La Candidatura de Unitat Popular, la CUP, queremos mandar un fuerte abrazo solidario para todos y todas vosotras, que habéis acudido hoy a esta manifestación en Donostia, a favor del derecho a decidir, a favor de la autodeterminación, y en solidaridad con el pueblo catalán.
Queremos también aprovechar para compartir con vosotros algunas reflexiones.
Sólo desde la ingenuidad o la mala fe podría considerarse que un pronunciamiento del Tribunal Constitucional respecto el estatuto de la Comunidad Autónoma de Cataluña en un sentido u otro cambiaría sustancialmente la situación de los Països Catalans como sujeto de derecho político.
Aquellos que creían de buena fe que la Constitución española podría tener la virtud de poder contener diferentes modelos territoriales chocan hoy, de nuevo, con la cruda realidad de comprobar que su modelo territorial es la indisoluble unidad de España con el ejército como garante, y en un estadounitario con una descentralización meramente administrativa.
Igualmente, aquellos que creyeron en la buena fe de la clase política catalana, han acumulado, durante el proceso de reforma estatutario, suficientes argumentos como para alimentar esta desafección que hoy por hoy, convierte la abstención en la primera fuerza política catalana, superando con creces a la suma del resto de opciones políticas. Por eso hoy, nuestra clase política puede creer estar encabezando la manifestación, pero en realidad esta manifestación no sólo es una expresión contra un tribunal ilegítimo en los Països Catalans, sinó también contra una clase política incapaz de defender los derechos del pueblo catalán, e incapaz de enfrentarse al estado que nos niega estos derechos.
Porque no ha sido el Tribunal Constitucional o el Congreso español de los Diputados los únicos que han recortado este estatut: también han sido los políticos autonomistas quienes lo han hecho, en contra de la voluntad del pueblo catalán. Primero, olvidándose de incluir el derecho a la autodeterminación y la voluntad de construir los Països Catalans en el primer borrador del estatuto. Después cuando Artur Mas pactó con Zapatero el primer recorte. Y finalmente, defendiendo el estatut recortado ante la población catalana en el referéndum de 2006. Por eso, en aquél referéndum, la abstención y el no; superaron con creces el sí.
Llegados a este punto ya nos da igual si pueden haber más interpretaciones restrictivas de este trozo de papel mojado que es el Estatuto. Lo que hace falta es una voluntad política i social de cambio. Una voluntad que tiene que ser inequívoca, como la que han mostrado los miles de voluntarios que han impulsado las consultas por la independencia; como la que expresan los miles de personas que, día a día, trabajan por la autodeterminación en los Països Catalans.
Hoy, cuando de nuevo certificamos la muerte del autonomismo, toca defender la única vía posible para ejercer nuestro derecho a decidir: la independencia de los Països Catalans.
En nuestro camino, seguiremos encontrándonos con fechas históricas como hoy, 10 de julio, el pueblo vasco, y el pueblo catalán juntos por nuestra libertad.
Gora Euskadi Askatuta! Visca els Països Catalans lliures!
Visca la terra!