Hay más de un millón de personas que “viven” en la franja de Gaza, el pequeño pedazo de tierra en la costa suroeste de Israel. Sus vidas son un absoluto infierno, hechas tan amargas como la hiel por los israelíes que ocupan sus tierras con el apoyo de los estadounidenses, europeos y egipcios.
El pueblo de Gaza ha sido castigado por haber votado por Hamas en lugar de sus rivales de la Autoridad Palestina en las últimas elecciones parlamentarias. No sólo soporta una ocupación paralizante, sino un bloqueo alevoso e intolerante que ha hecho caer en el polvo su economía. Está siendo castigado por practicar la democracia.
El reciente ataque del comando israelí contra los manifestantes pacíficos de la Flotilla de la Libertad que llevaban barcos de enseres, materiales de construcción y alimentos a los asediados palestinos, es la última muestra de un estado paranoico que ve enemigos por todos lados y los trata como tal. Estados Unidos, por simples motivos políticos domésticos, es un facilitador que se niega a decir “no” a cualquier cosa que Israel pretenda hacer.
La misma miopía que resultó en el armamento, entrenamiento y financiamiento de grupos que después surgieron como Al Qaeda y los talibanes, ahora está sembrando la enemistad y el odio entre millones de palestinos y demás árabes.
Sus tierras, hogares, escuelas e instituciones públicas se han convertido en prisiones que un día van a explotar donde menos se espere.
–© ’10 maj
13 de junio de 2010
Audio grabado por Noelle Hanrahan: www.prisonradio.org
Texto circulado por Fatirah Litestar01@aol.com
Traducción Amig@s de Mumia, México