En un reciente artículo publicado en Asia Times On line, traducido por Sinso Fernández para rebelión, hablaba usted de la dominatrix. Permítame que le felicite por su hallazgo terminológico. ¿Por qué cree usted que la Secretaria de Estado usamericana se adapta bien a ese término? ¿No han mejorado las formas de la política exterior de Estados Unidos en el era Obama?
Hillary es una dominatrix en el sentido de que es capaz de subyugar todo el Consejo de Seguridad de la ONU en lugar de admitir el fracaso de su diplomacia. Quizás lo aprendió con Bill… O quizás sean todos masoquistas.
No, no es el caso. La razón principal es que China y Rusia se dejaron “dominar”. China y Rusia concluyeron que mejor sería dejar la estridente Hillary dominar el palco por unos días, y trabajar en silencio para alcanzar su objetivo: sanciones con el máximo perfume “light” sobre Teherán.
En lo que concierne a Irán, los Estados Unidos son ciegos, lo ven todo rojo. Lo mismo puede decirse en relación a Israel, lo ven todo blanco celestial.
El nudo central de su reciente artículo –“Irán, Sun Tzu y la dominatrix”- es el acuerdo entre las diplomacias de Brasil y Turquía e Irán sobre el tema del desarrollo nuclear de este último país. ¿En qué ha consistido este acuerdo?
En esencia es el mismo acuerdo propuesto por los propios americanos en octubre de 2009. La diferencia reside en que, según la propuesta de 2009, el enriquecimiento del uranio se iba a realizar en Francia y Rusia, y ahora, tras el acuerdo, se efectuará en Turquía.
La principal diferencia es de método. Turquía y Brasil actuaron con diplomacia, sin confrontación, y respetaron los argumentos iraníes. Otro detalle fundamental: todo lo que hicieron estaba ya discutido en detalle con Washington. Cuando presentaron un resultado concreto, cuando alcanzaron el acuerdo con Irán, Washington, permítame la metáfora bélica, les dio un balazo por las costas.
¿No es una novedad en la diplomacia internacional que Brasil y Turquía, dos países no enfrentados a Estados Unidos, jueguen sus propias bazas en este asunto? ¿Por qué cree usted que han apostado por esta estrategia autónoma? ¿Qué ganan con ello? ¿No está acaso Irán lkejos, muy lejos de Brasil?
Cada país tiene sus motivos para expandir su papel geopolítico. Turquía se quiere proyectar como un actor excepcional, que cuente realmente, en el Medio Oriente. Sigue una política digamos post-Otomana, organizada por el Ministro de Relaciones Exteriores, el profesor Ahmet Davutoglu.
Brasil, con una política muy inteligente de Lula y de su ministro Celso Amorim, también quiere posicionarse como un mediador honesto en el Medio Oriente. Brasil es parte de los BRIC (Brasil, Rusia, India, China), que es, en mi opinión, el verdadero contrapoder actual a la hegemonía unilateral de los Estados Unidos. Turquía sería, se ha discutido formalmente en Brasilia hace unas dos semanas su adhesión, parte del grupo que sería llamado entonces BRICT. Esta es la nueva realidad en la geopolítica global. Y, sin duda, las élites de siempre en Washington están lívidas.
No parece, como usted mismo señalaba, que el acuerdo haya levantado entusiasmos en la Secretaria de Estado ni en los gobiernos europeos. ¿Por qué? ¿Desean que la vía diplomática fracase para proseguir con sus sanciones y conducirnos a un escenario bélico? Si es así, ¿qué ganarían con ello? ¿No serían muchos frentes abiertos al mismo tiempo?
Desde la perspectiva de la política interna de los Estados Unidos, lo único que interesa a Washington es cambiar el régimen. Hay al menos tres tendencias en liza. Los “realistas” y la izquierda del Partido Demócrata que están a favor del diálogo; el ala Pentágono y servicios de inteligencia quieren al menos sanciones, y los republicanos, neo-cons, el lobby de Israel y la sección Full Spectrum Dominance del Pentágono quiere un cambio de régimen sea como sea, incluida la vía militar si fuera necesaria.
Los gobiernos europeos son perritos falderos de Bush o de Obama. No sirven para nada. Hay algunas voces razonables en algunas capitales europeas y en Bruselas. Saben que Europa necesita el petróleo y el gas iraní para no ser rehenes de Gazprom. Pero son una minoría.
¿Cree usted que el gobierno iraní aspira, más allá de sus declaraciones, a poseer armamento nuclear? ¿Para hacerse respetar? ¿Para doblegar a Israel? ¿Para atacarla? Pakistán nuclear, India nuclear, Israel nuclear, Irán nuclear. ¿No sería toda esa zona un auténtico polverín?
He estado muchas veces en Irán y estoy convencido de lo siguiente: el régimen iraní puede causar enojo pero no es un sistema suicida. El líder Supremo, en diversas ocasiones, ha anunciado una fatwa afirmando que el arma nuclear es “no-Islámica”. Los Guardias Revolucionarios supervisan el programa nuclear iraní, sin duda, pero saben muy bien que las inspecciones y el control de la IAEA, de la Agencia Internacional de Energía Atómica, son muy serios. Si apostaran por desarrollar una bomba atómica rudimentaria, serían descubiertos y denunciados inmediatamente.
De hecho, Irán no necesita de ninguna bomba atómica como elemento de disuasión. Les basta un arsenal militar high-tech, de cada vez más alta tecnología. La única solución justa sería una desnuclearización total del Medio Oriente, que Israel, desde luego, con sus doscientas o más ojivas nucleares, no aceptará y jamás respetaría.
¿Qué papel juega Rusia en la situación? Recordaba usted que la planta de energía nuclear de Bushehr había sido construida por Rusia, y que se están llevando a cabo en ella las últimas pruebas y que probablemente se inaugurará este verano.
Bushehr debe ser inaugurada en agosto después de muchos retrasos. Para Rusia, Irán es un cliente privilegiado en términos nucleares y armamentísticos. A los rusos le interesa que Irán siga de este modo, que la situación no cambie. No quieren Irán como poder nuclear militar. Es una relación con muchos nudos, pero sobre todo comercial.
Cita usted en su artículo al antiguo general y estratega Sun Tzu. Recuerda un aforismo del filósofo chino: “Deja que tu enemigo cometa sus propios errores y no los corrijas”. Afirma usted que China y Rusia, como maestros estrategas que son, están aplicando esta máxima respecto a Estados Unidos. ¿Qué errores está cometiendo Estados Unidos? ¿Tan torpes son sus estrategas? ¿No han leído acaso a Sun Tzu?
Todo norteamericano bien educado en universidades de élite ha leído Sun Tzu. Otra cosa es saber aplicarlo.
China y Rusia, dentro de una estrategia común a los BRIC, se entendieron bien para dejar a los Estados Unidos con la ilusión de conducir las sanciones, al mismo tiempo que trabajaron y trabajan para minarlas al máximo y aprobar en última instancia un paquete sancionador muy “light”. Rusia y China quieran estabilidad en Irán en beneficio de sus importantes relaciones comerciales. En el caso de China, tenga en cuenta que Irán es un gran proveedor de gas y esto es tema de la máxima seguridad nacional.
Estamos, resume usted, en una situación en la que sobre la mesa en la Agencia Internacional de la Energía Atómica hay un acuerdo real de intercambio aprobado por Irán mientras que en las Naciones Unidas hay en marcha una ofensiva de sanciones contra Irán. En quién va a confiar la “comunidad internacional” real, pregunta usted. ¿En quién va a confiar la comunidad internacional le pregunto?
La verdadera “comunidad internacional”, los BRICs, los países del G‑20, las 118 naciones en desarrollo del Movimiento de los No-Alineados, en suma, todo el mundo en desarrollo, está con Brasil, Turquía y su diplomacia de no confrontación. Solo quieren sanciones los Estados Unidos y sus patéticos perritos falderos ideológicos europeos.
Afirma usted también que la arquitectura de la seguridad global, “vigilada por un puñado de temerosos y autonombrados guardianes occidentales”, está en coma. El Occidente “atlantista” se hunde al estilo del Titanic. ¿No exagera? ¿No confunde sus deseos con la realidad? ¿No existe el peligro real de que el hundimiento arrase con casi todo antes de hundirse definitivamente?
Yo ya estuve de frente, con mucho horror en todo el mundo, como para al menos ahora poder creer en la posibilidad de un nuevo orden, delineado sobre todo por el G‑20 y, dentro de él, por los países del BRICT. Incluyo la T final.
El futuro económico es de Asia y el futuro político es de Asia y de las grandes naciones en desarrollo. Claro que las élites atlantistas sólo van a abdicar de su poder después de ver sus cadáveres tendidos. El Pentágono continuará con su doctrina de guerra infinita. Pero más temprano que tarde no tendrá con qué pagarlas. No niego que sea una posibilidad que Estados Unidos, en un futuro próximo, bajo una administración de un loco republicano de extrema derecha, entren en un período de guerra alucinada, desquiciada. Si fuera así, será sin duda su caída, la caída del nuevo Imperio Romano.
¿Y qué poderoso lobby de EEUU está a favor de la guerra infinita a la que acaba de referirse? ¿Quiénes sustentan y financian ese lobby?
La guerra infinita es la lógica de la Full Spectrum Dominance, la doctrina oficial del Pentágono, que incluye “l’encirclement” de China y Rusia, la convicción de que esos países no puedan emerger como competidores fisgones de los Estados Unidos, y hacer además todos los esfuerzos para controlar o al menos vigilar Eurasia. Es la doctrina Dr. Strangelove [3], pero es también la mentalidad de los dirigentes militares americanos y de la mayoría de su establishment. El complejo industrial-militar no necesita de la economia civil para sustentarse. Tiene en nómina una enorme cantidad de políticos y todas la grandes corporaciones.
Habla usted de la luminaria del Dr. Zbigniew “conquistemos Eurasia” Brzezinkski. Otro hallazgo, permítame una nueva felicitación. El antiguo asesor de la seguridad nacional, señala usted, subrayó que “por vez primera en toda la historia humana, la humanidad ha despertado políticamente –esa es una nueva y total realidad‑, lo que no había sucedido antes”. ¿Es así en su opinión? ¿Qué parte de la humanidad dormida ha despertado?
Para las élites americanas, el dato esencial es que Asia, América Latina y África están interviniendo políticamente en el mundo de una manera impensable durante el colonialismo y que la descolonización es, para ellos, una pesadilla sin fin. ¿Cómo dominar a quien ahora sabe cómo actuar para no ser dominado de nuevo? Esta es su pregunta básica.
Washington, unilateral hasta lo más profundo de sí, señala, no duda en levantar su dedo corazón hasta al más cercano de sus amigos. ¿Por qué? ¿Son acaso la encarnación del Eje del Mal? ¿Puede conseguirse hegemonía con procedimientos tan poco afables? ¿Hasta cuando?
La crisis americana no puede ser subestimada. Es total: económica, moral, cultural y política. Y también militar porque fueron derrotados en Iraq y están al borde de una derrota de ignominia total en Afganistán. El nuevo siglo americano murió ya en 2001. El 11 septiembre hoy puede ser interpretado como un mensaje apocalíptico del fin.
Por cierto, ¿dónde queda uno de los actores principales de la política usamericana en el Próximo Oriente? ¿Israel está dormida? ¿Cuáles son los planes de los matones de Gaza? [4]
Israel se convirtió en lo que llamo una “rogue” [bribón] Esparta paranoica, etnorracista, que carga con la mácula profunda del apartheid. Israel estará cada vez más aislada del mundo real, protegida sólo por Estados Unidos, de quien es un Estado-cliente. Y su pesadilla, como si se tratara de un film hollywoodiano de horror, será el retorno de lo reprimido: la Historia les hará pagar por todo el horror que han perpetrado y siguen perpetrando contra los palestinos.
¿Qué opinion le merece la acción de Israel del pasado domingo 30 de mayo? ¿Qué sentido puede tener el ataque a unos pacifistas solidarios con la ciudadanía de Gaza?
Es parte de la misma lógica de siempre. Tenemos siempre razón; los que están contra nuestras políticas son terroristas o anti-semitas. Ahora Israel está en la fase de defender lo indefendible: el bloqueo de Gaza.
Lo que está claro es que ahora todo el mundo lo sabe y ya no podrá engañar más con sus mentiras. Palestina será el eterno Vietnam de Israel. Pero dudo, como en el caso de los Estados Unidos, que alguna vez sean capaces de aprender la lección.
Salador López Arnal