A partir de ahora, fuera de la unidad de acción hará mucho frío para todo aquél que se declare independentista, y la responsabilidad política de conseguir una nueva mayoría soberanista ‑progresista de izquierdas y alternativa- pesará en consonancia El documento «Zutik Euskal Herria» precipita los acontecimientos políticos. ETA reitera su disposición a favorecer el cambio político. Y sitúa la «garantía» de la «activación social» en el umbral de una nueva etapa impulsora de un consenso por el que todos los proyectos puedan materializarse en el ámbito democrático de decisiones del pueblo vasco. El Gobierno responde anunciando restricciones a la concurrencia electoral y engrasando el garrote de la Ley de Partidos. ETA «asume la importancia de la implicación internacional». EA promueve el aval de la Alianza Libre Europea. Y GaztEHerria convoca una manifestación en Bruselas para denunciar los ataques que sufren los jóvenes vascos. «Gazteak ez gara terroristak!». La red Independentistak congrega el Aberri Eguna unitario más multitudinario de los últimos tiempos. A partir de ahora, fuera de la unidad de acción hará mucho frío para todo aquél que se declare independentista, y la responsabilidad política de conseguir una nueva mayoría soberanista ‑progresista de izquierdas y alternativa- pesará en consonancia. Una impresionante ola verde se eleva sobre el puente de Santiago. Treinta años de luchas avalan el enraizamiento sociológico de una multicolor potencia independentista. La izquierda abertzale demanda «altura de miras» para establecer una alternativa unitaria en Nafarroa. Aralar disiente. La IA y EA buscan «acuerdos amplios» para el cambio. Hamaika Bil Gaitezen y Ezker Soberanista sientan a todos en el debate. Aralar y EA blindan NaBai con un pacto. Aralar 43,9%, EA 31,3%, Batzarre 14,4%, y 10,4% PNV. En la cola tragan sapos y culebras. Pronto veremos si asentar estructuras políticas en el reparto de cuotas ‑y no en interacciones base- implica o no constituir un organismo con pies de barro. Egiguren opina que es contraproducente mantener ilegalizada a Batasuna. López le desautoriza en pleno Parlamento. Y Rubalcaba zanja el asunto, asegurando que «las cosas van más despacio de lo que se cree» y que «Batasuna está cuasi genéticamente incapacitada para separarse de ETA». La izquierda abertzale y EA firman un acuerdo estratégico de ámbito nacional, para acumular fuerzas en favor de la independencia. Asumen los «principios Mitchell» para la resolución del conflicto y adoptan una serie de puntos sobre el modelo de sociedad, comprometiéndose a «compartir y gestionar una unidad de acción» que favorezca la democracia participativa, la justicia social, el equilibrio ecológico, la paridad ante las desigualdades, el euskara, la educación y la salud pública, la nacionalidad y la ciudadanía. Objetivo: un Estado vasco que asegure el futuro social y económico. GARA editorializa que en la base se halla la clave para garantizar los contenidos de la estrategia independentista de izquierdas. Floren Aoiz dibuja un arco iris. «Veremos si otros agentes se suman, cómo hacen suya esta alianza los sectores sociales, el papel de los movimientos populares» y la respuesta de los estados. «Nadie que quiera llegar puede sobrar en este recorrido». Bonitas palabras. Ser o no ser: simple adición o progresivo sumatorio. Se abre una nueva fase. «Es la hora de una nueva mayoría», cuya responsabilidad recaerá en aquéllos que desean conseguirla.
Fuente: Gara