Hoy, más que nunca, se evidencia la conculcación del derecho que tiene Euskal Herria como nación para definir su propia Política en materia de Migración, Asilo, Refugio y Extranjería por un lado, y por otro para afrontar los retos de la migración en el conjunto del país. Euskal Herria es una nación dividida por dos estados y con tres regímenes administrativos y niveles competenciales diferentes. Hoy día nos encontramos conviviendo en Euskal Herria personas y colectivos con derechos muy diferentes según el criterio de los dos estados que mantienen su soberanía sobre nuestro Territorio. Es inaceptable desde el sentido político y común que tengamos que asumir el convivir en nuestro país, con personas carentes de derechos porque los estados respectivos (el español y el francés) han decidido aplicar una política de migración restrictiva, autoritaria y retógrada, y que considera extranjera para todos los efectos, a una persona que viva en Hendaia o en Sara al igual que una persona que venga de Perú o Senegal.
De los casi 3 millones de personas que vivimos hoy en día en Euskal Herria, más del 25%, es decir unas 800.00 personas, son de origen diferente. De éstas, la gran mayoría, unas 600 mil, (en torno al 20% total de la población vasca) han nacido en el estado español y francés. El resto, unas 200.00 son nacidas en otros países de Europa y fuera de Europa. Unas y otras somos personas sobredeterminadas en nuestros derechos básicos, somos personas con algunos de esos derechos, y somos personas sin derechos de ningún tipo. Las personas y colectivos que al margen de nuestra procedencia, hoy vivimos en Euskal Herria, no tenemos la capacidad de elegir y controlar en igualdad de condiciones el acceso y disfrute de esos derechos en nuestro propio territorio. Vienen definidos por la arbitrariedad de la voluntad soberana de esos dos estados.
Desde hace tiempo, estamos constatando los efectos y consecuencias de las políticas autoritarias y restrictivas en materia de residencia y nacionalidad que los Estados español y francés (como del resto de la Unión Europea) decidieron poner en marcha: cierre de fronteras; restricción del derecho de circulación, asilo y refugio; la puesta en marcha de la Directiva de la Vergüenza; la xenófoba Ley del Velo; la enésima reforma de la Ley de extranjería española; políticas policiales y represivas que han aumentado su diseño represivo como es el Centro de Internamiento de Hendaia (auténtico Guantánamo donde se priva la libertad a las personas sin ninguna garantía jurídica) ó la comisaría de Irún que realmente funciona como un centro estratégico de las políticas restrictivas del estado español en una parte del territorio de Euskal Herria.
Esas directivas, leyes, órdenes, recursos, planes de inmigración, etc., dejan ver una vez más, el otro racismo existente: el Racismo Institucional, las autoritarias, restrictivas y sexistas políticas institucionales definidas desde los estados español y francés contra los derechos de las personas migrantes, asiladas y refugiadas, de origen diferente, que viven y vivimos en nuestro Pueblo.
Y ninguna de estas actuaciones (que vulneran el derecho que a Euskal Herria como nación le asiste y a su ciudadanía) han sido noticia en las agendas de los partidos políticos que hoy denuncian el cierre de Heldu, ni ha estado en las agendas mediáticas de los falsimedias.
La aplicación práctica de las leyes de Extranjería española y francesa, punto por punto, y sus consecuencias en Euskal Herria es el “árbol que no os deja ver el bosque, o mejor dicho, es el bosque que os negáis a ver. El nudo gordiano de la situación de vulneración de los derechos a determinadas personas que conviven con nosotros y nosotras no está en la reivindicación de mayores ni menores transferencias, ni mayores ó menores competencias en marcos políticos agotados; para hacer frente a la conculcación sistemática de los más elementales derechos no bastan las buenas palabras, no vale decir que no se está de acuerdo con esas leyes tildándolas de inaceptables, para a continuación, aplicar dicha Ley punto por punto. De nada vale elaborar primeros, segundos, terceros o veinte Planes de inmigración vascos cuando es de sobra conocido, por los partidos políticos que se erigen defensores y portavoces de nuestros vecinos y vecinas, que las competencias soberanas sobre este tema corresponden por completo a los estados, que son los que tienen potestad para determinar qué condiciones debemos cumplir los unos y los otros para poder acceder a los derechos de nacionalidad y ciudadanía. Son los mismos partidos políticos que han utilizado el actual marco jurídico político para legitimar y aplicar esas leyes y directivas extranjeras en nuestro Pueblo.
Partidos políticos como PNV, EA, EB, Aralar, que ante el cierre del servicio de asistencia jurídica se llenan la boca denunciando esa decisión unilateral por el actual, ilegítimo Gobierno vasco, han estado callados ante el derecho inalienable que a Euskal Herria le asiste para definir, gestionar y garantizar la residencia y nacionalidad de todas las personas que al margen de nuestro origen, vivimos en élla.
Han aceptado y legitimado las situaciones de precariedad social y de desprotección e inseguridad jurídica de decenas de miles de personas cumpliendo lo que los estados español y francés han impuesto en nuestro Pueblo, que han legitimidad y dado por bueno una fotografía no real del fenómeno de la migración en este país, una fotografía asistencialista, estatalista, no transversal, incompleta y sin visión de que Euskal Herria es una nación. Los mismos que durante estos años y desde una parte de nuestro territorio no han impulsado ni una sola acción que se oponga a esas Leyes y sus consecuencias .
Tendiendo en cuenta todo lo anterior, es importante subrayar- y denunciar alto y claro-:
1 La prepotencia institucional de la Consejería de Servicios Sociales y empleo del ilegítimo Gobierno Vasco: el “yo mando y ordeno” .
2 La falta de respeto para con los ayuntamientos, técnicos municipales y ciudadanía (y para con los y las trabajajadoras de Heldu) que seenteran de esa decisión unilateral por la prensa.
3 La poca seriedad del actual Viceconsejero de Servicios Sociales, que es el mismo que asesoró en su día al anterior Tripartito en los procedimientos a seguir, tanto en el modelo de Servicios Sociales del que depende y dependía las dinámicas de esa Dirección de Inmigración. De esos barros, estos lodos. A sabiendas de la constatación política que de que no existe POLITICA VASCA NI VASCONGADA DE INMIGRACION, aunque así venga retratada en los preámbulos que dieron origen a la redacción y aprobación del primero, Segundo Planes de Inmigración, creyéndose sus propias mentiras sobre “estrategias versus políticas de inmigración”. A pesar del diseño de Ordenes, decretos a través de los cuales, a los ayuntamientos se les ha obligado a diseñar y aprobar Planes locales de inmigración “extracomunitaria”, que no reflejan la fotografía real del fenómeno de la migración en nuestros pueblos y en Euskal Herria, ni de las necesidades y derechos de las personas de origen diferente que conforman y conformamos los mismos.
4 La hipocresía de quienes hoy en día están utilizando el cierre del Servicio de Asistencia Jurídica Heldu, limitándose a reivindicar el diseño del III Plan Vasco de Inmigración Extracomunitaria, como si éste fuera el que resolviera el nudo gordiano de las consecuencias que emanan del actual marco jurídico-político agotado: la falta de soberanía y la conculcación de derechos que a Euskal Heria le corresponde como Nación y el ejercicio de todos los derechos de todas las personas en toda Euskal Herria.
5 Una visión reduccionista y limitada de la persona, a la que este marco jurídico instrumentaliza y relega exclusivamente al ámbito laboral, sin tener en cuenta su situación familiar, social, cultural, identitario, sus derechos civiles, políticos, económicos, lingüísticos, etc.
6 La utilización en clave de rentabilidad partiditas tanto por unos como por otros de esta tema, y la escasa reflexión sobre el fondo y las consecuencias sobre “otro traje” que están confeccionando desde el quipo de Patxi López y que nos quieren obligar a vestir.
Por todo éllo, nuestra intervención está y estará orientada a superar las dinámicas que los estados español y francés nos están imponiendo, que estamos construyendo nuestro municipio y Euskal Herria con una política de migración y diversidad al servicio de nuestro pueblo y de toda la ciudadanía que en ella vivimos. Desde la responsabilidad política manifestamos que no vamos a hacer dejación ni delegar en terceros nuestra responsabilidad pública, que estamos haciendo un análisis exhaustivo de la demanda de nuestros vecinos y vecinas más vulnerables en todo el procedimiento juríridico que se le está dando a los expedientes, de su efectividad y respuesta; y tras este período de análisis, seguimiento y diagnóstico que realicemos, responderemos adecuadamente, sin hacer dejación de la defensa al acceso y al ejercicio de los derechos que a todas personas les asiste, y siempre desde la UNICA PUERTA que este ayuntamiento tiene para toda la ciudadanía. Construyendo redes, construyendo alianzas estratégicas entre todos los sujetos para garantizar todos los derechos de todas las personas en toda Euskal Herria.
Obdu Lorenzo, Pasaiako udaleko hautetsi independentista