En medio de una nueva tensión regional, desde Toronto, EEUU y Tel Aviv partieron tres señales concretas. Con Berlusconi como emisario, líderes del G‑8 reunidos en Canadá expresaron el domingo su «certeza» de que el Estado judío va a emprender acciones militares contra Irán. El mismo día, en Tel Aviv, el jefe de Estado Mayor militar de EEUU y su par israelí se reunieron para «evaluar amenazas» regionales. Simultáneamente, el director de la CIA, Leon Panetta, advirtió el domingo que Irán está en condiciones de construir dos bombas nucleares en dos años, ya que tiene capacidad suficiente de uranio enriquecido. Estos hechos fueron precedidos de movimientos militares de Irán en la frontera con Azerbaiján, denunciando que Israel y EEUU preparan un ataque contra sus instalaciones desde ese país.
Como señalan los expertos, el domingo fue un día «muy particular».
Informe especial
IAR Noticias/
El domingo fue una jornada de «extrañas coincidencias», cuyo trámite fue ignorado por la prensa internacional que dio las «noticias» por separado y sin ningún análisis de conexión.
El jefe de Estado Mayor militar de EEUU, almirante Michael Mullen, se reunió el domingo en Tel Aviv con el comandante en jefe del Ejército israelí, teniente general Gabi Ashkenazi, con el objetivo, según la prensa israelí de analizar desafíos y amenazas regionales de «mutuo interés».
Los dos altos jefes militares mantuvieron una reunión cara a cara, así como una conferencia colectiva con altos oficiales militares y de seguridad israelíes, incluyendo al comandante de la Marina y el jefe del Directorio de Planificación del Ejército.
Mullen, según el diario Haaretz, señaló que fue una reunión periódica conjunta que los Estados Mayores de ambos países realizan para evaluar amenazas, desde el punto de vista israelí y atendiendo a los intereses de EEUU ligados al Estado de Israel.
Ashkenazi, según la prensa israelí, felicitó a Mullen por sus numerosas visitas a Israel, y subrayó que ambos se reunieron en varias oportunidades en el pasado. Sobre la reunión dijo que fue fructífera «debido a que el almirante Mullen se ocupó de promocionar las relaciones y la cooperación entre las fuerzas armadas».
El jefe en comandante de Tzáhal (ejército israelí) subrayó que la relación personal y organizativa entre los dos es excepcional y de las mejores entre los dos países. Ashkenazi dijo: «Considero al almirante Mullen un amigo, y un compañero en todo lo relacionado a la seguridad del Estado de Israel», añadió citado por la prensa judía.
Antes de la cumbre militar, el alto jefe militar estadounidense se reunió con el ministro de Defensa de Israel, Ehud Barak.
El mismo día, desde la cumbre en Toronto, Canadá, el primer ministro Italiano, Silvio Berlusconi, expresó que los líderes mundiales del G‑8 «creen con toda certeza» que Israel puede atacar objetivos militares en Irán para evitar que pueda hacerse con armas nucleares.
“Irán no está garantizando una producción pacífica de energía nuclear, así que los miembros del G‑8 están preocupados y creen con toda certeza que Israel probablemente reaccionará de manera preventiva”, aseguró Berlusconi a los periodistas en unas declaraciones recogidas el lunes por el diario israelí Haaretz.
Durante la semana pasada, Uzi Arad, cabeza del Consejo Nacional de Seguridad de Israel y confidente del Primer Ministro Benjamín Netaniahu, había deslizado que “la última ronda de sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU contra Irán es inadecuado para frustrar su progreso nuclear. Una operación militar preventiva podría ser eventualmente necesaria».
Los líderes del G‑8 –formado por Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Japón, Rusia y EEUU– dedicaron buena parte de la jornada del sábado a debatir sobre los programas nucleares que desarrolla Pyongyang y Teherán.
Luego el G‑8 hizo público un comunicado en el que insta a Irán a que “respete la ley” y “mantenga” un “diálogo transparente” sobre sus ambiciones nucleares.
Las sorpresivas revelaciones de Berlusconi estuvieron precedidas la semana pasada por la publicación en Haaretz de movimientos militares israelíes en Arabia Saudi que podrían formar parte de los preparativos para bombardear objetivos militares en Irán a través de un corredor aéreo saudí.
La prensa egipcia, por su parte, publico también el pasado fin de semana que una flota norteamericana compuesta por diez fragatas y un portaaviones cruzó en Canal de Suez rumbo al Mar Rojo.
Irán se hizo eco de estos movimientos y rumores movilizando tropas y equipos militares .
“La movilización se hace por la presencia de fuerzas americanas e israelíes en la frontera noroeste”, explicitó el General Mehdi Moini, comandante de las tropas de la Guardia Revolucionaria.
Moini agregó que buscarán neutralizar los movimientos militares de EEUU e Israel en dirección a Azerbaiján “porque algunos países occidentales buscan fomentar los conflictos étnicos para desestabilizar a la región».
Según la versión deTeherán, tropas estadounidenses e israelíes se alistan en las bases militares y aéreas de Azerbaiján para ejecutar desde allí un ataque a las instalaciones nucleares de Irán.
En ese marco, el gobierno de Ahmadinejad declaró el «estado de guerra» en su frontera noroeste, en la zona del mar Caspio.
Fuentes militares iraníes justificaron el despliegue militar afirmando que en los últimos días Israel transfirió secretamente un importante número de aviones bombarderos a las bases de Azerbaiján, vía Georgia, y que también se preparan en el país limítrofe las fuerzas especiales del ejército de los EEUU.
Toda esta conjunción de «señales» políticas y militares, coincidió a su vez con una advertencia del director de la CIA, Leon Panetta, quién afrmó el domingo que Irán está en capacidad de construir dos bombas nucleares en dos años, ya que tiene capacidad suficiente de uranio enriquecido.
En declaraciones a la cadena televisiva ABC, Panetta dijo dudar de que las recientes sanciones de la ONU vayan a poner fin a las ambiciones nucleares de Teherán, aunque el régimen islámico asegura que su plan atómico sólo apunta a la producción de energía con fines pacíficos.
El jefe de la Agencia afirmó que las sanciones podrían ayudar a debilitar a Teherán al crear graves problemas económicos, pero que probablemente no van a impedir que siga con sus ambiciones de desarrollar su capacidad nuclear.
En suma, un conjunto de «señales» simultáneas emitidas en un escenario marcado por la decisión de Irán de no reanudar las negociaciones nucleares luego de las últimas sanciones económicas aplicadas en su contra por la ONU, la Unión Europea y EEUU.