Sr. Botín, yo creo que los banqueros deberían abrir una especie de diálogo por Internet para aclarar a los ciudadanos, clientes sobre todo, qué quiere decir exactamente eso que declaran ustedes con un lenguaje enigmático. Ha de tenerse en cuenta que usted y sus compañeros son realmente los amos del país y quienes dictan en profundidad la política que han de seguir los gobiernos.
Por tanto, usted sabe de verdad lo que está pasando, aunque me parece que no tiene tomado el nivel a lo que pasará. Es fácil el diagnóstico, pero ¿y el pronóstico? Digo esto porque he leído que usted ha arramplado con treinta mil millones más de euros ofreciendo un depósito al 4%, lo que no deja de plantear incógnitas preocupantes de lo que pasará con ese dinero dentro de unos meses o un año, dado lo revueltas que bajan las aguas financieras. Ya sé que ha comprado un banco en México, lo que le supone capturar un pasivo de maniobra, pero esos treinta mil millones huelen a trasfusión urgente para su funcionamiento bancario cotidiano o el del Banesto o el de Openbank, que son los tres un solo dios verdadero.
¿No cree usted que muchos financieros, como usted, han emprendido una atropellada huida hacia adelante con la captura de activos líquidos en el mundo emergente? Habría que explicar este enredo. Es más, yo sometería al sistema bancario español a la prueba del nueve para medir su solidez. Por ejemplo, ¿qué pasaría si todos los depositarios en su firma reclamaran, por prudencia, la inmediata devolución de su dinero? ¿Podrían ustedes afrontar esa prueba de solidez bancaria? Yo creo que se produciría una verdadera revolución en la calle. Explique, por favor.