Colombia festeja, igual que México, Argentina y Chile en este 2010, el Bicentenario del inicio de la lucha independentista. En la patria de Camilo Torres Restrepo se recuerdan otras efemérides que están ligadas a las batallas por la segunda independencia de Colombia, entre ellas el 80 aniversario de la fundación del Partido Comunista Colombiano y las ocho décadas del natalicio de Pedro Antonio Marín, combatiente campesino que tomó el nombre de Manuel Marulanda Vélez y fundó, con otros patriotas, el movimiento insurgente llamado Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
El 17 de julio de 1930, cuando se fundó el Partido Comunista de Colombia, el pueblo era víctima de los abusos y la represión ejercida por el gobierno conservador de Miguel Abadía Méndez. Ese año los colombianos participaron en comicios y eligieron a Enrique Olaya Herrera de filiación liberal. El presidente electo se había desempeñado como embajador en Estados Unidos y admiraba a los gobiernos del imperio. En Washington y en varias ciudades de Europa occidental el sistema capitalista sufría una de sus múltiples crisis. Se cuadruplicaba el desempleo y desde la Unión Americana eran expulsados 400 mil inmigrantes, la mayoría de origen mexicano.
Desde sus inicios el Partido Comunista Colombiano demostró una posición combativa, enfrentó la represión, propuso un nuevo sistema económico, político y social, además de abrazar las banderas internacionalistas y solidarizarse con los demás pueblos de la tierra que luchaban por la paz con justicia social. Alberto Castrillón, Gilberto Vieira, Luis Vidales, Jorge Regueros Peralta, Manuel Marulanda Vélez y María Cano, fueron los fundadores de la colectividad política, promotora del socialismo y la democracia participativa durante 80 años.
La historia reciente de Colombia, particularmente en el periodo transcurrido el pasado siglo XX, no sería comprendida sin analizar y estudiar los aportes y batallas del Partido Comunista (PCC). En un país intervenido por el imperialismo estadounidense la lucha de la izquierda ha sido difícil, heroica y patriótica. El PCC, conformado por seres humanos, ha cometido errores, pero en la balanza sobresalen los aciertos y entre ellos el más importante: sobrevivir en medio de la guerra sucia y las campañas genocidas de intimidación y exterminio.
Los dirigentes del PCC se han distinguido por su congruencia, desde los años 30 y 40 del siglo pasado con María Cano y Gilberto Vieira hasta el presente año 2010 con Jaime Caycedo Turriago y Carlos Lozano Guillén, destacados promotores de la paz y la justicia. Ocho décadas junto al pueblo, el PCC ha seguido el legado de Manuel Marulanda Vélez, aquel joven humilde y trabajador que tenía un espíritu bravío ante la opresión. Nació en La Ceja, municipio ubicado en el departamento de Antioquia, cercano a Medellín, donde años después, integró el Comité Regional del PCC.
Manuel era un autodidacta. Estudiaba y leía publicaciones de economía, historia y literatura. Conocía la Constitución colombiana como un experto en jurisprudencia. No estudió derecho en aulas universitarias pero era el mejor abogado y defensor de los trabajadores en Medellín, a donde llegó a ser concejal o regidor, y luego en Bogotá, siendo nombrado secretario general de la Federación Sindical de Trabajadores de Cundinamarca, por sus compañeros. Marulanda Vélez, quien había trabajado como albañil, explicaba a sus compatriotas con elocuencia, los tristes sucesos de la Masacre de las Bananeras (diciembre de 1928), mientras participaba en la histórica “Marcha del Hambre”.
Preso político en varias ocasiones, Manuel Marulanda Vélez, murió a consecuencia de las torturas y vejámenes a los que fue sometido por el régimen despótico de Laureano Gómez. El nombre de Manuel ha sido reivindicado por y para la lucha popular. Pedro Antonio Marín lo tomó como nombre de combate durante su épica lucha fariana desde 1964, algo similar a lo ocurrido en México, donde Doroteo Arango reivindicó el nombre de Pancho Villa.
Brillantes personalidades de la política colombiana surgieron en las filas del PCC y la Juventud Comunista a lo largo de éstas ocho décadas. Gilberto Vieira, quien se desempeñó durante 40 años como secretario general, recibió un homenaje entusiasta en octubre de 1998 al asistir al 17 congreso partidista. Se encontraba enfermo, pero firme. Su compañero de lucha, el camarada Jesús Villegas, le expresó públicamente: “¡Gilberto, nos has dado ejemplo de cómo debe ser un militante comunista. Mientras una gran parte de intelectuales ha pasado por el Partido como en una especie de visita de médico, tú te has quedado junto a nosotros”.
Víctimas del Estado genocida que oprime y roba a los colombianos, ofrendaron sus vidas los comunistas: Jaime Pardo Leal, candidato a la Presidencia, asesinado en 1987; José Antequera, constructor de la Juventud Comunista, recibió balazos en marzo de 1989; Bernardo Jaramillo Ossa, aspirante a la Presidencia por la Unión Patriótica fue acribillado en la plaza pública en marzo de 1990; José Miller Chacón, dirigente y militante distinguido murió durante un atentado en 1993; Manuel Cepeda Vargas, destacado parlamentario, intelectual combativo y director por varios años del semanario Voz Proletaria fue asesinado por sicarios del narcoparamilitarismo y agentes del gobierno en agosto de 1994. Ellos forman parte de la lista de compatriotas que habían sido amenazados por un sistema que se hace llamar “democrático” y se sostiene aún con la complicidad del imperio norteamericano.
Otros dirigentes del PCC han sido encarcelados y torturados, como el camarada Álvaro Vázquez del Real, quien desde su columna “Enfoques”, en el semanario Voz, ha ofrecido interesantes reflexiones sobre la realidad colombiana y regional. Jaime Caycedo, actual secretario general, ha sido víctima de amenazas. Logró salir ileso de atentados en su contra. Carlos Lozano Guillén, dirigente nacional, director de Voz y autor de varios libros sobre los procesos de paz y diálogos entre los insurgentes y las autoridades, ha sido calumniado y señalado públicamente por Álvaro Uribe Vélez, jefe del narcoparamilitarismo, y tristemente presidente de los colombianos durante dos periodos nefastos. Al cumplirse el 80 aniversario del Partido, los comunistas colombianos están vivos y activos en la lucha contra el fascismo y por la construcción del socialismo en el siglo XXI en Colombia y nuestra América bolivariana y martiana.