Definitivamente parece ser que el más afamado filósofo de cámara al servicio del Poder imperial español, ha perdido el poco juicio que le quedaba. No ha podido escoger mejor efemérides que el día internacional de las víctimas de la tortura para tratar de, por una parte, ensalzar el anti democrático sistema político-constitucional español y, de la otra, ensuciar la trayectoria de la izquierda abertzale y la nueva apuesta que está efectuando en su propuesta Euskal Herria zutik, creyendo ver renuncia y arrepentimiento en lo que no ese sino un cambio de estrategia. ( EL CORREO ESPAÑOL, 26−06−10)
Cree Savater que la izquierda abertzale está buscando una suerte de acomodo al podrido sistema democrático-burgués español ‚trufado de puro y pestilente fascismo, que aquel defiende y que, por tanto, ésta ha de abjurar de su historia y de sus convicciones. ¡ qué equivocado está!. Si este intelectualoide cavilara con mayor enjundia habría debido colegir que las cosas marchan de otro modo para Euskal Herria, afortunadamente. Que, para resumirlo en pocas palabras, si hace 50 años unos pocos debían darlo todo porque otros muchos apenas daban nada, fruto de las distintas luchas, y su correlativa concienciación nacional de las masas trabajadoras, se ha invertido el concepto y es ahora, cuando una inmensa mayoría está activamente demandando la independencia de Euskal Herria, cuando, precisamente,es factible que esos pocos no tengan ya que darlo todo. Así de simple y así de constructivo para el devenir de este Pueblo.
No son las fuerzas soberanistas que el pasado día 20 de Junio agruparon fuerzas y proyectos en pos de una Euskal Herria con Estado propio, las que tienen que abjurar de nada. Es el Estado español, en todo caso, quien debería pedir perdón por las innumerables tropelías que comete a diario en estas tierras. Empezando por las injustificadas detenciones en masa, las múltiples denuncias de torturas y malos tratos, los allanamientos de morada ad cautelam, las incomunicaciones en comisaría que propician espacios para el maltrato según denuncian una y otra vez innumerables organismos internacionales; las ilegalizaciones de partidos políticos, que propician una representatividad institucional aberrante y amañada; La negación de derechos civiles y políticos para una buena parte de la ciudadanía: de expresión, de reunión, de sufragio activo y pasivo etcétera, etcétera. ¿ Qué lecciones de democracia y respeto a los derechos humanos puede pretender inculcar este representante de la intelectualidad al servicio del imperio? Ninguna, por cierto.
Más aún. Se permite el buen hombre distinguir entre la violencia que se debe condenar y la que no. Como es natural sólo se ha de condenar la “ilegal e ilegítima de ETA, no la fuerza democráticamente regulada del Estado de Derecho español ( o francés, en su caso)” (sic). Es decir, que para el autor se legitima la tortura institucional, la que ya ha sido reiteradamente denunciada por distintos comisionados especiales para la prevención de la tortura de la Naciones Unidas, como el señor Theo Van Boven, por el simple hecho de que intitula al Estado español de democrático y europeo. Como si nos quisiera hacer creer que estos supuestos obedecen a “excesos” de un agente de policía enfurecido y no a toda una estrategia de terror orquestada desde las más altas instancias políticas y que se ejecuta en las más soterradas cloacas del Estado.
Decir democrático y europeo, desgraciadamente, no es decir mucho. Todos sabemos de los crímenes que se cometen en esos países, por acción y por omisión. Es el caso del joven Menezes abatido por policías ingleses; la continuada represión en las banlieue francesas. Los “errores” alemanes en Afganistán con decenas de muertos civiles inocentes. La indolente apuesta por el régimen sionista que asesina a diario y mantiene un régimen de apartheid para con el Pueblo Palestino. Para qué seguir. El señor Savater conoce de primera mano estas y otras cuestiones, pero solo le interesa una: difamar al independentismo vasco. Habla de una violencia y oculta todas las demás. Es el hombre perfecto para un Estado perfectamente hipócrita. Pero, qué le vamos a hacer, en Euskal Herria, simplemente, no cuela. Ni va a haber arrepentiemiento ni claudicación de ningún principio soberanista. Por el contrario, la dignidad de la lucha emprendida durante largos y cruentos años van a seguir siendo el alimento de la libertad que pronto abrazará a este Pueblo vasco. No lo dude, señor escribano del Poder. El mercenario de la pluma solo merece ser depositado en el contenedor de la basura de la historia, en su sitio.