No hay victoria de nadie en Colombia. Basta de esas huecas declaraciones «diplomáticas» de felicitación a la «democracia de Colombia», de procesos limpios, de manifestación de la voluntad popular en las elecciones; de felicitaciones, de llamados al diálogo, de promesas…etc. Barata palabrería que alcahuetea la podrida democracia representativa burguesa.
El pueblo colombiano, con la «elección» de Santos, confirma la ilegitimidad de la democracia del voto, la deslegitima por que nadie podría explicar como un gobierno que tiene como base la delincuencia, la corrupción, la violencia, el terror, puede tener aceptación y recibir luz verde para continuar. Pero en política todo tiene una explicación, hasta lo más absurdo tiene sus causas, y estás son eminentemente políticas.
Primero hay que considerar que con la clase política colombiana todo puede suceder, lo han demostrado hasta más no poder; los vínculos de esta clase política con la delincuencia paramilitar y mafia es más que evidente; sucede que tal es la capacidad de manipulación de estos sectores, que se dan el lujo de convencer a una clase media (evidentemente la burguesía colombina es su base social) de que son los elegidos para detener el desangre del pueblo colombiano. Esa es la idea vendida, esa es la promesa que permite la ceguera de una clase media que apunta solamente hacia la seguridad de su arribismo, que le permita seguir escalando sobre las demás clases sociales que hacen de colchón de sus privilegios.
Se da entonces un invisible alianza entre estos sectores, escudados por las Fuerzas Armadas y los grupos ilegales relacionados con el narcotráfico, todo esto con el apoyo de mercenarios norteamericanos y la promoción de los medios de comunicación. ¿Qué tal culebrón?… esa es la maraña que continuará en poder con Santos como presidente.
Del otro lado esta el pueblo colombiano, que en las ciudades, como en la zonas campesinas, son las víctimas directas de esta mezcla entre delincuencia de cuello blanco y fuerza militar; están las miles de familias desplazadas por el poder terrateniente; están los millones de desempleados, los subempleados, las madres de jóvenes soldados muertos en una guerra fratricida; todos ellos, que son la mayoría de población, jamás aceptarían un reedición del uribismo; pero la prensa, la TV, los aparatos de propaganda burguesa hacen aparecer como que Santos ganó con la aprobación de todos ellos…¡falso!.. la causa del triunfo del candidato del uribismo está explicada en el poder mediático burgués, la falsa percepción de que la violencia, que tiene como principal causa la injusticia social, será derrotada con mano dura, por la vía militar; y el alto índice de abstencionismo en las urnas por parte de los sectores que hace rato dejaron de considerar al voto como mecanismo de ejercicio democrático; que al fin a cabo son las clases que saben la verdad sobre la «farsa democrática» en la que está sumida la hermana Colombia.
Lo que nos entusiasma en medio de este «triunfo» de la oligarquía colombiana, es que la resistencia continuará con más vigor, por ello desde Ecuador enviamos nuestros saludos y deseos de que las acciones se multipliquen, la organización popular crezca y se fortifique; y pronto la falsa democracia de voto sea un recuerdo putrefacto cuando se eleve la bandera de la nueva Colombia.