Wayne Madsen*
Business International Corporation, la empresa tapadera de la CIA en la que trabajaba el futuro presidente estadounidense, organizaba conferencias en las que reunía a los más poderosos dirigentes y utilizaba a periodistas como agentes en el extranjero.
El trabajo que el propio Barack Obama realizó en esa empresa a partir de 1983 coincide con las misiones de espionaje por cuenta de la CIA que su madre, Stanley Ann Dunham, había realizado durante los años 1960, después del golpe de Estado en Indonesia, como trabajo para otras instituciones que también servían de pantalla a la CIA, como la East-West Center de la universidad de Hawai, la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (United States Agency for International Development, USAID) [1] y la Fundación Ford [2].
Fue durante su trabajo en el East-West Center, en 1965, que la madre de Obama conoció a Lolo Soetoro, el padrastro de Obama, y se casó con él.
Soetoro fue enviado nuevamente a Indonesia en 1965 como oficial de alto rango encargado de servir de consejero al general Suharto y a la CIA en el sangriento derrocamiento del presidente Sukarno [3]
El padre de Barack Obama había conocido a la madre, en 1959, en un curso de idioma ruso organizado en la universidad de Hawai. Barack Obama padre figuraba entre los seleccionados para participar en un intercambio entre [la región] Este de África y Estados Unidos, intercambio que debía incorporar 280 estudiantes africanos a diferentes instituciones universitarias estadounidenses.
Según un despacho de la agencia Reuters fechado en Londres el 12 de septiembre de 1960, aquella operación contaba simplemente con una «ayuda» proveniente únicamente de la Fundación Joseph P. Kennedy.
Su objetivo era entrenar y adoctrinar a futuros agentes que debían ejercer su influencia en África, continente que por aquel entonces estaba convirtiéndose en un terreno de confrontación entre Estados Unidos, la Unión Soviética y China, potencias que trataban de ganarse a los regímenes de los países africanos que acababan de alcanzar la independencia o que estaban a punto de lograrla.
Durante la selección de los estudiantes que serían enviados a Estados Unidos, Masinda Muliro, vicepresidente de la Unión Democrática Africana de Kenia (Kenyan African Democratic Union, KADU), había denunciado las preferencias tribales a favor de la etnia kikuyu, mayoritaria, y de la minoritaria etnia luo.
Aquel favoritismo privilegiaba a los simpatizantes de la Unión Nacional Africana de Kenia (Kenyan African National Union, KANU), cuyo líder, Tom Mboya, tenía un pasado como nacionalista y sindicalista. Fue Mboya quien decidió el envío de Barack Obama padre a la universidad de Hawai como estudiante. Obama padre, ya casado en Kenia, donde era padre de un hijo y estaba en espera de otro, se casó con Stanley Ann Dunham en la isla de Maui el 2 de febrero de 1961. Dunham ya tenía 3 meses de embarazo de Barack Obama en el momento de su unión con Obama padre, quien se convirtió en el primer estudiante africano incorporado a una universidad estadounidense.
También según la agencia Reuters, Muliro declaró que quería enviar a Estados Unidos una delegación para investigar a los estudiantes kenianos que habían recibido «regalos» provenientes de estadounidenses y «garantizar que los regalos que se hicieran a los estudiantes en el futuro [fuesen] administrados por personas sinceramente preocupadas por el desarrollo de Kenia».
- La CIA habría reclutado a Tom Mboya en el marco de un programa de «liberación selectiva», generosamente financiado y cuyo resultado era la de aislar al presidente Kenyatta, el fundador de la república de Kenia, catalogado por la agencia de espionaje estadounidense, es decir la CIA, como siendo una persona «de no confianza».
Mboya recibió en aquella época una subvención ascendiente a 100 000 dólares proveniente de la Fundación Joseph P. Kennedy, en el marco del programa de invitación de estudiantes africanos, después de haber rechazado una propuesta similar de parte del Departamento de Estado. Resulta evidente que a Mboya le inquietaban las sospechas que la entrega de una ayuda oficial estadounidense podía provocar entre los políticos kenianos procomunistas, quienes ya sospechaban que Mboya estaba vinculado a la CIA.
Así que el financiamiento del programa se garantizó a través de la Fundación Joseph P. Kennedy y de la Fundación de Estudiantes Afroamericanos.
El padre de Obama no estuvo en el primer grupo enviado a Estados Unidos por vía aérea, sino en uno de los siguientes. Aquel programa de ayuda a los estudiantes africanos, organizado por Mboya en 1959, incluía estudiantes de Kenia, Uganda, Tanganyka, Zanzíbar, Rhodesia del Sur y del Norte (hoy Zambia y Zinbabue) y de Nyasaland (hoy Malawi).
La agencia de noticias Reuters reporta además que Muliro denunciaba por entonces que el favoritismo existente en la selección de los beneficiarios de la ayuda estadounidense «molestaba y amargaba a los demás estudiantes africanos». Muliro señalaba que «se daba preferencia a las tribus mayoritarias [los kikuyus y los luos] y que muchos de los estudiantes seleccionados por Estados Unidos no habían logrado pasar los exámenes de admisión mientras que otros estudiantes no seleccionados tenían mejores referencias».
- Enviado directamente a Hawai por la CIA, Barack Obama padre (llevando el lei hawaiano, es decir la típica corona de flores tradicionales que adorna el cuello) aparece en la foto junto a Stanley Dunham (a la izquierda de Obama padre), y el abuelo materno del presidente Barack Obama.
El padre de Obama era amigo de Mboya y pertenecía a la etnia luo. Al ser asesinado Mboya, en 1969, Obama padre compareció como testigo en el juicio contra el presunto asesino. Incluso afirmó haber sido él mismo objeto de un intento de asesinato en plena calle después de su testimonio ante el tribunal.
El padre de Obama partió de Hawai en 1962 para estudiar en Harvard y se divorció de Dunham en 1964. Se casó nuevamente con una estudiante de Harvard, Ruth Niedensand, una estadounidense judía, y volvió con ella a Kenia, donde tuvieron dos hijos. Aquella unión también terminó en divorcio. Obama padre trabajó en el ministerio de Finanzas y en el ministerio de Transportes de Kenia, así como en una compañía petrolera. Murió en un accidente automovilístico, en 1982, y los principales políticos de Kenia asistieron a sus funerales, entre ellos Robert Ouko, quien se convertiría posteriormente en ministro de Transportes y sería asesinado en 1990.
Los documentos de la CIA indican que Mboya era un importante agente de influencia que trabajaba por cuenta de la CIA, no sólo en Kenia sino en todo el continente africano. Según un informe semanal secreto de la CIA (CIA Current Intelligence Weekly Summary), fechado el 19 de noviembre de 1959, Mboya tenía la misión de vigilar a los extremistas durante la segunda Conferencia Panafricana de Túnez (All-Africa People’s Conference, AAPC).
El documento de la CIA reporta que «serias fricciones [se habían] desarrollado entre el primer ministro de Ghana, Kwame Nkrumah, y el nacionalista keniano Tom Mboya quien [había] participado activamente en diciembre [de 1958] en la vigilancia sobre los extremistas durante la primera Conferencia Panafricana en Accra». La expresión «participado activamente» parece indicar que Mboya cooperaba con la CIA, cuyo informe fue redactado por sus agentes destacados en Accra y Túnez. Fue durante aquel período de «colaboración» con la CIA en Accra y en Túnez que Mboya asignó una beca de estudios al padre de Barack Obama y le ofreció la posibilidad de salir del país y de estudiar en la universidad de Hawai, donde encontraría a la futura madre del actual presidente de Estados Unidos y se casaría con ella.
En un informe semanal secreto de la CIA anterior, con fecha del 3 de abril de 1958, aparecen la siguientes frase: «[Mboya] sigue siendo uno de los dirigentes africanos más prometedores». En otro informe semanal secreto, fechado el 18 de diciembre de 1958, la CIA califica al nacionalista keniano MBoya de «joven vocero capaz y dinámico» durante su participación en los debates de la Conferencia Panafricana y lo describe como un opositor ante «extremistas» como Nkrumah, quien contaba con el apoyo de «los representantes chino-soviéticos».
En un documento desclasificado de la CIA sobre la Conferencia Panafricana de 1961, el conservadurismo de Mboya, al igual que el del tunecino Taleb Sliam, se define claramente como contrapeso ante la política de izquierda del clan Nkrumah. Los procomunistas habían sido electos a la cabeza del comité organizador de la Conferencia Panafricana durante la conferencia del Cairo, en 1961, a la que asistió Mboya.
En el informe de la CIA aparecen los nombres de varios de aquellos dirigentes, como el senegalés Abdoulaye Diallo, secretario general de la Conferencia Panafricana; el argelino Ahmed Bourmendjel; el angoleño Mario de Andrade; Ntau Mokhele de Basutoland (antiguo Lesotho); el camerunés Kingue Abel; Antoine Kiwewa, del Congo belga (la actual República Democrática del Congo); el ghanés Kojo Botsio; el guineano Ismail Touré, T. O. Dosomu Johnson, de Liberia; el maliense Modibo Diallo; el marroquí Mahjoub Ben Seddik, el nigerino Djibo Bakari; el nigeriano Tunji Otegbeya; Kanyama Chjume, de Nyassaland; el somalí Ali Abdullahi; el sudafricano Tennyson Makiwane y Mohamed Fouad Galal, de los Emiratos Árabes Unidos.
Los únicos participantes que recibieron la aprobación de la CIA fueron Mboya (quien, según todo indica, era un colaborador de la CIA); Joshua Nkomo, de Rhodesia del Sur; B. Munanka, de Tanganyka; el tunecino Abdel Magid Shaker y el ugandés John Kakongé.
Finalmente se produce la destitución de Nkrumah, después de un golpe de Estado orquestado por la CIA mientras que el líder realizaba una visita a China y Vietnam del Norte. Aquella operación se produce un año después de la que realizó la CIA contra el presidente Sukarno, otro golpe de Estado en el que participó la familia de Obama por parte de madre.
Ciertos elementos hacen pensar que el asesinato de Mboya, en 1969, fue organizado por agentes chinos que actuaban por cuenta de las facciones gubernamentales que el presidente keniano, Jomo Kenyatta, había puesto a cargo de la lucha contra Mboya y, por consiguiente, de la eliminación de un político africano proestadounidense de primera línea. Todas las embajadas de Nairobi pusieron sus banderas a media asta como homenaje a Mboya, con excepción de la embajada de la República Popular China.
- Jomo Kenyatta, primer presidente de Kenia.
La influencia que Mboya ejerció sobre el régimen de Kenyatta se prologará durante mucho tiempo después de su muerte, aún en vida del padre de Barack Obama. En 1975 se produce el asesinato de Josiah Kariuki, socialista miembro del partido KANU (partido a cuya creación había contribuido junto con Mboya y con el padre de Barack Obama. Después de aquel asesinato, Kenyatta expulsa del gobierno a tres ministros rebeldes que «estaban personalmente vinculados a Kariuki o a Mboya». Dicha información se clasificó primeramente como secreta (nivel de clasificación Umbra) y aparece en varias notas de servicio de la CIA en el Medio Oriente, en África y Sudáfrica. Fue divulgada posteriormente a través de la red COMINT, el 24 de junio de 1975. La información de inteligencia que figura en ese informe, como lo demuestra su nivel de confidencialidad, proviene de escuchas efectuadas por el ministerio del Interior de Kenia. Nadie fue acusado nunca por el asesinato de Kariuki.
Las escuchas a las que fueron sometidas personas vinculadas a Mboya y Kariuki prueban que la NSA y la CIA mantuvieron bajo vigilancia al padre de Barack Obama, quien –como ciudadano extranjero en Estados Unidos– podía ser sometido ocasionalmente a escuchas de manera legal, escuchas de las que se encargan la NSA [la National Security Agency estadounidense] y el Government Communications Headquarters (GCHQ, servicio de espionaje electrónico del gobierno británico).
(Continuará…)
Wayne Madsen Ex-funcionario de la National Security Agency (NSA), se convirtió en periodista investigador especializado en el espionaje electrónico, posteriormente en el espionaje en general. Fue jefe de sección en la revista francesa Intelligence Online hasta que esta fue comprada por el diario francés Le Monde. Actualmente él mismo publica la Wayne Madsen Report e interviene regularmente en la televisión rusa internacional Russia Today emitiendo en inglés. Ha escrito varios libros: The Handbook of Personal Data Protection (London: Macmillan, 1992); Genocide and Covert Operations in Africa 1993 – 1999 (Edwin Mellen Press, 1999); Jaded Tasks: Big Oil, Black Ops & Brass Plates and Overthrow a Fascist Regime on $15 a Day y co-autor de America’s Nightmare: The Presidency of George Bush II (Dandelion, 2003). |
Premio Nóbel de la Paz 2009, entre bastidores.
por Thierry Meyssan*
- Madeleine Albright et Thorbjorn Jagland, durante una reunion en la sede de la OTAN.
«Esta mañana, al escuchar las noticias, mi hija entró y me dijo: ‘Papá, eres Premio Nóbel de la Paz’.» [1] Esta fue la conmovedora historia que el presidente de los Estados Unidos contó a los periodistas como testimonio de que nunca deseó esa distinción y de que era el primer sorprendido. Sin tratar de indagar más sobre el tema, los periodistas publicaron titulares sobre la «humildad» del hombre más poderoso del mundo. A decir verdad, no se sabe qué resulta más sorprendente: la atribución de tan prestigiosa distinción a Barack Obama o la grotesca farsa que la acompaña, o quizás el método utilizado para corromper al jurado y desviar ese premio de su vocación inicial.
En primer lugar, hay que recordar que, según el reglamento del Comité Nóbel, las candidaturas son presentadas por instituciones (parlamentos nacionales y academias políticas) y personalidades calificadas para ello, principalmente magistrados y ganadores de ese mismo premio. Teóricamente, es posible que se presentar una candidatura sin que el candidato lo sepa. Sin embargo, cuando el jurado toma la decisión se pone directamente en contacto con el interesado para comunicarle la noticia una hora antes de la conferencia de prensa.
Sería esta la primera vez en la historia que el Comité Nóbel viola esa regla de cortesía. Según su vocero, lo que pasó es que el Comité Nóbel no se atrevió a despertar al presidente de los Estados Unidos en medio de la noche. Parece que no sabía que en la Casa Blanca hay consejeros que se turnan para recibir las llamadas urgentes y despertar al presidente de ser necesario.
La conmovedora historia de la niñita que le anuncia a su papá que le han dado el premio Nóbel no basta para disipar la incomodidad que provoca esa decisión. Por voluntad de Alfred Nóbel, el premio debe recompensar a «la personalidad que [en el transcurso del año anterior] haya realizado la mayor o la mejor contribución al acercamiento entre los pueblos, a la supresión o a la reducción de los ejércitos permanentes, a la reunión y a la propagación de los progresos por la paz». Lo que el fundador del premio tenía en mente era apoyar la acción militante, no simplemente conceder un certificado de buenas intenciones a un jefe de Estado.
Ciertos laureados pisotearon el derecho internacional después de recibir el premio, así que el Comité Nóbel decidió hace cuatro años dejar de recompensar un acto en particular y conceder el premio únicamente a las personalidades que hayan dedicado su vida a la paz. Así que, al parecer, Barack Obama ha sido el militante por la paz más meritorio del año 2008 y no ha cometido ninguna violación importante del derecho internacional en lo que va del año 2009.
¿Qué piensan de eso los hondureños que actualmente viven bajo la bota de una dictadura militar? ¿O los pakistaníes cuyo país se ha convertido en el nuevo blanco del Imperio? Sin entrar a mencionar a las personas que siguen detenidas en la base estadounidense de Guantánamo y en Bagram, ni a los afganos y los iraquíes que enfrentan la ocupación extranjera.
Vayamos al punto central del tema, a lo que los expertos en «relaciones públicas» de la Casa Blanca y los medios de la prensa anglosajona quieren esconder al público: los sórdidos lazos entre Barack Obama y el Comité Nóbel.
En 2006, el European Command (o sea, el comando regional de las tropas estadounidenses cuya autoridad cubría entonces toda Europa y la mayor parte de África) solicita al senador de origen kenyano Barack Obama que participe en una operación secreta que reúne los esfuerzos combinados de varias agencias (la CIA, la NED, la USAID y la NSA). Se trataba de utilizar su condición de parlamentario para que realizara un recorrido por África, lo que le permitiría al mismo tiempo defender los intereses de los grupos farmacéuticos (ante las producciones no patentadas) y rechazar la influencia china en Kenya y Sudán [2]. En este trabajo abordaremos solamente el episodio kenyano.
La desestabilización de Kenya
Barack Obama y su familia llegan a Nairobi en compañía de un agregado de prensa (Robert Gibbs) y de un consejero político-militar (Mark Lippert), a bordo de un avión especial fletado por el Congreso. Detrás de aquel avión llega otro, fletado por el US Army, a bordo del cual viaja un equipo de expertos en guerra sicológica bajo las órdenes del general, supuestamente retirado, J. Scott Gration. Kenya se encuentra entonces en pleno ascenso económico. Desde el principio de la presidencia de Mwai Kibaki, el crecimiento ha pasado del 3,9 al 7,1% del PIB y la pobreza ha retrocedido de un 56 a un 46%. Tan excepcionales resultados han sido posibles gracias a la reducción de los lazos económicos postcoloniales con los anglosajones y a su reemplazo por acuerdos comerciales más justos con China. Para poner fin al milagro kenyano, Washington y Londres han decidido derrocar al presidente Kibaki e imponer a un oportunista obediente, Raila Odinga [3]. Para ello, la National Endowement for Democracy ha propiciado la creación de una nueva formación política, el Movimiento Naranja, y está preparando una «revolución coloreada» en ocasión de las próximas elecciones legislativas de diciembre de 2007.
- El senador Barack Obama hace campaña a favor de su «primo» Raila Odinga.
A su llegada, el senador Obama es recibido como un hijo de Kenya y los medios dan a su visita la más amplia cobertura. El senador estadounidense no vacila en inmiscuirse en la vida política local y participa en los mítines políticos de Raila Odinga. Aboga por una «revolución democrática», mientras que su «acompañante», el general Gration, entrega a Odinga 1 millón de dólares en efectivo. Estas intervenciones desestabilizan el país y Nairobi protesta oficialmente ante Washington. Al término de la gira y antes de regresar a Estados Unidos, Obama y el general Gration rinden su informe en Stutgart, ante el general James Jones (a la sazón jefe del European Command y comandante supremo de la OTAN).
Continuando la misma operación, Madeleine Albright viaja a Nairobi, en calidad de presidenta del NDI (la rama de la National Endowment for Democracy [4] especializada en las relaciones con los partidos de izquierda), donde supervisa la organización del Movimiento Naranja. Más tarde, John McCain también viaja a Kenya, como presidente del IRI (la rama de la National Endowment for Democracy especializada en las relaciones con los partidos de derecha), para completar la coalición de oposición con pequeñas formaciones de derecha [5].
Durante las elecciones legislativas de diciembre de 2007, un sondeo financiado por la USAID anuncia la victoria de Odinga. El día de la votación, John McCain declara que el presidente Kibaki ha “arreglado” el escrutinio a favor de su propio partido y que la victoria es en realidad de la oposición que liderea Odinga. La NSA, en contubernio con operadores locales de telefonía, envía SMS anónimos a la población. En las zonas pobladas por los luos (la etnia a la que pertenece Odinga), los SMS difunden el siguiente mensaje: «Queridos kenyanos: los kikuyus han robado el porvenir de nuestros hijos… Tenemos que darles el único tratamiento que ellos entienden… la violencia».
Mientras tanto, en las zonas pobladas por los kikuyus, la redacción es la siguiente: «No se derramará la sangre de ningún kikuyu inocente. Los masacraremos hasta en el corazón de la capital. Por la Justicia, hagan una lista de los luos que conozcan. Haremos llegar a ustedes los números de teléfono a los que se debe enviar esa información». En pocos días, un apacible país se ve sumido en la violencia étnica. Los motines dejan más de 1 000 muertos y 3 000 desplazados. Se pierde medio millón de empleos. Regresa Madeleine Albright. Propone servir de mediadora entre el presidente Kibaki y la oposición que está tratando de derrocarlo.
Hábilmente, Albright se aparta y pone bajo la luz de los proyectores al Oslo Center for Peace and Human Rights. El nuevo presidente de esta respetada ONG es el ex primer ministro de Noruega, Thorbjorn Jagland. Rompiendo con la tradicional imparcialidad del Oslo Center, Jagland envía a Kenya dos mediadores, cuyos gastos corren por cuenta del NDI que preside Madeleine Albright (dicho de otra manera, el dinero que paga las cuentas proviene del presupuesto del Departamento de Estado de los Estados Unidos). Los mediadores son otro ex primer ministro noruego, Kjell Magne Bondevik, y el ex secretario general de la ONU, Kofi Annan (ghanés muy presente en los Estados escandinavos desde que se casó con la sobrina-nieta de Raoul Wallenberg).
Obligado a admitir el compromiso que se le impone como condición para el restablecimiento de la paz civil, el presidente Kibaki acepta la creación de un puesto de primer ministro y la nominación de Raila Odinga en ese cargo. Lo primero que hace Odinga es reducir los intercambios con China.
Regalitos entre amigos
Ahí termina la operación kenyana, pero la vida de los protagonistas sigue adelante. Thorbjom Jagland negocia un acuerdo entre la National Endowment for Democracy y el Oslo Center, acuerdo que se hace formal en septiembre de 2008. Se crea una fundación adjunta en Minneapolis, permitiendo así que la CIA pueda subvencionar indirectamente a la ONG noruega. Esta interviene por cuenta de Washington en Marruecos y principalmente en Somalia [6]. Obama es electo presidente de los Estados Unidos. En Kenya, Odinga decreta varios días de fiesta nacional para celebrar el resultado de las elecciones estadounidenses. El general Jones se convierte en consejero de seguridad nacional, y nombra a Mark Lippert jefe de su equipo y al general Gration como adjunto.
Durante la transición presidencial estadounidense, el presidente del Oslo Center, Thorbjorn Jagland, es electo presidente del Comité Nóbel, a pesar del riesgo que un político tan retorcido representa para la institución [7].
La candidatura de Barack Obama al premio Nóbel de la Paz es presentada a más tardar el 31 de enero de 2009 (fecha límite reglamentaria [8]), o sea 12 días después de su entrada en funciones en la Casa Blanca. Ásperos debates se desarrollan en el seno del Comité que no logra ponerse de acuerdo en cuanto al nombre del laureado para principios de septiembre, contrariamente a lo previsto en su calendario habitual [9].
El 29 de septiembre, Thorbjorn Jagland es electo secretario general del Consejo de Europa como resultado de un acuerdo, convenido por debajo de la mesa, entre Washington y Moscú [10]. Cuando se recibe un regalo, hay que devolver la cortesía. La condición de miembro del Comité Nóbel es incompatible con una importante función política de carácter ejecutivo, pero Jagland se mantiene en el Comité argumentando que el reglamento se refiere a una función ministerial pero que no dice nada del Consejo de Europa. Así que regresa a Oslo el 2 de octubre. Ese mismo día, el Comité designa al presidente Obama como premio Nóbel de la Paz 2009.
En su comunicado oficial, el Comité declara con la mayor seriedad del mundo: «Es muy raro que una persona, Obama en este caso, logre cautivar la atención de todos y transmitirles la esperanza de un mundo mejor. Su diplomacia está basada en el concepto de que los que dirigen el mundo tienen que hacerlo sobre la base de valores y de comportamientos compartidos por la mayoría de los habitantes del planeta. Durante 108 años, el Comité del premio Nóbel se ha esforzado por estimular el tipo de política internacional y de acción cuyo principal vocero es Obama» [11].
Por su parte, el feliz laureado declaró: «Recibo la decisi��n del Comité Nóbel con sorpresa y con profunda humildad (…) Aceptaré esta recompensa como un llamado a la acción, un llamado a todos los países a que se alcen ante los desafíos comunes del siglo XXI». Así que este hombre «humilde» se ve a sí mismo como representante de «todos los países». Eso no parece augurar nada de paz.
Thierry Meyssan Analista político francés. Fundador y presidente de la Red Voltaire y de la conferencia Axis for Peace. Última obra publicada en español: La gran impostura II. Manipulación y desinformación en los medios de comunicación (Monte Ávila Editores, 2008). Los artículos de esta autora o autor Enviar un mensaje |
[1] « Remarks by Barack Obama on Winning Nobel Peace Prize », Voltaire Network, 9 de Octobre de 2009.
[2] Más detalles sobre esta operación serán dados a conocer en el libro de Thierry Meyssan Le Rapport Obama, de próxima publicación.
[3] Raila Odinga es el hijo de Jaramogi Oginga Odinga, quien tuvo como principal consejero político al padre de Barack Obama.
[4] «Las redes de la injerencia «democrática»», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 22 de enero de 2004.
[5] Estados Unidos ya había creado hace tiempo su propio partido en Kenya, bajo la dirección de Tom Mboya. Su objetivo era contrarrestar la influencia rusa y, ya en aquella época, la influencia china.
[6] El Oslo Center también ha participado también en la desestabilización de Irán, durante la reciente elección presidencial, a través del envío de fondos al ex presidente Jatami.
[7] Vicepresidente de la Internacional Socialista, Thorbjorn Jagland es un ferviente partidario de la OTAN y de la incorporación de Noruega a la Unión Europea. Se codea con las élites mundialistas y ha participado en los trabajos del Council on Foreign Relations, de la Comisión Trilateral y del Grupo de Bilderberg. Su historial político incluye varios escándalos por corrupción que implican a personas de su entorno, como su amigo y ministro de Planificación Terje Rod Larsen (actual coordinador de la ONU en las negociaciones del Medio Oriente).
[8] El Comité recibió 205 proposiciones de candidatura pero, conforme al reglamento, sólo 199 eran elegibles. Después de alcanzar esa cifra, el Comité Nóbel no podía agregar otros nombres durante sus deliberaciones.
[9] El anuncio del premio debió haber tenido lugar el 9 de octubre. Por razones organizativas, el nombre del laureado tenía que estar determinado a más tardar el 15 de septiembre.
[10] A pesar de no formar parte del Consejo de Europa, Estados Unidos goza de gran influencie en el seno de ese órgano. Moscú no estaba de acuerdo con la elección de Jagland, pero quería evitar sobre todo la del polaco Wlodzimierz Cimoszewicz.
[11] « Anuncio del Comité del Premio Nobel sobre el premio Nobel de la Paz de 2009 », Red Voltaire, 9 de Octobre de 2009.