses capi­ta­lis­tas, cuan­do éstos no son fas­cis­tas ni están en gue­rra, las con­di­cio­nes son las siguien­tes: en lo interno, no exis­te el sis­te­ma feu­dal, sino la demo­cra­cia bur­gue­sa; en lo externo, esos paí­ses no sufren la opre­sión nacio­nal, sino que ellos mis­mos opri­men a otras nacio­nes. Debi­do a estas carac­te­rís­ti­cas, la tarea del par­ti­do del pro­le­ta­ria­do en los paí­ses capi­ta­lis­tas con­sis­te en edu­car a los obre­ros, acu­mu­lar fuer­zas a tra­vés de un lar­go perío­do de lucha legal, y pre­pa­rar­se así para el derro­ca­mien­to final del capi­ta­lis­mo. Allí la cues­tión es sos­te­ner una lar­ga lucha legal, uti­li­zar el par­la­men­to como tri­bu­na, recu­rrir a las huel­gas eco­nó­mi­cas y polí­ti­cas, orga­ni­zar sin­di­ca­tos y edu­car a los obre­ros. Allí las for­mas de orga­ni­za­ción son lega­les y las for­mas de lucha, incruen­tas (no de gue­rra). En lo que se refie­re a la cues­tión de la gue­rra, los Par­ti­dos Comu­nis­tas de los paí­ses capi­ta­lis­tas se opo­nen a las gue­rras impe­ria­lis­tas de sus pro­pios paí­ses; si se pro­du­cen tales gue­rras, su polí­ti­ca se orien­ta a la derro­ta de los gobier­nos reac­cio­na­rios de sus pro­pios paí­ses. La gue­rra que quie­ren empren­der dichos Par­ti­dos no es otra que la gue­rra civil para la cual se están pre­pa­ran­do [1] . Pero mien­tras la bur­gue­sía no esté real­men­te redu­ci­da a la impo­ten­cia, mien­tras la mayo­ría del pro­le­ta­ria­do no esté deci­di­da a empren­der el levan­ta­mien­to arma­do y la gue­rra civil, y mien­tras las masas cam­pe­si­nas no estén dis­pues­tas a ayu­dar volun­ta­ria­men­te al pro­le­ta­ria­do, este levan­ta­mien­to y esta gue­rra no deben rea­li­zar­se. Ade­más, lle­ga­do el momen­to de ini­ciar tales accio­nes, el pri­mer paso será ocu­par las ciu­da­des y des­pués avan­zar sobre el cam­po, y no al revés. Todo esto es la mane­ra como han actua­do los Par­ti­dos Comu­nis­tas de los paí­ses capi­ta­lis­tas, y la Revo­lu­ción (le octu­bre en Rusia ha con­fir­ma­do su justeza.

El caso de Chi­na es dife­ren­te. La par­ti­cu­la­ri­dad de Chi­na es que no es un país inde­pen­dien­te y demo­crá­ti­co sino semi­co­lo­nial y semi­feu­dal, don­de no hay demo­cra­cia, sino opre­sión feu­dal, y que en sus rela­cio­nes exte­rio­res no goza de inde­pen­den­cia nacio­nal, sino que sufre la opre­sión impe­ria­lis­ta. Por o tan­to, no tene­mos par­la­men­to que uti­li­zar, ni dere­cho leal de orga­ni­zar a los obre­ros para rea­li­zar huel­gas. Aquí la tarea fun­da­men­ta del Par­ti­do Comu­nis­ta no con­sis­te en pasar por un lar­go perio­do de lucha legal antes de empren­der el levan­ta­mien­to y la gue­rra, m en apo­de­rar­se pri­me­ro de las ciu­da­des y lue­go ocu­par el cam­po, sino en todo lo contrario.

Cuan­do los impe­ria­lis­tas no rea­li­zan ata­ques arma­dos con­tra nues­tro país, el Par­ti­do Comu­nis­ta de Chi­na, o bien sos­tie­ne jun­to con la bur­gue­sía una gue­rra civil con­tra los cau­di­llos mili­ta­res (laca­yos del impe­ria­lis­mo), como las gue­rras en Kuang­tung [2] y la Expe­di­ción al Nor­te ocu­rri­das entre 1924 y 1927, o bien se une con los cam­pe­si­nos y la peque­ña bur­gue­sía urba­na para sos­te­ner una gue­rra civil con­tra la cla­se terra­te­nien­te y la bur­gue­sía com­pra­do­ra (tam­bién laca­yos del impe­ria­lis­mo) como la Gue­rra Revo­lu­cio­na­ria Agra­ria de 1927 – 1936. Pero cuan­do los impe­ria­lis­tas lan­zan ata­ques arma­dos con­tra Chi­na. el Par­ti­do se une enton­ces con todas las cla­ses y capas socia­les del país que se opo­nen a los agre­so­res extran­je­ros, para empren­der una gue­rra nacio­nal con­tra el enemi­go exte­rior, como la actual Gue­rra de Resis­ten­cia con­tra el Japón.

Mao en Shen­si del Nor­te, 1936

Todo esto mues­tra la dife­ren­cia entre Chi­na y los paí­ses capi­ta­lis­tas. En Chi­na, la for­ma prin­ci­pal de lucha es la gue­rra, y la for­ma prin­ci­pal de orga­ni­za­ción, el ejér­ci­to. Todas las demás for­mas, como las orga­ni­za­cio­nes y luchas de las masas popu­la­res, son tam­bién muy impor­tan­tes y abso­lu­ta­men­te indis­pen­sa­bles, y de nin­gún modo deben ser deja­das de lado, pero el obje­ti­vo de todas ellas es ser­vir a la gue­rra. Antes del esta­lli­do de una gue­rra, todas las orga­ni­za­cio­nes y luchas tie­nen por fina­li­dad pre­pa­rar­la, como en el perio­do que va del Movi­mien­to del 4 de Mayo (1919) al Movi­mien­to del 30 de mayo (1925). Des­pués del esta­lli­do de una gue­rra, todas las orga­ni­za­cio­nes y luchas se coor­di­nan de modo direc­to o indi­rec­to con la gue­rra. Por ejem­plo, en el perío­do de la Expe­di­ción al Nor­te, todas las orga­ni­za­cio­nes y ludas en la reta­guar­dia del ejér­ci­to revo­lu­cio­na­rio se coor­di­nan en for­ma direc­ta con la gue­rra, en tan­to que aque­llas en las regio­nes domi­na­das por los cau­di­llos mili­ta­res del Nor­te se coor­di­na­ron con ella en for­ma indi­rec­ta. Asi­mis­mo, en el perio­do de la Gue­rra Revo­lu­cio­na­ria Agra­ria, todas las orga­ni­za­cio­nes y luchas den­tro de las zonas rojas estu­vie­ron coor­di­na­das en for­ma direc­ta con la gue­rra, mien­tras que las de otras zonas lo estu­vie­ron de mane­ra indi­rec­ta. v final­men­te, en la actual Gue­rra de Resis­ten­cia con­tra el Japón, todas las orga­ni­za­cio­nes y luchas en la reta­guar­dia de las fuer­zas arma­das anti­ja­po­ne­sas yen las zonas ocu­pa­das por el enemi­go tam­bién están coor­di­na­das de mane­ra direc­ta o indi­rec­ta con la guerra.

«En Chi­na, la revo­lu­ción arma­da com­ba­te a la con­tra­rre­vo­lu­ción arma­da. Tal es una de las pecu­lia­ri­da­des y una de las ven­ta­jas de la revo­lu­ción chi­na.» [3] Esta tesis del cama­ra­da Sta­lin es ente­ra­men­te correc­ta y váli­da por igual para la expe­di­ción al Nor­te, para la Gue­rra Revo­lu­cio­na­ria Agra­ria y para la actual Gue­rra de Resis­ten­cia con­tra el capón: codas éstas son gue­rras revo­lu­cio­na­rias, diri­gi­das a com­ba­tir a la con­tra­rre­vo­lu­ción, y en ellas par­ti­ci­pa prin­ci­pal­men­te el pue­blo revo­lu­cio­na­rio. Las úni­cas dife­ren­cias entre ellas son las mis­mas que exis­ten entre una gue­rra civil y una gue­rra nacio­nal, entre una gue­rra sos­te­ni­da por el par­ti­do comu­nis­ta solo y una gue­rra rea­li­za­da con­jun­ta­men­te por el Kuo­min­tang y el Par­ti­do Comu­nis­ta. Está cla­ro que estas dife­ren­cias son impor­tan­tes, pues indi­can la ampli­tud de la fuer­za prin­ci­pal de la gue­rra (si es una alian­za de los obre­ros y los cam­pe­si­nos o una afian­za de los obre­ros, los cam­pe­si­nos y la bur­gue­sía) y el blan­co al que está diri­gi­da la gue­rra (si con­tra un enemi­go interno o un enemi­go exte­rior, y en el pri­mer caso, si con­tra los cau­di­llos mili­ta­res del Nor­te o con­tra el Kuo­min­tang); tam­bién indi­can que la gue­rra revo­lu­cio­na­ria de Chi­na pre­sen­ta un con­te­ni­do dife­ren­te en las dis­tin­tas eta­pas de su desa­rro­llo his­tó­ri­co. Pero todas estas gue­rras repre­sen­tan la lucha de la revo­lu­ción arma­da fren­te a la con­tra­rre­vo­lu­ción arma­da, todas son gue­rras revo­lu­cio­na­rias, y todas mues­tran las pecu­lia­ri­da­des y ven­ta­jas de la revo­lu­ción chi­na. La tesis de que la gue­rra revo­lu­cio­na­ria es una de las pecu­lia­ri­da­des y una de las ven­ta­jas de la revo­lu­ción chi­na» con­cuer­da per­fec­ta­men­te con las con­di­cio­nes de Chi­na. La tarea prin­ci­pal del par­ti­do del pro­le­ta­ria­do chino, tarea que tie­ne ante sí casi des­de el comien­zo mis­mo de su exis­ten­cia, es la de unir­se con el mayor núme­ro posi­ble de alia­dos y orga­ni­zar- la lucha arma­da para com­ba­tir, de acuer­do con las cir­cuns­tan­cias, a la con­tra­rre­vo­lu­ción arma­da inter­na o exter­na, y para lograr la liberación

nacio­nal y social. En Chi­na, sin lucha arma­da no habría lugar, para cl pro­le­ta­ria­do y el Par­ti­do comu­nis­ta, ni podrían éstos rea­li­zar nin­gu­na tarea revolucionaria.

Nues­tro Par­ti­do no com­pren­dió ple­na­men­te esta ver­dad en los cin­co o seis años trans­cu­rri­dos des­de su fun­da­ción en 1921 has­ta su par­ti­ci­pa­ción en la Expe­di­ción al Nor­te en 1926. En esa épo­ca no enten­dió la extre­ma impor­tan­cia de la lucha arma­da en Chi­na, ni se ocu­pó con serie­dad de la pre­pa­ra­ción para la gue­rra ni de la orga­ni­za­ción de un ejer­ci­to, ni con­fi­rió la debi­da impor­tan­cia al estu­dio de la estra­te­gia y la tác­ti­ca mili­ta­res. en el cur­so de la expe­di­ción al Nor­te, no se esfor­zó por ganar­se a las fuer­zas arma­das y con­cen­tro uni­la­te­ral­men­te su aten­ción en el movi­mien­to de masas; como resul­ta­do de ello, todo este movi­mien­to se derrum­bó en cuan­to el Kuo­min­tang se vol­vió reac­cio­na­rio. Aun des­pués de 1927 y duran­te lar­go tiem­po, muchos cama­ra­das con­ti­nua­ron toman­do como tarea cen­tral del Par­ti­do la pre­pa­ra­ción para el levan­ta­mien­to en las ciu­da­des y el tra­ba­jo en las zonas blan­cas. Sólo des­pués de nues­tra vic­to­ria sobre la ter­ce­ra cam­pa­ña enemi­ga de «cer­co y ani­qui­la­mien­to» en 1931, algu­nos cama­ra­das cam­bia­ron radi­cal­men­te su acti­tud al res­pec­to. El cam­bio, sin embar­go, no se pro­du­jo en todo el Par­ti­do y toda­vía que­da­ban cama­ra­das que seguían pen­san­do en for­ma dife­ren­te a lo que más arri­ba que­da expuesto.

La expe­rien­cia nos ense­ña que los pro­ble­mas de Chi­na no pue­den solu­cio­nar­se sin la lucha arma­da. com­pren­der esta ver­dad nos ayu­da­rá a sos­te­ner con éxi­to, de aho­ra en ade­lan­te, la Gue­rra de Resis­ten­cia con­tra el Japón. El hecho con­cre­to de que en esta Gue­rra todo el pue­blo se esté levan­tan­do para hacer la resis­ten­cia arma­da, ense­ña­rá a todo el Par­ti­do a com­pren­der aún mejor la impor­tan­cia del pro­ble­ma. Cada uno de sus mili­tan­tes debe estar dis­pues­to a tomar las armas y a mar­char al fren­te en cual­quier momen­to. Ade­más, la pre­sen­te sesión ha deci­di­do que las prin­ci­pa­les esfe­ras de tra­ba­jo del Par­ti­do estén en las zonas de gue­rra y en la reta­guar­dia enemi­ga, dan­do así una orien­ta­ción más pre­ci­sa a este res­pec­to. Esto será un exce­len­te antí­do­to con­tra la ten­den­cia de algu­nos mili­tan­tes que están dis­pues­tos sólo a hacer tra­ba­jo de orga­ni­za­ción del Par­ti­do o a tra­ba­jar en el movi­mien­to de masas, pero no quie­ren estu­diar la gue­rra ni par­ti­ci­par en ella así como con­tra la acti­tud de algu­nos cen­tros docen­tes que no esti­mu­lan a los estu­dian­tes a ir al fren­te, y otros fenó­me­nos pare­ci­dos. En la mayor par­te del terri­to­rio chino, el tra­ba­jo de orga­ni­za­ción del par­ti­do y el tra­ba­jo en el movi­mien­to de masas están direc­ta­men­te vin­cu­la­dos con la lucha arma­da; no hay ni pue­de haber labor del Par­ti­do ni movi­mien­to de masas inde­pen­dien­tes o ais­la­dos. inclu­so en algu­nas regio­nes de la reta­guar­dia rela­ti­va­men­te ale­ja­das de las zonas de gue­rra (como Yun­nán, Kui­chou y Sechuán) y en luga­res domi­na­dos por el enemi­go (como Pei­ping, Tien­tsín, Nan­kin y Shanghai), el tra­ba­jo de orga­ni­za­ción del par­ti­do y el movi­mien­to de masas tam­bién están coor­di­na­dos con la gue­rra, y sólo pue­den y deben some­ter­se a las exi­gen­cias del fren­te. En una pala­bra, el par­ti­do ente­ro debe pres­tar seria aten­ción a la gue­rra, estu­diar los asun­tos mili­ta­res y pre­pa­rar­se para combatir.

II. LA HISTORIA MILITAR DEL KUOMINTANG

Es útil que eche­mos una ojea­da a la his­to­ria del Kuo­min­tang para ver qué aten­ción ha pres­ta­do a la guerra.

Des­de el momen­to en que orga­ni­zó un peque­ño gru­po revo­lu­cio­na­rio, Sun Yat-sen reali­zó varias insu­rrec­cio­nes arma­das con­tra la dinas­tía Ching [4]. El perío­do de la Tung­meng­jui (Liga Revo­lu­cio­na­ria) fue aún más rico en insu­rrec­cio­nes arma­das [5], que se suce­die­ron sin cesar has­ta que la dinas­tía Ching fue derro­ca­da por la fuer­za de las armas en la Revo­lu­ción de 1911. Duran­te el perío­do del Chung­jua Keming­tang (Par­ti­do Revo­lu­cio­na­rio chino), se efec­tuó una cam­pa­ña mili­tar con­tra Yuan Shi-kai [6]. Los acon­te­ci­mien­tos pos­te­rio­res tales como el tras­la­dó de la flo­ta al sur [7], la mar­cha al Nor­te des­de Kui­lin [8] y la fun­da­ción de la Aca­de­mia mili­tar de Juang­pu [9] fue­ron tam­bién acti­vi­da­des mili­ta­res de Sun Yat-sen.

A Sun Yat-sen suce­dió Chiang Kai-shek, quien lle­vó el pode­río mili­tar del Kuo­min­tang a su apo­geo. Para Chiang Kai-shek, el ejér­ci­to es su vida. Ha vivi­do con él la Expe­di­ción al Nor­te, la Gue­rra Civil, y con­ti­núa con él en la Gue­rra de Resis­ten­cia. En los últi­mos diez años, Chiang Kai-shek no ha deja­do de com­ba­tir a la revo­lu­ción. Para com­ba­tir­la, ha crea­do un gigan­tes­co «Ejér­ci­to Cen­tral». Quien tie­ne ejér­ci­to tie­ne poder, y la gue­rra lo deci­de todo; a este pun­to vital él se ha ate­ni­do fir­me­men­te. En este aspec­to debe­mos apren­der de él. Tan­to Sun Yat-sen como Chiang Kai-shek son en eso nues­tros maestros.

Des­pués de la Revo­lu­ción de 1911, todos los cau­di­llos mili­ta­res se han afe­rra­do a sus tro­pas como a su pro­pia vida, y han dado siem­pre gran impor­tan­cia a este prin­ci­pio: «Quien tie­ne ejer­ci­tó tie­ne poder”.

Tan Yen-kai [10] fue un buró­cra­ta inte­li­gen­te. Ocu­pó en varias oca­sio­nes el car­go de gober­na­dor de la pro­vin­cia de Junan; nun­ca qui­so ser pura y sim­ple­men­te gober­na­dor civil, e insis­tió siem­pre en ser gober­na­dor mili­tar y civil a la vez. Inclu­so cuan­do más tar­de lle­gó a ser pre­si­den­te del Gobierno Nacio­nal, pri­me­ro en can­tón y lue­go en Wuján, fue al mis­mo tiem­po jefe del 2.f Cuer­po de ejér­ci­to. En Chi­na hay muchos cau­di­llos mili­ta­res así, que entien­den esta carac­te­rís­ti­ca de nues­tro país.

En Chi­na ha habi­do tam­bién algu­nos par­ti­dos que no han inten­ta­do tener un ejér­ci­to; entre ellos el prin­ci­pal es el Par­ti­do Pro­gre­sis­ta [11]. Pero aun éste com­pren­dió que no podía con­se­guir posi­cio­nes en el gobierno sin el res­pal­do de algún cau­di­llo mili­tar Y así bus­có suce­si­va­men­te la pro­tec­ción de Yuan Shi-kai, Tuan Chi-yui [12] y Chiang Kai-shek (a quien se ha adhe­ri­do el Gru­po de Cien­cias Polí­ti­cas [13], for­ma­do por una frac­ción del Par­ti­do Progresista).

Algu­nos par­ti­dos peque­ños crea­dos no hace mucho, como el Par­ti­do de la juven­tud [14], no tie­nen ejér­ci­to y, por con­si­guien­te, no han podi­do lle­gar a nin­gu­na parte.

En otros paí­ses, los par­ti­dos bur­gue­ses no nece­si­tan dis­po­ner cada cual de fuer­zas arma­das bajo su man­do direc­to. Pero el caso de Chi­na es dis­tin­to. Debi­do a la divi­sión feu­dal del país, cual­quier blo­que o par­ti­do de terra­te­nien­tes o bur­gue­ses que posea fusi­les posee tam­bién poder, y el que ten­ga más fusi­les tie­ne mayor poder. Hallán­do­se en estas con­di­cio­nes, el par­ti­do del pro­le­ta­ria­do debe ver con cla­ri­dad el fon­do de la cuestión.

Los comu­nis­tas no luchan por un poder mili­tar per­so­nal (jamás deben hacer­lo y que nadie siga el ejem­plo de Chang Kuo-tao), sino que deben luchar por el poder mili­tar para el Par­ti­do, por el poder mili­tar para el pue­blo. Como aho­ra se desa­rro­lla una gue­rra nacio­nal de resis­ten­cia, tam­bién deben luchar por el poder mili­tar para la nación. sin lugar a duda, la inge­nui­dad res­pe­to al poder mili­tar no pue­de con­du­cir a nin­gún resul­ta­do. Como el pue­blo tra­ba­ja­dor ha sido, duran­te miles de años, víc­ti­ma del enga­ño y la inti­mi­da­ción por par­te de las cla­ses gober­nan­tes reac­cio­na­rias, muy difí­cil­men­te pue­de dar­se cuen­ta de la impor­tan­cia de tener fusi­les en sus pro­pias manos. Aho­ra que la opre­sión del impe­ria­lis­mo Japo­nés y la resis­ten­cia arma­da a esca­la nacio­nal han empu­ja­do al pue­blo tra­ba­ja­dor a la are­na de la gue­rra, los comu­nis­tas deben con­ver­tir­se en los diri­gen­tes polí­ti­ca­men­te más cons­cien­tes de esta gue­rra. Todos los comu­nis­tas tie­nen que com­pren­der esta ver­dad «El Poder nace del fusil.»

Nues­tro prin­ci­pio es: el Par­ti­do man­da al fusil, y jamás per­mi­ti­re­mos que el fusil man­de al Par­ti­do. Pero tam­bién es cier­to que, tenien­do fusi­les, poder­nos crear orga­ni­za­cio­nes del Par­ti­do tal como el VIII Ejér­ci­to ha crea­do una pode­ro­sa orga­ni­za­ción del Par­ti­do en el Nor­te de Chi­na. De la mis­ma mane­ra, pode­mos for­mar cua­dros, crear escue­las, desa­rro­llar la cul­tu­ra y orga­ni­zar movi­mien­tos de masas. En Yenán los fusi­les lo han crea­do todo. Todo nace del fusil. Según la teo­ría mar­xis­ta del Esta­do, el ejér­ci­to es el prin­ci­pal com­po­nen­te del Poder esta­tal. Quien­quie­ra que desee tomar el Poder esta­tal y rete­ner­lo, tie­ne que con­tar con un pode­ro­so ejér­ci­to. Hay quie­nes se ríen de noso­tros como par­ti­da­rios de la «teo­ría de la omni­po­ten­cia de la gue­rra». Si, somos par­ti­da­rios de la teo­ría de la omni­po­ten­cia de la gue­rra revo­lu­cio­na­ria; eso no es malo; es bueno, es mar­xis­ta. Los fusi­les de los comu­nis­tas rusos crea­ron el socia­lis­mo. Noso­tros crea­re­mos una repú­bli­ca democrática.

La expe­rien­cia de la lucha de cla­ses en la épo­ca del impe­ria­lis­mo nos ense­ña que sólo median­te la fuer­za del fusil, la cla­se obre­ra y las demás masas tra­ba­ja­do­ras pue­den derro­tar a la bur­gue­sía y la cla­se terra­te­nien­te arma­das; en este sen­ti­do cabe afir­mar que sólo con el fusil se pue­de trans­for­mar el mun­do ente­ro. Somos par­ti­da­rios de la eli­mi­na­ción de la gue­rra; no desea­mos la. gue­rra. Pero sólo median­te la gue­rra se pue­de eli­mi­nar la gue­rra. Para aca­bar con los fusi­les, hay que empu­ñar el fusil.

III. LA HISTORIA MILITAR DEL PARTIDO COMUNISTA DE CHINA

Duran­te un perío­do de tres o cua­tro años, des­de 1921 (en que fue fun­da­do el Par­ti­do comu­nis­ta de Chi­na) has­ta 1924 (en que se cele­bró el I Con­gre­so Nacio­nal del Kuo­min­tang), nues­tro Par­ti­do no com­pren­dió la impor­tan­cia de ocu­par­se direc­ta­men­te de los pre­pa­ra­ti­vos para la gue­rra y de la orga­ni­za­ción de un ejer­ci­to, y en el perío­do de 1924 – 1927 e inclu­so duran­te algún tiem­po más, siguió care­cien­do de una com­pren­sión sufi­cien­te al res­pec­to; sin embar­go, con su par­ti­ci­pa­ción en 1924 en la fun­da­ción y el tra­ba­jo de la Aca­de­mia mili­tar de Juang­pu, entró en una nue­va eta­pa y comen­zó a com­pren­der la impor­tan­cia de los asun­tos mili­ta­res. Ayu­dan­do al Kuo­min­tang en las gue­rras en Kuang­tung y par­ti­ci­pan­do en la expe­di­ción al Nor­te, con­si­guió con­tro­lar una par­te del ejer­ci­to [15]. Habien­do saca­do una amar­ga lec­ción del fra­ca­so de la revo­lu­ción, orga­ni­zó el Levan­ta­mien­to de Nan­chang, el Levan­ta­mien­to de la Cose­cha de Oto­ño y el Levan­ta­mien­to de Can­tón, con lo cual entró en el nue­vo perío­do de crea­ción del Ejér­ci­to Rojo. Ese fue el perío­do cru­cial en que nues­tro Par­ti­do lle­gó a com­pren­der a fon­do la impor­tan­cia del ejér­ci­to. Si no hubie­ra exis­ti­do en aque­lla épo­ca el Ejér­ci­to Rojo, ni hubie­ra éste sos­te­ni­do nin­gu­na gue­rra, es decir, si el Par­ti­do Comu­nis­ta hubie­se adop­ta­do la línea liqui­da­cio­nis­ta de Chen Iu-siu, serían incon­ce­bi­bles la actual Gue­rra de Resis­ten­cia con­tra el Japón y su pro­se­cu­ción duran­te lar­go tiempo.

La reu­nión de emer­gen­cia del Comi­té Cen­tral del Par­ti­do cele­bra­da el 7 de agos­to de 1927 com­ba­tió el opor­tu­nis­mo de dere­cha en el terreno polí­ti­co, lo cual per­mi­tió al Par­ti­do dar un gran paso ade­lan­te. En enero de 1931, la IV Sesión Ple­na­ria del Comi­té cen­tral ele­gi­do en el VI con­gre­so Nacio­nal, si bien nomi­nal­men­te com­ba­tió el opor­tu­nis­mo de “izquier­da» en el terreno polí­ti­co, en reali­dad vol­vió a incu­rrir en ese error. Estas dos reunio­nes fue­ron dife­ren­tes en cuan­to a su con­te­ni­do y su valor his­tó­ri­co, pero nin­gu­na abor­dó seria­men­te los pro­ble­mas de la gue­rra y de la estra­te­gia. Este hecho mos­tró que, en aquel enton­ces; el Par­ti­do no había hecho toda­vía del pro­ble­ma de la gue­rra el cen­tro de gra­ve­dad de su tra­ba­jo. Des­pués que la direc­ción cen­tral se tras­la­dó a las zonas rojas en 1933, la situa­ción expe­ri­men­tó un cam­bio radi­cal, pero en el pro­ble­ma de la gue­rra (y en los demás pro­ble­mas de impor­tan­cia) se vol­vie­ron a come­ter erro­res de prin­ci­pio, que oca­sio­na­ron gra­ves pér­di­das a la gue­rra revo­lu­cio­na­ria. [16].

La Reu­nión de Tsun­yi de 1935 com­ba­tió prin­ci­pal­men­te el opor­tu­nis­mo en la con­duc­ción de la gue­rra y colo­có el pro­ble­ma de la gue­rra en el pri­mer plano, lo que fue refle­jo de la situa­ción de gue­rra. Hoy pode­mos decir con segu­ri­dad que, en las luchas de los últi­mos die­ci­sie­te años, el par­ti­do Comu­nis­ta de Chi­na ha for­ja­do no sola­men­te una fir­me línea polí­ti­ca mar­xis­ta, sino tam­bién una fir­me línea mili­tar mar­xis­ta. Hemos apren­di­do a emplear el mar­xis­mo para solu­cio­nar tan­to los pro­ble­mas polí­ti­cos como los de la gue­rra. Hemos pre­pa­ra­do, como fuer­te colum­na ver­te­bral no sólo un gran núme­ro de cua­dros capa­ces de diri­gir el Par­ti­do y el Esta­do, sino tam­bién un gran núme­ro de cua­dros capa­ces de diri­gir el ejér­ci­to. Estos logros son la flor de la revo­lu­ción, rega­da con la san­gre gene­ro­sa de innu­me­ra­bles már­ti­res, glo­ria que no sólo per­te­ne­ce al Par­ti­do Comu­nis­ta de Chi­na y al pue­blo chino, sino tam­bién a los par­ti­dos comu­nis­tas y a los pue­blos del mun­do ente­ro. Has­ta hoy, en el mun­do sólo hay tres ejér­ci­tos que per­te­ne­cen al pro­le­ta­ria­do y al pue­blo tra­ba­ja­dor: los diri­gi­dos, res­pec­ti­va­men­te, por los par­ti­dos Comu­nis­tas de la Unión Sovié­ti­ca, Chi­na y Espa­ña; los par­ti­dos Comu­nis­tas de los demás paí­ses no tie­nen aún expe­rien­cia mili­tar. Por lo tan­to, nues­tro ejér­ci­to y nues­tra expe­rien­cia mili­tar tie­nen un valor especial.

A fin de con­du­cir vic­to­rio­sa­men­te la actual Gue­rra de Resis­ten­cia con­tra el Japón, es de suma impor­tan­cia ampliar y con­so­li­dar el VIII Ejér­ci­to, el Nue­vo 4.f Cuer­po de Ejér­ci­to y todas las fuer­zas gue­rri­lle­ras diri­gi­das por nues­tro Par­ti­do. Con­for­me a esto, el Par­ti­do debe enviar al fren­te en núme­ro sufi­cien­te, a sus mejo­res mili­tan­tes y cua­dros. Todo debe ser­vir a la vic­to­ria en el fren­te, y la tarea de orga­ni­za­ción debe estar subor­di­na­da a la tarea política.

IV. LOS CAMBIOS DE LA ESTRATEGIA MILITAR DEL PARTIDO DURANTE LA GUERRA CIVIL Y LA GUERRA NACIONAL.

Vale la pena estu­diar los cam­bios de estra­te­gia mili­tar de nues­tro Par­ti­do. Vamos a exa­mi­nar­los sepa­ra­da­men­te en los dos pro­ce­sos: la gue­rra civil y la gue­rra nacional.

Mao escri­bien­do sus obras (Foto publi­ca­da en 1966)
El cur­so de la gue­rra civil pue­de divi­dir­se. a gran­des ras­gos, en dos perio­dos estra­té­gi­cos. En el pri­mer perio­do, lo prin­ci­pal fue la gue­rra de gue­rri­llas, y en el segun­do, la gue­rra regu­lar. Pero la gue­rra regu­lar aquí men­cio­na­da era de tipo chino, regu­lar tan sólo por la con­cen­tra­ción de las fuer­zas para hacer una gue­rra de movi­mien­tos y por cier­to gra­do de cen­tra­li­za­ción y pla­ni­fi­ca­ción en el man­do y en la orga­ni­za­ción. En los demás aspec­tos, con­ser­va­ba aún el carác­ter gue­rri­lle­ro, cons­ti­tuía un tipo infe­rior y no podía equi­pa­rar­se con la de los ejér­ci­tos extran­je­ros; tam­bién pre­sen­ta­ba algu­na dife­ren­cia con la del ejér­ci­to del Kuo­min­tang. Así, en cier­to sen­ti­do, este tipo de gue­rra regu­lar repre­sen­ta­ba sólo una gue­rra de gue­rri­llas ele­va­da a un nivel superior.

El cur­so de la Gue­rra de Resis­ten­cia con­tra el Japón, en lo que con­cier­ne a las tareas mili­ta­res de nues­tro Par­ti­do, tam­bién pue­de divi­dir­se, a gran­des ras­gos, en dos perío­dos estra­té­gi­cos. En el pri­mer perío­do (que com­pren­de las eta­pas de defen­si­va estra­té­gi­ca y de equi­li­brio estra­té­gi­co), la gue­rra de gue­rri­llas ocu­pa el lugar prin­ci­pal, en tan­to que en el segun­do (la eta­pa de con­tra­ofen­si­va estra­té­gi­ca), ese lugar lo ocu­pa­rá la gue­rra regular.

Pero la gue­rra de gue­rri­llas del pri­mer perío­do de la Gue­rra de Resis­ten­cia difie­re con­si­de­ra­ble­men­te, en su con­te­ni­do, de la del pri­mer perío­do de la gue­rra civil, por­que aho­ra emplea­mos al VIII Ejér­ci­to regu­lar (regu­lar en cier­ta medi­da) para rea­li­zar en orden dis­per­so las tareas gue­rri­lle­ras. Igual­men­te, la gue­rra regu­lar del segun­do perío­do de la Gue­rra de Resis­ten­cia será dis­tin­ta de la del segun­do perio­do de la gue­rra civil, ya que pode­mos supo­ner que, una vez per­tre­cha­do de arma­men­to moderno, tan­to el ejér­ci­to como sus ope­ra­cio­nes expe­ri­men­ta­rán un gran cam­bio. El ejér­ci­to alcan­za­rá enton­ces un alto gra­do de cen­tra­li­za­ción y orga­ni­za­ción; sus ope­ra­cio­nes adqui­ri­rán un ele­va­do nivel de regu­la­ri­dad y per­de­rán mucho de su carác­ter gue­rri­lle­ro; lo infe­rior se trans­for­ma­rá en supe­rior, y la gue­rra regu­lar de tipo chino pasa­rá a ser de tipo uni­ver­sal. Esta será nues­tra tarea en la eta­pa de con­tra­ofen­si­va estratégica.

De esta mane­ra vemos que a lo lar­go de los cua­tro perío­dos estra­té­gi­cos de las dos gue­rras – la gue­rra civil y la Gue­rra de Resis­ten­cia con­tra el Japón –, se pro­du­cen tres cam­bios de estra­te­gia. El pri­me­ro fue el paso de la gue­rra de gue­rri­llas a la gue­rra regu­lar en la gue­rra civil. El segun­do fue el paso de la gue­rra regu­lar en la gue­rra civil a la gue­rra de gue­rri­llas en la Gue­rra de Resis­ten­cia. Y el ter­ce­ro será el paso de la gue­rra de gue­rri­llas a la gue­rra regu­lar en la Gue­rra de Resistencia.

En el pri­me­ro de los tres cam­bios tro­pe­zar­nos con gran­des difi­cul­ta­des. Nos vimos enfren­ta­dos a una doble tarea. Por una par­te, tuvi­mos que com­ba­tir la ten­den­cia dere­chis­ta al loca­lis­mo y al gue­rri­lle­ris­mo que con­sis­tía en afe­rrar­se a lo gue­rri­lle­ro y negar­se a pasar a la regu­la­ri­dad, ten­den­cia que sur­gió debi­do a que algu­nos cua­dros sub­es­ti­ma­ron los cam­bios pro­du­ci­dos en la situa­ción del enemi­go y en nues­tras pro­pias tareas. En la zona Roja cen­tral, por ejem­plo, esta ten­den­cia fue corre­gi­da gra­dual­men­te sólo des­pués de un duro tra­ba­do de edu­ca­ción. Por otra par­te, tam­bién tuvi­mos que com­ba­tir la ten­den­cia «izquier­dis­ta» que acen­tua­ba en dema­sía la regu­la­ri­za­ción y se mani­fes­ta­ba en la cen­tra­li­za­ción exce­si­va y el aven­tu­re­ris­mo, ten­den­cia naci­da a cau­sa de que par­te de los cua­dros diri­gen­tes sobres­ti­ma­ron los cam­bios en la situa­ción del enemi­go, se plan­tea­ron tareas dema­sia­do amplias y apli­ca­ron mecá­ni­ca­men­te las expe­rien­cias extran­je­ras sin tener en cuen­ta las con­di­cio­nes reales. Duran­te tres lar­gos años (has­ta la Reu­nión de Tsun­yi), esta ten­den­cia cos­tó enor­mes sacri­fi­cios en la zona Roja Cen­tral, y sólo se corri­gió a tra­vés de lec­cio­nes paga­das con san­gre. Su rec­ti­fi­ca­ción fue un logro de la Reu­nión de Tsunyi.

El segun­do cam­bio se pro­du­jo en el oto­ño de 1937 (des­pués del inci­den­te de Lukou­chiao), en la coyun­tu­ra entre dos gue­rras dife­ren­tes. En aquel enton­ces enfren­tá­ba­mos a un nue­vo enemi­go, el impe­ria­lis­mo japo­nés, y tenía­mos como alia­do a nues­tro ante­rior enemi­go, el Kuo­min­tang (que seguía sién­do­nos hos­til), y el cam­po de bata­lla era la vas­ta exten­sión del Nor­te de Chi­na (que, lue­go de haber sido tem­po­ral­men­te nues­tro fren­te, se con­ver­ti­ría en reta­guar­dia enemi­ga para ser­lo duran­te lar­go tiem­po. El cam­bio de nues­tra estra­te­gia, efec­tua­do en esas cir­cuns­tan­cias espe­cia­les, fue suma­men­te serio. En tales cir­cuns­tan­cias espe­cia­les, tuvi­mos que trans­for­mar el ejér­ci­to regu­lar del pasa­do en ejér­ci­to gue­rri­lle­ro (en cuan­to a su uti­li­za­ción en orden dis­per­so, no a su sen­ti­do de orga­ni­za­ción y dis­ci­pli­na) y trans­for­mar la gue­rra de movi­mien­tos del pasa­do en gue­rra de gue­rri­llas, ya que sólo esto res­pon­día a la situa­ción del enemi­go y a nues­tras tareas. Pero este cam­bio, según todas las apa­rien­cias, sig­ni­fi­ca­ba un paso atrás y, por ende, fue nece­sa­ria­men­te muy difí­cil. En ese momen­to, podían apa­re­cer ten­den­cias como la sub­es­ti­ma­ción del enemi­go por una par­te, y el terror enfer­mi­zo al Japón por la otra; una y otro se pro­du­je­ron efec­ti­va­men­te en el Kuo­min­tang. Cuan­do éste pasó del tea­tro de la gue­rra civil al de la gue­rra nacio­nal, sufrió muchas pér­di­das inne­ce­sa­rias, debi­do prin­ci­pal­men­te a su sub­es­ti­ma­ción del enemi­go y, al mis­mo tiem­po, a su temor enfer­mi­zo al Japón (por ejem­plo, los casos de Jan Fu-ch, y Liu chi [17]). En cuan­to a noso­tros, hemos efec­tua­do de mane­ra bas­tan­te feliz el cam­bio y, en vez de sufrir pér­di­das, hemos alcan­za­do gran­des vic­to­rias. Esto se debe a que la gran mayo­ría de nues­tros cua­dros acep­ta­ron a tiem­po las correc­tas ins­truc­cio­nes del Comi­té Cen­tral e hicie­ron una apre­cia­ción fle­xi­ble de la situa­ción, no obs­tan­te haber sur­gi­do serias con­tro­ver­sias entre el Comi­té Cen­tral y una par­te de los cua­dros diri­gen­tes del ejér­ci­to. Este cam­bio tie­ne gran impor­tan­cia para el man­te­ni­mien­to, desa­rro­llo y triun­fo de la Gue­rra de Resis­ten­cia en su con­jun­to, así como para el futu­ro del Par­ti­do Comu­nis­ta de Chi­na; esto se com­pren­de fácil­men­te si pen­sa­mos en la impor­tan­cia his­tó­ri­ca que la gue­rra de gue­rri­llas anti­ja­po­ne­sa tie­ne para el des­tino de la lucha por la libe­ra­ción nacio­nal de Chi­na. Por su extra­or­di­na­ria ampli­tud y dura­ción, la gue­rra de gue­rri­llas anti­ja­po­ne­sa de Chi­na care­ce de pre­ce­den­tes no sólo en Orien­te, sino pro­ba­ble­men­te en toda la his­to­ria de la humanidad.

En cuan­to al ter­cer cam­bio, el paso de la gue­rra de gue­rri­llas a la gue­rra regu­lar en la Gue­rra de Resis­ten­cia, per­te­ne­ce al desa­rro­llo futu­ro de la gue­rra. Como es de pre­su­mir que sur­gi­rán enton­ces nue­vas cir­cuns­tan­cias y nue­vas difi­cul­ta­des, no habla­re­mos de ello por el momento.

V. EL PAPEL ESTRATÉGICO DE LA GUERRA DE GUERRILLAS ANTIJAPONESA

En lo que res­pec­to a la Gue­rra de Resis­ten­cia en su con­jun­to, la gue­rra regu­lar, jue­ga el papel prin­ci­pal, y la gue­rra de gue­rri­llas, el auxi­liar, por­que úni­ca­men­te la gue­rra regu­lar pue­de deci­dir el des­en­la­ce de la Gue­rra de Resis­ten­cia. En lo que res­pec­ta al país en su con­jun­to, de las tres eta­pas estra­té­gi­cas de todo el pro­ce­so de la Gue­rra de Resis­ten­cia (la defen­si­va, el equi­li­brio y la con­tra­ofen­si­va), la pri­me­ra y la últi­ma son eta­pas en las que la gue­rra regu­lar jue­ga el papel prin­ci­pal, y la de gue­rri­llas el auxi­liar. En la segun­da eta­pa, como el enemi­go tra­ta­rá de con­so­li­dar el terri­to­rio que haya ocu­pa­do, y noso­tros toda­vía no nos encon­tra­re­mos en con­di­cio­nes de lan­zar la con­tra­ofen­si­va aun­que nos esta­re­mos pre­pa­ran­do para ella, la gue­rra de gue­rri­llas pasa­rá a ser la for­ma prin­ci­pal, y la gue­rra regu­lar, la auxi­liar. Pero ésta cons­ti­tui­rá sólo una de las tres eta­pas de toda la gue­rra, aun­que pue­de ser la más pro­lon­ga­da. Por lo tan­to, en lo tocan­te a la gue­rra en su con­jun­to, la gue­rra regu­lar juga­rá el papel prin­ci­pal, y la gue­rra de gue­rri­llas, el auxi­liar. Si no enten­de­mos esto, si no com­pren­de­mos que la gue­rra regu­lar es la cla­ve para deci­dir el des­en­la­ce de la gue­rra, y si no pres­ta­mos aten­ción a la cons­truc­ción de un ejér­ci­to regu­lar ni al estu­dio y a la direc­ción de la gue­rra regu­lar, no podre­mos derro­tar al Japón. Este es un aspec­to de la cuestión.

Mao aplau­dien­do a los Guar­dias Rojos, 1967
Sin embar­go, la gue­rra de gue­rri­llas desem­pe­ña un impor­tan­te papel estra­té­gi­co en toda la gue­rra. Si no hace­mos la gue­rra de gue­rri­llas, si no nos preo­cu­pa­mos de la orga­ni­za­ción de uni­da­des y ejér­ci­tos gue­rri­lle­ros, así como del estu­dio y la direc­ción de la gue­rra de gue­rri­llas, tam­po­co podre­mos derro­tar al Japón. La razón es que, como la mayor par­te de Chi­na se con­ver­ti­rá en reta­guar­dia del enemi­go, si no se desa­rro­lla la más amplia y tenaz gue­rra de gue­rri­llas y se per­mi­te que el enemi­go se atrin­che­re tran­qui­la­men­te sin temor a un ata­que des­de su reta­guar­dia, nues­tras fuer­zas prin­ci­pa­les que luchan en el fren­te sufri­rán inevi­ta­ble­men­te gran­des pér­di­das y el enemi­go lan­za­rá sin duda ofen­si­vas aún más vio­len­tas. Será enton­ces difí­cil lograr un equi­li­brio, y la con­ti­nua­ción de la resis­ten­cia arma­da podrá ver­se en peli­gro. Inclu­so si las cosas no ocu­rren de este modo, sur­gi­rán con­di­cio­nes des­fa­vo­ra­bles tales como la insu­fi­cien­te pre­pa­ra­ción de fuer­zas para nues­tra con­tra­ofen­si­va, la ausen­cia de accio­nes de apo­yo en la reta­guar­dia enemi­ga cuan­do lan­ce­mos la con­tra­ofen­si­va, y la posi­bi­li­dad de que el enemi­go se recu­pe­re de sus pér­di­das. Si se pre­sen­tan tales con­di­cio­nes y no desa­rro­lla­mos a tiem­po una amplia y tenaz gue­rra de gue­rri­llas para supe­rar­las, nos será asi­mis­mo impo­si­ble derro­tar al Japón. Por lo tan­to, si bien la gue­rra de gue­rri­llas repre­sen­ta sólo un papel auxi­liar en la gue­rra en su con­jun­to, tie­ne de hecho una con­si­de­ra­ble impor­tan­cia estra­té­gi­ca. Es sin duda un gra­ve error des­cui­dar la gue­rra de gue­rri­llas en la Gue­rra de Resis­ten­cia con­tra el Japón. Este es el otro aspec­to de la cuestión.

Para que la gue­rra de gue­rri­llas sea posi­ble, bas­ta una sola con­di­ción: un país exten­so. De ahí que en los tiem­pos anti­guos tam­bién hubie­ra gue­rra de gue­rri­llas. Pero ésta no pue­de lle­var­se has­ta el fin sino bajo la direc­ción del Par­ti­do Comu­nis­ta. Por eso, las gue­rras de gue­rri­llas de los tiem­pos anti­guos ter­mi­na­ron gene­ral­men­te en la derro­ta. La vic­to­ria de la gue­rra de gue­rri­llas sólo es posi­ble en los gran­des paí­ses de los tiem­pos moder­nos don­de exis­ten Par­ti­dos Comu­nis­tas, como en la Unión Sovié­ti­ca duran­te la gue­rra civil y en la Chi­na actual. En la Gue­rra de Resis­ten­cia, des­de el pun­to de vis­ta de las con­di­cio­nes actua­les y de las gene­ra­les, es nece­sa­ria y con­ve­nien­te la divi­sión del tra­ba­jo entre el Kuo­min­tang y el Par­ti­do Comu­nis­ta en lo que res­pec­ta a las ope­ra­cio­nes mili­ta­res: el Kuo­min­tang efec­túa fron­tal­men­te la gue­rra regu­lar, y el Par­ti­do Comu­nis­ta, la gue­rra de gue­rri­llas en la reta­guar­dia enemi­ga. Es una cues­tión de nece­si­dad para ambos, de coor­di­na­ción y ayu­da mutuas.

De este modo, pue­de com­pren­der­se cuán impor­tan­te y nece­sa­rio era que nues­tro Par­ti­do cam­bia­ra su línea estra­té­gi­ca mili­tar, pasan­do de la gue­rra regu­lar del segun­do perio­do de la gue­rra civil a la gue­rra de gue­rri­llas del pri­mer perio­do de la Gue­rra de Resis­ten­cia con­tra el Japón. Los efec­tos favo­ra­bles de este cam­bio pue­den resu­mir­se en los die­cio­cho pun­tos siguientes:

§ 1) reduc­ción del terri­to­rio ocu­pa­do por las fuer­zas enemigas;

§ 2) expan­sión de las bases de apo­yo de nues­tras fuerzas;

§ 3) en la eta­pa de defen­si­va, dis­trac­ción de las fuer­zas enemi­gas en coor­di­na­ción con las ope­ra­cio­nes frontales;

§ 4) en la eta­pa de equi­li­brio, fir­me man­te­ni­mien­to de las bases de apo­yo en la reta­guar­dia del enemi­go, a fin de faci­li­tar el adies­tra­mien­to y la reor­ga­ni­za­ción de las tro­pas regu­la­res que ope­ran en el frente;

§ 5) en la eta­pa de con­tra­ofen­si­va, coor­di­na­ción con las ope­ra­cio­nes del fren­te para recu­pe­rar el terri­to­rio perdido;

§ 6) engro­sa­mien­to de nues­tras fuer­zas del modo más rápi­do y eficaz;

§ 7) desa­rro­llo máxi­mo de las orga­ni­za­cio­nes del Par­ti­do Comu­nis­ta, de mane­ra que se pue­da esta­ble­cer una célu­la del Par­ti­do en cada aldea;

§ 8) desa­rro­llo del movi­mien­to de masas en el mayor gra­do posi­ble, de modo que se pue­da orga­ni­zar a todos los habi­tan­tes de la reta­guar­dia del enemi­go, excep­to a aque­llos que viven en sus pun­tos de apoyo;

§ 9) crea­ción de órga­nos del Poder demo­crá­ti­co anti­ja­po­nés en la esca­la más amplia posible;

§ 10) desa­rro­llo máxi­mo del tra­ba­jo cul­tu­ral y edu­ca­cio­nal antijaponés;

§ 11) mejo­ra­mien­to de las con­di­cio­nes de vida del pue­blo en la mayor exten­sión posible;

§ 12) crea­ción de las con­di­cio­nes más favo­ra­bles para desin­te­grar las tro­pas enemigas;

§ 13) impac­to sobre los sen­ti­mien­tos de todo el pue­blo y estí­mu­lo a la moral de todos los ejér­ci­tos del país con los efec­tos más amplios y duraderos;

§ 14) impul­so al pro­gre­so de los ejér­ci­tos y par­ti­dos ami­gos en la esca­la más amplia posible;

§ 15) adap­ta­ción a las con­di­cio­nes en que el enemi­go es fuer­te y noso­tros débi­les, a fin de sufrir menos pér­di­das y alcan­zar más victorias;

§ 16) adap­ta­ción al hecho de que el país enemi­go es peque­ño y el nues­tro, gran­de, a fin de que el adver­sa­rio sufra más pér­di­das y obten­ga menos victorias;

§ 17) pre­pa­ra­ción de gran núme­ro de cua­dros diri­gen­tes de la mane­ra más rápi­da y efi­caz, y

§ 18) crea­ción de las con­di­cio­nes más favo­ra­bles para solu­cio­nar el pro­ble­ma del avituallamiento.

No cabe duda algu­na de que, en el lar­go trans­cur­so de la lucha, las uni­da­des gue­rri­lle­ras y la gue­rra de gue­rri­llas no deben estan­car­se en su esta­do ini­cial sino desa­rro­llar­se para pasar a una fase supe­rior, con­vir­tién­do­se gra­dual­men­te en un ejér­ci­to regu­lar y en una gue­rra regu­lar. Por medio de la gue­rra de gue­rri­llas, acu­mu­la­re­mos fuer­zas nos con­ver­ti­re­mos en uno de los fac­to­res deci­si­vos para el aplas­ta­mien­to del impe­ria­lis­mo japonés.

VI. PRESTAR ATENCIÓN AL ESTUDIO DE LOS PROBLEMAS MILITARES

La solu­ción de todos los pro­ble­mas que hacen enfren­tar­se a dos ejér­ci­tos depen­de de la gue­rra, y la mis­ma exis­ten­cia de Chi­na, del des­en­la­ce de la gue­rra actual. Por lo tan­to, nues­tro estu­dio de la teo­ría mili­tar, de la estra­te­gia y la tác­ti­ca y del tra­ba­jo polí­ti­co en el ejér­ci­to no admi­te nin­gu­na demo­ra. Si bien nues­tro estu­dio de la tác­ti­ca es insu­fi­cien­te, los cama­ra­das dedi­ca­dos al tra­ba­jo mili­tar han logra­do muchos éxi­tos en los últi­mos diez años y, sobre la base de las con­di­cio­nes de Chi­na, han apor­ta­do muchas cosas nue­vas; el defec­to resi­de en que no se ha hecho una sín­te­sis de las expe­rien­cias. El estu­dio de los pro­ble­mas de la estra­te­gia y la teo­ría de la gue­rra ha esta­do limi­ta­do has­ta aho­ra a muy pocas per­so­nas. En el estu­dio del tra­ba­jo polí­ti­co, hemos alcan­za­do éxi­tos de pri­mer orden y, tan­to por la rique­za de expe­rien­cias como por la can­ti­dad y cali­dad de las inno­va­cio­nes en este domi­nio, ocu­pa­mos en el mun­do un lugar sólo infe­rior al de la Unión Sovié­ti­ca; aquí tam­bién nues­tro defec­to resi­de en la insu­fi­cien­cia de sin­te­ri­za­ción y sis­te­ma­ti­za­ción. Para satis­fa­cer las nece­si­da­des de todo el Par­ti­do y el país ente­ro, la popu­la­ri­za­ción de los cono­ci­mien­tos mili­ta­res es una tarea urgen­te. De aho­ra en ade­lan­te, debe­mos pres­tar aten­ción a todas estas cosas, y la teo­ría de la gue­rra y de la estra­te­gia en la base de todo estu­dio mili­tar. Esti­mo nece­sa­rio des­per­tar el inte­rés por el estu­dio de la teo­ría mili­tar y lla­mar a todos los mili­tan­tes del Par­ti­do a pres­tar aten­ción al estu­dio de los pro­ble­mas militares.

6 de noviem­bre de 1938

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