DISCURSO DE CLAUSURA DEL PRESIDENTE DE LOS CONSEJOS DE ESTADO Y DE MINISTROS, GENERAL DE EJERCITO RAÚL CASTRO RUZ, EN LA I CUMBRE PRESIDENCIAL CUBA-VENEZUELA.
Queridos y estimados vicepresidentes y ministros venezolanos y cubanos;
Delegados:
Hemos asistido a la celebración del 57 Aniversario de las acciones del 26 de julio. No podía haber mejor escenario para esta reunión.
Concluimos la primera Cumbre Presidencial Cuba‑Venezuela, con la cual se abre una nueva etapa en nuestras relaciones, luego de andar un largo e intenso camino, durante el cual los vínculos entre nuestros pueblos han ido fortaleciéndose, guiados por principios de amistad, cooperación y solidaridad.
Vamos cumpliendo los compromisos alcanzados entre ambas partes en abril pasado, ocasión en que acordamos celebrar periódicamente estas reuniones para darles un adecuado y sistemático seguimiento.
Tanto en el proceso preparatorio -en el cual participó directamente el Presidente Chávez‑, como en este encuentro, hemos examinado, de manera rigurosa, la marcha de nuestros intercambios en el orden económico, comercial y financiero, áreas en las que hemos incrementado la cooperación y profundizado la complementariedad. Ahora se requiere un constante monitoreo y evaluación para que se cumpla todo lo acordado y se garantice, en la mayor medida posible, el desarrollo de nuestras economías, de manera que se satisfagan las necesidades materiales y espirituales de nuestros pueblos.
Muchos compañeros han trabajado intensamente durante los últimos días en las reuniones preparatorias técnicas de alto nivel. Los resultados de las mesas de trabajo que nos precedieron, evidencian las posibilidades que tenemos para continuar avanzando en la integración económica. Hemos identificado 139 proyectos con potencialidades para su establecimiento en el mediano plazo, de los cuales un número significativo podemos implementarlos de inmediato. También fueron revisados otros, como señalara el vicepresidente Ramírez, hasta llegar a 370, que podrán ser evaluados más adelante.
La jerarquización que hemos logrado de estos proyectos y su concentración en sectores estratégicos, tales como: energía, alimentación, salud, minería e industria ligera, nos permite dar la debida prioridad y concentrar los esfuerzos y recursos en aquellos que resulten estratégicos para el desarrollo de nuestras naciones y que garanticen la sostenibilidad y fortaleza de nuestros sistemas políticos y socio-económicos.
Es nuestro deber trabajar de conjunto y realizar el máximo esfuerzo para implementar estos acuerdos en los plazos que han sido convenidos, con el rigor y calidad necesarios, optimizando los recursos, logrando resultados tangibles, contrarrestando a tiempo los factores que puedan poner en peligro el cumplimiento de estas metas.
Este es el esfuerzo que demandan de nosotros nuestros pueblos, es nuestra contribución al fortalecimiento de los lazos de hermandad que hemos forjado, que tienen sus raíces en una historia común, en el espíritu, pensamiento y obra de Bolívar y Martí y bajo la permanente inspiración de Fidel y Chávez.
Nos encaminamos a la Unión Económica entre Cuba y Venezuela. Constituye este un nuevo tipo de relación, que permitirá un mayor ordenamiento de los proyectos conjuntos y es, al mismo tiempo, un importante paso hacia el objetivo de lograr una verdadera complementariedad económica, basada en el aprovechamiento óptimo de la infraestructura, el conocimiento y los recursos existentes en ambos países y, sobre todo, en la voluntad política de nuestros gobiernos.
Nuevamente, hemos ratificado nuestra voluntad de fortalecer cada vez más la colaboración con otros pueblos, sobre la base del absoluto respeto al camino escogido por cada país y conscientes de que sólo unidos venceremos. Así lo demuestran los avances que hemos logrado juntos cubanos y venezolanos, quienes tenemos el deber de compartir lo alcanzado con nuestros hermanos del ALBA y con otras naciones.
Queridos compañeros:
Es particularmente significativo y esperanzador, que nuestros vínculos económicos se consoliden y crezcan, incluso en medio de la crisis económica global.
Vivimos en una coyuntura internacional difícil, en la que, a la inestabilidad política, económica y el deterioro del medio ambiente, se suma el peligro de nuevas aventuras bélicas en diferentes lugares del mundo, que de una forma u otra nos afectan a todos.
En nuestra región, el despliegue de bases militares de los Estados Unidos en Colombia pone en riesgo la estabilidad regional y la soberanía de Estados vecinos. Respaldamos el derecho de Venezuela a defenderse de amenazas y provocaciones.
Luchamos por la paz y la armonía entre nuestros pueblos hermanos, y nuestras gestiones siempre tendrán ese objetivo; pero en caso de cualquier problema, que nadie tenga la menor duda del lado de quién estará Cuba.
A 200 años del inicio de nuestras guerras de independencia y desde mucho antes, la experiencia histórica nos enseña que “Nuestra América” sólo tiene una alternativa: unirse, luchar y vencer.
¡Gloria a Bolívar y a Martí!
¡Viva la amistad entre los pueblos de Cuba y Venezuela!