Han pasado escasamente 24 horas desde la rúbrica de un acuerdo histórico. La noticia es portada en la mayoría de medios de comunicación. Algunos medios navarros muestran interés en hacer hincapié en una parte del acuerdo. Expresamente resaltan un apartado: “el acuerdo es de ámbito nacional, pero se desarrollará siendo conscientes de los distintos ritmos en los diferentes territorios y marcos de decisión, con respeto a la diversidad”.
Evidentemente la línea editorial proyecta un análisis de los ritmos interesado. Y en la tónica habitual (vértigos, futuro de NaBai, situación sociopolítica, fortaleza de otros agentes…) el furgón de cola vuelve a ser Nafarroa.
Para nosotros/as la dimensión y calado del acuerdo no sólo permite sino que aconseja una variación de los ritmos que históricamente se han utilizado en el país. Los/las independentistas en Nafarroa podemos configurar la avanzadilla de todo el proceso. Si la articulación de todo el espacio independentista de izquierdas se realiza con convencimiento y altura de miras, Nafarroa puede y debe ser la locomotora del proceso político en ciernes.
La izquierda abertzale visualiza un escenario no muy lejano en que el cambio de la correlación de fuerzas va a suponer un hito en la historia reciente de Euskal Herria. Y para ello, un desarrollo incluyente e integrador de la línea política de todas y cada una de las sensibilidades de izquierdas y abertzales navarras permitirá avances considerables.
Por todo ello la izquierda abertzale reitera su firme voluntad de articular todo el espacio de izquierdas y abertzale de Nafarroa. Esa es la garantía para el cambio político y social. Nos permitirá que los biorritmos del avance del proceso democrático estén sujetos a las necesidades de Nafarroa. Y quién sabe, si existe voluntad por parte de otros agentes y los acuerdos lo permiten, el espacio abertzale y de izquierdas podría ser primera fuerza política del herrialde por primera vez en la historia reciente.