El video corresponde al Ongi Etorri del viernes
En el transcurso del homenaje, 3 encapuchados, en nombre de ETA, lanzaron un mensaje de apoyo a abrir una nueva fase política
El homenaje popular a Jon, ha consistido en dos partes y en la primera, los militantes abertzales Tasio Erkizia, Miren Legorburu y Maite Goienetxe han leído un comunicado ante la prensa.
En el texto leído han agradecido a Jon, el haberlo dado todo por Euskal Herria y Goienetxe afirmado que Anza fue secuestrado y asesinado por elementos para-policiales
Han facilitado a la prensa un comunicado con un resumen del texto que un representante de la izquierda abertzale leería durante el homenaje, en el que se anima a los presentes a continuar con la estrategia decidida en el proceso de debate interno de la antigua Batasuna, que apostó por la acumulación de fuerzas soberanistas y por el empleo de vías exclusivamente políticas. En esta línea, recordaron una frase del histórico militante de ETA José Miguel Beñarán Ordeñana «Argala»: «Ni ETA, ni Herri Batasuna, ni ningún otro resolverán los problemas de Euskal Herria, el propio pueblo los tendrá que solucionar».
Después a las 5 y sin presencia de periodistas, se ha realizado la segunda parte del homenaje, en la cual han subido al escenario los familiares del militante vasco.
Los familiares de Jon, han colocado un retrato del militante junto a una ikurriña, al lado del pebetero.
Han subido también 50 militantes de Ezker Abertzalea, que tras intervenir un expreso y un exiliado, amigo de Jon, han colocado fotos junto al retrato.
Al acto no ha podido acceder la prensa.
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INFORMACION DE GARA, ACERCA DEL MENSAJE DE ETA
El acto en memoria del militante Jon Anza celebrado ayer en Ziburu dio pie a un conjunto de sensaciones, sentimientos y mensajes de diferente índole: desde la solidaridad con familiares y amigos y la indignación por el horror que pudo padecer, pasando por el recuerdo a su trayectoria, hasta una marcada nitidez en el mensaje político lanzado desde el escenario dispuesto en la plaza de la localidad costera. Las intervenciones más significativas corrieron a cargo de ETA y de una representante del conjunto de la izquierda abertzale.
Tres personas con el rostro tapado con pañuelos blancos, ataviados con txapela y vestimenta oscura, engalanada ésta con el escudo de Euskal Herria y el anagrama de ETA, subieron a la tarima poco después de comenzar el acto, cuando éste se desarrollaba ya sin la asistencia de medios de comunicación, según pudo saber posteriormente GARA. Dos de ellos portaban un gran anagrama de la organización armada, que posteriormente dejaron al lado de la fotografía de Anza, y el tercero leyó un comunicado en el que, en su parte final, hizo mención expresa a las expectativas políticas y sociales abiertas en los últimos tiempos.
A tenor de la información lograda por este diario, ETA quiso lanzar un mensaje para animar a la ciudadanía vasca a «actuar con la ambición de ganar», así como a «tener la esperanza y también la determinación» para tomar parte activa en la lucha por la libertad de Euskal Herria. «Hoy más que nunca, el futuro está en manos de los ciudadanos y ciudadanas vascos». sentenció.
En un mensaje que constituyó un verdadero alegato de reconocimiento hacia Jon Anza y «todos los caídos en la lucha», ETA atribuyó a su sacrificio que Euskal Herria cuente hoy con las bases y condiciones mínimas para seguir siendo un pueblo, así como que hayan fracasado los intentos de sometimiento.
«Sabemos lo que ha costado llegar hasta aquí, pero ahí está el resultado fructífero de la lucha llevada a cabo hasta ahora: Euskal Herria está a las puertas de vivir un período de cambio, para poder recuperar su propia voz. Hoy es una opción que se siente cerca y que es posible lograr».
Tras instar a los estados a que «depongan la amenaza de las armas hacia este pueblo y se atrevan a escuchar y respetar su palabra», mostró su disposición a superar el conflicto político y armado, por vías justas y democráticas, aunque advirtió que «ni Jon ni el resto de caídos en la lucha han dado su vida para que continúe la imposición».
El mensaje de ETA estuvo en clara sintonía con el discurso central del homenaje realizado por una representante de la izquierda abertzale.
«Los tiempos que vivimos no son tiempo de resistir, no son tiempos para permanecer en la mera resistencia; son tiempos de actuar con iniciativa, para ganar de una vez por todas la palabra y la decisión para Euskal Herria», manifestó la persona que actuó como representante de la izquierda abertzale.
Después de recordar a Jon Anza, reafirmar sus hipótesis y acusaciones sobre su desaparición y resaltar las graves responsabilidades de Alfredo Pérez Rubalcaba y Michèle Alliot-Marie, realizó un análisis del desarrollo político de los últimos años, con especial mención a la situación de represión absoluta impuesta por los estados.
Recoger el fruto
En ese contexto, a la hora de fijar posición hacia el futuro, recordó que la izquierda abertzale «ha llevado a cabo en los últimos meses un largo y profundo debate, y ha tomado sus decisiones», pese a la situación de acoso e intoxicación que ha tenido que padecer, con intentos de provocar incluso una escisión. «No lo han logrado, ni lo lograrán», apostilló.
Manifestó que «el nerviosismo del enemigo nos enseña el camino que debemos hacer, sin complejos y con valentía». Abogó por activar a «la izquierda abertzale de siempre». Una izquierda abertzale «plural», que congrega a personas de diferentes generaciones y procedencias, que une a diferentes organizaciones, y que, tal como subrayó, sabe «mantenerse firme en sus decisiones» tras realizar «intensos debates».
Con una cita de Argala sobre la necesidad sea el pueblo vasco el que protagonice su propia emancipación, la portavoz independentista concluyó: «Vamos a a por ello, desde la activación del pueblo. Vamos a romper los muros de la situación de excepción y de negación, y vamos a ganar la autodeterminación».
«Ha llegado la hora de recoger el fruto de 50 años de lucha. Ha llegado la hora de recoger la cosecha sembrada por el compromiso militante de Jon y otros cientos de compañeros», concluyó, antes de que el «Eusko Gudariak» pusiese fin a un acto cargado de emoción.