La situación política y económica en Euskal Herria demanda una reflexión serena y profunda por parte de los agentes políticos, sindicales y sociales con vistas a encauzar medidas estructurales que garanticen los intereses de la mayoría social trabajadora en el marco del desarrollo de la nación vasca.
La crisis económica provocada por la piratería explotadora y especuladora del modelo neoliberal capitalista y patriarcal está provocando graves consecuencias que se traducen en desempleo, erosión de derechos sociales y laborales… que afectan a una clase trabajadora convertida en víctima de la avaricia sin límites de grupos financieros y empresas multinacionales, aumentando también la brecha de desigualdades entre hombres y mujeres.
Mientras los causantes de la crisis han recibido el auxilio económico de gobiernos a costa del erario público con el objetivo de regenerar el mismo modelo de explotación y control económico, mientras las grandes entidades financieras y multinacionales siguen ganando enormes cantidades de dinero y evadiéndolo de la fiscalidad a través de los legalizados paraísos fiscales… a los trabajadores y trabajadoras se nos vende el discurso de la «necesidad de esfuerzo colectivo», de «apretarnos el cinturón», con una nueva vuelta de tuerca en forma de recorte de salarios, pensiones y derechos sociolaborales. La hipocresía de los gobiernos no tiene límite.
En los estados español y francés la repercusión de esta crisis sigue azotando las economías familiares, los derechos sociales y laborales, tanto en Hego Euskal Herria como en Ipar Euskal Herria, incrementada por las políticas adoptadas por Sarkozy y Zapatero. Unos gobiernos títeres del capital internacional y prueba empírica de la adulteración de las llamadas democracias parlamentarias ante la sumisión de los ejecutivos de ambos estados a los dictados de los núcleos fácticos económicos dirigidos por el FMI y organismos subvencionados por el capital financiero especulativo.
Las recetas económicas emanadas de unos clubs fáctico-económicos fuera del control de la ciudadanía están siendo aplicadas por los diferentes gobiernos acentuando los efectos negativos de la crisis en amplios sectores de las capas populares. El ejemplo más palpable de esta sumisión y subordinación se ha reflejado en las recientes medidas de ajuste planteadas por el Gobierno español a requerimiento de esos poderes del mercado internacional.
Unas medidas draconianas de ajuste en una sociedad azotada por el desempleo y enormes desequilibrios económicos y sociales. Unas medidas, vía decreto-ley, contra los sectores más desprotegidos.
En este contexto, la ineficacia de unas instituciones autonómicas convertidas en terminales del Gobierno de Madrid pone de relieve su agotamiento político para responder a los intereses de los trabajadores y trabajadoras vascas.
Los parlamentos en Gasteiz e Iruñea se presentan como sucursales administrativas del Estado sin poder ni capacidad alguna para abordar medidas económicas y sociales sustantivas dando protagonismo real a los agentes sociales y conjunto del ámbito institucional. Y, por si fuera poco, a la ciudadanía vasca se le plantea abordar deudas que no ha creado, pretendiendo que sufraguemos los agujeros económicos provocados por el«ladrillazo» español, la corrupción masiva y la cultura del pelotazo; en definitiva, que paguemos la quiebra de «España S.A.»
La verborrea barata de los ejecutivos autonómicos ha quedado liquidada vía decreto-ley, dejando en evidencia el discurso fariseo de López y Sanz, desnudando la mentira del supuesto dialogo social y la estrategia de CCOO y UGT y dando la razón a las posiciones que la mayoría sindical vasca viene defendiendo desde el inicio de la crisis.
Con todo ello, el Nazio Biltzarra de LAB vuelve a constatar la invalidez del actual marco autonómico para defender nuestros derechos económicos, laborales y sociales. El modelo autonómico es sinónimo de subordinación e imposición constituyéndose en un fraude a la voluntad de la ciudadanía, a la posibilidad de construir la nación vasca en términos económicos y sociales. El modelo autonómico anula la participación real del sindicalismo y la clase trabajadora en la determinación de las políticas laborales y sociales convirtiendo el «diálogo social vasco» en un apéndice subsidiario de un ámbito español donde CCOO, UGT y la CEOE deciden a su antojo.
Hoy se puede constatar la trampa política de un estatutismo que sólo sirve para duplicar administraciones, crear un enorme ejército de altos cargos políticos para alimentar intereses de partido, favorecer un clientelismo empresarial a la sombra de las instituciones, desarrollar proyectos faraónicos para engordar intereses privados… pero luego no se puede decidir sobre las pensiones, las normativas laborales, las ayudas al desempleo, la formación, el SMI, el desempleo, la responsabilidad del cuidado de las personas… y nos imponen un TAV que, además de un atentado ecológico, significa un gasto público enorme e innecesario.
Así pues, la crisis económica está acentuando la crisis del modelo político-autonómico evidenciando la necesidad de un cambio político y social pivotado en el respeto al ámbito vasco de debate y decisión. Los hombres y mujeres de Euskal Herria no queremos ser sujeto de imposición sino dueños de nuestro futuro institucional y económico para abordar el futuro en todas sus dimensiones.
La transición está agotada y el abertzalismo no puede seguir anclado en el actual marco jurídico-político. Los marcos autonomistas no solo no han conseguido asimilar al abertzalismo sino que estamos en condiciones de forzar un cambio político y social desde el respeto a la voluntad mayoritaria de la sociedad vasca. La voluntad política de Euskal Herria no cabe en el actual o reformado marco estatutario. Apostamos y exigimos una segunda transición política en Hego Euskal Herria y una nueva institucionalización en Ipar Euskal Herria en el marco de una nueva fase global en el proceso de liberación nacional y social. Una fase con una base común: respeto al marco vasco de decisión política y económica.
Por eso, ante un escenario de crisis generalizada del modelo político y económico impuesto por los Estados a nuestro pueblo, miramos al futuro de Euskal Herria, al futuro de nuestra economía y políticas sociales, al futuro y bienestar de la clase trabajadora, con referencias reforzadas en virtualidad y potencialidad. La soberanía plena en la senda independentista es una necesidad colectiva.
LAB se reafirma en su posición estratégica independentista y asume el compromiso de situar al independentismo como carril central de la política vasca en el próximo decenio. Un independentismo como propuesta de país en cohesión institucional, cultural y social, aportando con humildad y solidaridad a Europa y a la comunidad internacional. Un independentismo para impulsar cohesión social desde el reparto de la riqueza, para frenar a los especuladores y desarrollar inversión productiva, para impulsar un sector público industrial, financiero y social.
Así pues, el objetivo del Estado Vasco está intrínsecamente ligado a un proyecto económico y social que desarrolle nuestras potencialidades desde un prisma integral propio y siempre dirigido a la mejora equitativa de las condiciones de vida de todos los ciudadanos y ciudadanas. Estamos convencidos de que el espacio socioeconómico vasco, desde la constitución de un Estado, tiene una gran virtualidad y potencialidad estratégica.
Afirmamos, por tanto, que la constitución del Estado Vasco no va contra nadie. No queremos muros en el Ebro o en al Adour. Queremos compartir, cooperar… desde el desarrollo, en todas sus dimensiones, de un proyecto nacional vasco.
En esta referencia estratégica, LAB seguirá exigiendo con inmediatez pasos y medidas para ir conformando un Espacio Socioeconómico y un Marco Vasco de Relaciones Laborales como herramientas indispensables para ir debatiendo y decidiendo en Euskal Herria el futuro de nuestros intereses económicos y sociales. Por eso, la convocatoria de movilización nacional el 12 de junio quiere denunciar las imposiciones del Gobierno Zapatero pero, así mismo, demandar que Euskal Herria no quiere ser una marioneta en manos de los Gobiernos de Madrid y París, sino una nación soberana para construir su propio modelo económico y sociolaboral.
Con todo ello, el Nazio Biltzarra de LAB se reafirma en su compromiso y disposición de ser parte de un gran movimiento popular independentista y de cambio social. Un movimiento que se identifique con cambio y futuro, con compromiso y rebeldía, con dignidad, coherencia e igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres.
En ese sentido, consideramos necesario abrir una nueva fase política en el proceso de liberación nacional y social. Hemos realizado un importante recorrido en términos de proceso político. Es momento de capitalizar en una acumulación y activación de fuerzas soberanistas para encauzar la resolución del conflicto e impulsar la evolución de los actuales marcos jurídico-políticos en la senda independentista. Por lo tanto, el sindicato LAB está dispuesto a coparticipar en una batalla estratégica que está ya presente.
Nacimos como sindicato abertzale, independentista y socialista y hoy nos congratulamos de ver como el proyecto independentista es una realidad objetiva en bases y posibilidades de evolución. Animamos a los trabajadores y trabajadoras de Euskal Herria a participar en el acto nacional que LAB ha convocado el 5 de junio en Iruñea y a organizarse, activarse y comprometerse de manera permanente en la consecución de estos objetivos.
Nazio Biltzarra
Euskal Herria, 1 de junio de 2010