En las elecciones parlamentarias de este domingo 26 de septiembre, el PSUV logró un volumen y distribución de votos que le otorgan la mayoría simple en el número de Diputados a la Asamblea Nacional. El triunfo de los candidatos socialistas preserva la continuidad política del proceso democrático liderado por el presidente Chávez; se demuestra que el grueso de la población se inclina por la lucha anticapitalista y el rumbo socialista. Pero se implanta, de manera notable, un factor de vulnerabilidad, ya que el PSUV y sus aliados no alcanzaron los dos tercios necesarios para contar con una mayoría calificada. La derecha, aunque minoritaria y superada ampliamente por los bolivarianos, consiguió reinstalarse con una fuerza considerable dentro del Parlamento, lo que aumentará su capacidad para entorpecer el proceso revolucionario venezolano y colocar trabas a la acción del gobierno del presidente Chávez. Esto reforzará también su capacidad para la conspiración y hará mayor el reto que tendrá que enfrentar el presidente y el proceso revolucionario cuando llegue el momento de la reelección presidencial en el 2012 o antes aún, en caso de que la oposición intentase apelar a un referendum revocatorio como lo hizo años atras.
Según el primer boletín del Consejo Nacional Electoral, emitido a 2:20 de la mañana, con una cierta demora para las expectativas del sistema electoral automatizado, pero con resultados ya irreversibles, el Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) y sus aliados obtuvieron 95 de los 165 escaños de la Asamblea Nacional, pudiendo llegar, de acuerdo con las proyecciones, a 99 ó 100 diputados, lo que le atribuye desde ya la mayoría parlamentaria, aunque no el control pleno de la instancia legislativa. Todavía restaban 11 cargos por definir al momento del boletín presentado por el ente comicial.
Los candidatos del PSUV y del Consejo Nacional Indio de Venezuela (CONIVE) consiguieron 6 de los 12 diputados al Parlamento Latinoamericano, quedando pendiente la definición de uno de los cargos. Por consiguiente, también en ese espacio, la derecha proimperialista tendrá un peso significativo.
Pero un dato muy importante que no se puede ignorar es que el volumen nacional total de los votos contrarios al chavismo se ubicaron esta vez en un 52%, a pesar de que los triunfos en las circunscripciones le dieron la mayoría al PSUV. No se descarta que ese porcentaje esté incrustada una buena dosis de votos-castigo de sectores que antes votaban a favor de Chávez. Este hecho, levanta en el horizonte electoral y político una seria amenaza, con vista al próximo período que se abre a partir de estas elecciones. Deberá ser tomado muy encuenta a la hora de evaluar las causas de tales resultados, sus posibles consecuencias, las grietas y peligros nuevos que emergen y los correctivos o ajustes que el rumbo revolucionario reclama, más allá de cualquier eslogan de revisión, rectificación y reimpulso. La camisa de fuerza del Estado burgués se estrecha para la revolución bolivariana: de verdad llegó la hora de revisar los ritmos de la revolución y de la transición, de arreglar cuentas con el burocratismo y otros lastres del proceso. Más que nunca requerimos… ¡limpieza y más revolución!
Tibisay Lucena, presidenta del CNE, informó que se produjo participación histórica en estas elecciones, con 66,45% de ejercicio efectivo del voto, entre un total de 17.575.975 votantes potenciales. Como ya es tradicional, destacó el civismo y el comportamiento democrático, pacífico y alegre del pueblo venezolano, en el marco de un proceso respetuoso de las reglas y del orden constitucional del país, que echó por tierra, una vez más, todas las versiones diseminadas por las corporaciones mediáticas privadas y transnacionales, que pretenden señalar al gobierno venezolano como “dictatorial”.
Los candidatos del socialismo bolivariano obtuvieron victorias en Aragua, Barinas, Bolívar, Carabobo, Cojedes, Delta Amacuro, Distrito Capital, Falcón, Guárico, Mérida, Monagas, Lara, Portuguesa, Trujillo, Yaracuy y Vargas, además igualó en Miranda y Sucre. Todavía faltaban, al momento del reporte, los resultados del Estado Apure.
La derecha capitalista logró al menos 57 diputados, con la expectativa de poder llegar a unos 70. Ganó en estados de gran importancia como el Zulia y en Táchira. También ganó en Nueva Esparta. Fue sorpresivo el margen de la victoria lograda por la contrarrevolución en el Estado Anzoátegui, gobernado por un dirigente chavista. En Miranda hubo empate. Personajes que participaron en primera línea y comprometidos hasta los tuétanos en el golpe de Estado del 2002, en el cierre de emisoras estatales y comunitarias, en la promoción de cruentos y sangrientos ataques al pueblo, estarán ahora en la AN gracias a toda una historia de conciliación de clases y de impunidad que ha debilitado al proceso.
Frente a una Asamblea con tales características, el PSUV tendrá que apoyarse con mucho ahínco en las fuerzas del pueblo, en los trabajadores, campesinos, movimientos sociales, indígenas, comunidades y organismos del Poder Popular. La movilización del pueblo y su participación protagónica real mediante iniciativas legislativas y el más estrecho involucramiento en el diseño de las nuevas leyes. Estas nuevas leyes deben servir para romper con el capitalismo y facilitar el impulso concreto de los cambios radicales necesarios. Eso será esencial para lograr los objetivos anticapitalistas y socialistas, frente a una derecha que utilizará sus nuevas posiciones para tratar de frenar y congelar el proceso revolucionario venezolano. Ahora tiene que hacerse sentir el Pueblo Legislador de verdad-verdad. La lucha de clases tomará con mayor intensidad los escenarios de la nueva Asamblea Nacional.