La mayoría de las nueve víctimas mortales del ataque israelí al barco turco Mavi Marmara, de la flotilla de ayuda humanitaria, recibieron disparos desde arriba, según los resultados de las autopsias revelados este martes en Turquía.
Varios medios turcos citan detalles del informe del Instituto Forense Turco, según el cual en los cadáveres de las víctimas no se encontraron señales químicas porque los cuerpos fueron lavados antes de ser entregados a Turquía.
Los médicos forenses no pudieron determinar la distancia desde la cual se ha disparado, dado que la vestimenta de las víctimas estaba muy sucia, pero registraron varios “cortes y heridas en diversas partes de los cuerpos” y dedujeron que recibieron disparos de balas de armas automáticas y semi-automáticas.
Una de las víctimas, Furkan Doga, ciudadano estadounidense de origen turco de 19 años, recibió disparos en el rostro desde una distancia corta, y otro, Cevdet Kiliclar, en el centro de su frente.
Una bala que entró en el cráneo de Cetin Topcuoglu y salió por su nuca y de allí entró nuevamente en su cuerpo a través de su hombro derecho y destrozó su hígado.
“En el cerebro de Ibrahim Bilgen, los médicos encontraron una bala que nunca habían visto hasta entonces”, comentó el letrado Ahmet Yasin Durak a la asociación de derechos humanos Mazlum-Der. “Una cuestión a responder es porqué Israel lavó los cuerpos”, añade.
En todos los cuerpos se encontró alguna cantidad de alcohol. Según los forenses es posible que el alcohol se haya introducido en los cuerpos después de su muerte. La mayoría de las balas salieron de los cuerpos después de entrar y ello es un indicio del gran poder que tienen las armas usadas”, añadió.