En el contexto historiográfico patriarcal, Manuela Sáenz ha sido desdeñada, vilipendiada, estigmatizada, hasta reflejada como un “defecto” de Bolívar, por la moral católica patriarcal de numerosos escritores.
Pero entrado el siglo veinte, mujeres historiadoras y escritoras ecuatorianas y de otros países de Latinoamérica, han reinvindicado a Manuela con nuevos textos y reescritura de su biografía, lo que ha contribuido a un cambio en la percepción sobre su presencia en la historia, otorgándole el justo valor a su participación en la gesta independentista. Manuela era una revolucionaria independentista mucho antes de conocer a Bolívar en Quito en 1822, una ferviente luchadora por la independencia y la libertad.
En la actualidad, otra percepción sobre Manuela Sáenz da la impresión que ha impulsado la presencia de sus restos simbólicos en Venezuela y otros países de Suramérica, como militante y combatiente revolucionaria, a 153 años de su muerte.
Esta percepción, estaría influida desde la visión de los nuevos liderazgos políticos de varones latinoamericanos del primer decenio de este siglo, que admiran a Manuela y que consideran de mucha importancia que el ímpetu revolucionario de la extraordinaria quiteña, la aliada política de Bolívar, una mujer de entrega total a la causa revolucionaria de su época, y su incondicional compromiso político, sea abrazado como ideal de lucha y modelo a seguir por las mujeres que comparten los proyectos políticos de los actuales líderes bolivarianos de la región suramericana.
En 2007, cuando la asciende a Generala, el Presidente Rafael Correa, dijo: “Eres la luz despierta de los tiempos oscuros. Eres nuestra compatriota y nuestro destino. Eres memoria viva de la libertad. Hoy eres el espejo en el que otras mujeres se miran y agigantan”.
Viraje histórico
La visión patriarcal de la historiografía tradicional sobre Manuela Sáenz comenzó a perder terreno a partir de la década de los ochenta del sigloXX en Ecuador. Las mujeres de ese país han mantenido desde ese momento hasta ahora, un trabajo sistemático de recuperación de su figura, para romper el círculo de homenaje Manuela desde la leyenda y reinvindicarla como una de las más importantes líderes revolucionarias de la Independencia de América toda.
Las ecuatorianas de igual manera tratan de rescatar a Manuela como mujer, colocarla fuera del recuerdo de su pasado glorioso, y mostrarla en el exilio en Perú en la pobreza extrema y en su discapacidad producto de una caída que la deja paralítica y confinada en un sillón, situación que enfrentó con dignidad y que no quebró su espíritu.
Asimismo, Nela Martínez Espinoza, política, escritora y luchadora social ecuatoriana, primera mujer que fue diputada en ese país, fallecida en 2004 a la edad de 92 años, dedicó mucho tiempo a recuperar la figura de Manuela (a quien le decía la insumisa) para el movimiento feminista y los derechos sociales y políticos de las ecuatorianas, al equiparar la figura de Manuela a la de Bolívar en cuanto a patriotismo y amor a la libertad. Nela, ferviente estudiosa del aporte de las mujeres en la historia, ubica en su verdadera dimensión a Manuela Sáenz: ya no es más la “loca amante” de Simón Bolívar, sino la Colibertadora.
En 1983, Nela Martínez recopiló y editó ‘Manuela Libertad’, que recoge un artículo de su autoría, así como colaboraciones de Eugenia Viteri, Pedro Jorge Vera y Nelson Estupiñán Bass. En 1989 organizó el “Primer Encuentro con la Historia: Manuela Sáenz”, que tuvo lugar en Paita el 24 de septiembre de ese año. Allí se firmó la Declaración, por medio de la cual las participantes juraron seguir el ejemplo de Manuela y combatir toda forma de injusticia neocolonial incluyendo la discriminación de clase, de raza y de sexo.
Las participantes proclamaron a Manuela Sáenz precursora de la mujer emancipada y Colibertadora del movimiento independentista. Esto último implicaba que su contribución a la independencia fue igual a la de Bolívar. Pero, sobre todo, la Declaración mostraba la emergencia de la presencia de Manuela Sáenz como heroína feminista y militante revolucionaria combativa, un símbolo que debía inspirar a todos/todas aquellos comprometidos/as en transformar a las sociedades latinoamericanas de acuerdo con los ideales feministas revolucionarios.
La propuesta original del ascenso póstumo a generala de Manuela y de su reconocimiento nacional fue de Nela junto a organizaciones de mujeres de todo Ecuador a través de la Fundación Manuela Sáenz.
Nela Martínez, era una convencida de que: “Volver a nuestras raíces nos obliga a convocar a las mujeres de nuestra América y a recordarles que la batalla por la independencia continúa”.Palabras suyas que son un claro llamado a las mujeres ecuatorianas a la militancia revolucionaria combativa, similar al llamado del Presidente Correa ‑que ya hemos mencionado en este texto‑, quien interpretó el anhelo de las mujeres ecuatorianas y le dio curso a este pedido histórico.
Cronología del retorno-Perú-Ecuador
El peregrinaje de regreso a Ecuador comenzó en Paita el 3 de mayo de este año, desde donde partieron dos cofres fúnebres con tierra de esa ciudad costera de Perú, lugar donde Manuela murió en noviembre de 1856.
A lo largo y ancho del viejo puente internacional que une a Huaquillas (Ecuador) con Aguas Verdes (Perú), los cofres con los restos ingresaron a Ecuador y fueron conducidos a Chacras.
En esta parroquia, la viceprefecta de Pichincha, Marcela Costales Herrera, el prefecto de El Oro, Montgómery Sánchez, la viceprefecta del Guayas, Luzmila Nicolalde, el gobernador Edgar Córdova, los alcaldes de los catorce cantones, directivos de las 49 juntas parroquiales del país, junto a representantes de Ayabaca, Huancabamba, Morropón, Paita, Sechura, Sullana y Talara, pertenecientes al Departamento de Piura (Perú), participaron del histórico develizamiento de un busto de la libertadora.
Marcela Costales Peñaherrera declaró que la campaña, con destino final en Venezuela, involucra a cuatro países y cuenta con más de 264 eventos en los que será honrada a la Generala con el fin de rescatar su memoria histórica y presencia libertaria.
Luzmila Nicolalde, declaró: “Con este homenaje queremos recuperar la memoria histórica de la presencia de Manuela Sáenz en Ecuador, rescatar su nombre como mujer y libertaria y no sólo como la historia la ha conocido, como la amante de Bolívar. Ella fue mucho más que eso”.
Los restos simbólicos fueron llevados el 4 de mayo a los predios de la Universidad Técnica de Machala. También recibieron honores en la sede del Gobierno Provincial Autónomo de El Oro, en el mismo escenario se cumplió un ritual simbólico del feminismo popular y se desarrollaron diversos actos culturales.
El 5 de mayo llegaron a Guayaquil, donde fueron recibidos con todos los honores militares; se realizó una ceremonia en el hemiciclo La Rotonda, donde estuvieron presentes el vicepresidente Lenin Moreno, el prefecto del Guayas, Jimmy Jairala, entre otras autoridades. Después del acto, los restos simbólicos pasaron el resto de la semana en el Municipio de Guayaquil, para luego viajar a la provincia de Los Ríos.
El 20 de mayo llegaron a la Asamblea Nacional en Quito, donde fueron recibidos por los/las asambleistas con todos los honores que le corresponden como Heroína.
El 24 de mayo con ofrendas florales de la sociedad civil y organismos gubernamentales, los restos simbólicos de Manuela Sáenz fueron depositados en el Templo de la Patria (Quito) por el vicepresidente ecuatoriano, quien develó también un busto de la heroína quiteña.
Todos estos homenajes, y otros más que se le rindieron, forman parte del compromiso asumido el pasado 30 de marzo, en Paita, por el Comité Nacional de Ecuador “Campaña triunfal: Manuela La Libertadora” y el Comité Internacional “Manuela Libertadora” de Perú. Con la firma de este documento se inició un hermanamiento entre los gobiernos locales y los pueblos de las ciudades que acunaron y testificaron el pensamient