El pasado mes de febrero tuvimos el placer de escuchar en el Palacio Euskalduna de Bilbao al grupo “Tribute” Australians Pink Floyd. Realmente da que pensar que en pleno siglo XXI apenas se cree música nueva, pero es cierto que su profesionalidad es comparable a las orquestas que tocan obras de Mozart o Beethoven. Disfrutar de los desaparecidos Pink Floyd es posible.
A pesar de llegar en el momento en el que se apagaron las luces estábamos en el Valhala musical. Al final del concierto extasiados se enciendieron estas y nos encontramos rodeados de centenares de ejecutivos encorbatados y demás tiburones politicaly correct. Horrorizamos comprobamos que toda esa caterva estaba minutos antes cantando a coro junto a nosotros las legendarias canciones de “The Wall”. Efectivamente ahí estaban rodeándonos todos los ladrillos del Muro. Complacidos ellos, ahí se regodeaban los elementos que sustentan en su vida cotidiana El Muro, El Sistema. Todos los bien colocados elementos de la sociedad del bienestar: profesores, policías, homófobos, vendedores, burócratas, jóvenes empresarios, nacionalistas…cantando a coro “we don´t need no education” y “another brick in the Wall”.
No dark sarcasm in the classroom…
Aquella anécdota invernal se ha redondeado al final del verano con la presentación del nuevo curso de la EHU (Universidad del País Vasco). El rectorado utilizó las imágenes del paradigma-denuncia sobre la educación del film de Alan Parker, The Wall, como visualización de lo que presuntamente hoy no es la Universidad. Una supuesta realidad alejada de la alineación y del Sistema explotador que denuncia el film.
Al principio pensaba que era una tomadura de pelo, ya que si alguna imagen es verdaderamente paradigmática de lo que es la EHU en 2010, es que la conferencia magistral de inicio de curso sea protagonizada por el Lehendakari ilegitimo políticamente e indocumentado académicamente. Cateto cum laude. Recordé como en otros tiempos, hacia finales del siglo XX, el estamento universitario hubiera hecho sorna sin duda con este lamentable espectáculo no faltando silbidos o pataletas ante la magna expresión de insulto a lo que realmente ha de ser la Universidad, pero claro, “eran otros tiempos”. Ahí estaba el iletrado leyendo ajeno las bonanzas del trilingüismo y de Bolonia. Chitón en la sala. Cero patatero. “Con un par”, como diría el castizo, igualico que cuando le cantaban los euskaldunes de Boise el “Guk euskaraz zuk zergaitik ez?” (Nosotros en euskara ¿tú porqué no? Canción mítica de Urko de los 70) y ni se sonrojaba, o como cuando vino de visita a Euskal Herria el pasado día 9 el vicegobernador de Idaho Brad Little y se reunió con él para hablar con su traductora de inglés, como pudimos apreciar en la televisión. O demasiada poca vergüenza o es que en su alrededor más cercano no hay alguien que de verdad quiera o estime a este hombre, y le diga que el listón del ridículo que acumula ¡es superlativo! Eso sí, tras el acto partió raudo posiblemente a la cotidiana comida autobombo que todos y todas le pagamos desde hace tiempo.
Pero lo grave es que este mediocre y desvergonzado acto lo asume con exquisita sumisión todo el estamento universitario, por lo que es esta actitud la que realmente caracteriza a la Universidad ante el poder: la sumisión.
We don´t need no thougt control… Las universidades actuales, la EHU incluida, no incluyen en su código genético el cuestionamiento del Sistema, tampoco la independencia. Nunca discuten la jerarquía impuesta por el poder político. La clase política mediocre e indocumentada está por encima de la gente formada y experta, y por eso es absurdo pensar que la Universidad puede ser independiente. Es una lástima pero el Sistema ha conseguido una Universidad obediente y servil, y Bolonia va a ser el claro paradigma de ello. Puro control bidireccional.
La Universidad adolece de espíritu crítico. Todo su discurso institucional y académico esta constreñido al Pensamiento Correcto y Obligatorio y esta es una de las más eficientes columnas de este. Un claro ejemplo es el listado y tratamiento de los temas en los Cursos de Verano. La sumisión servil al capitalismo más salvaje es también parte de esa lógica. Todos los proyectos e ideas se desarrollan al albor e insertos en una lógica económica internacional insostenible que solo beneficia a la empresa privada, haciendo de la universidad, colaboradora necesaria y servil trabajadora precaria de las necesidades empresariales más oligárquicas y transnacionales.
Eso va a ser Bolonia. La profundización en dinámicas propias basadas en la jerarquía. El que no traga no tiene futuro. Bolonia va a profundizar en la competitividad malsana, en el individualismo sistémico, en el tragar permanente. Es lo que los mercados demandan y necesitan. Los que hoy son decanos o profesores y eran hace veinte o treinta años becarios o ayudantes que apechugaban y eran explotados por los profesores de entonces, continúan hoy con la rueda de la explotación de todo aquel que este dispuesto a comerse años de miseria por una plaza en la facultad. Aquel que no traga, se adecua o subyuga no mama.
La EHU es “nuestra” universidad del Sistema al igual que la NUP, Burdeos o las privadas. Puntera en infraestructuras y servicios, moderna y atractiva, la “undécima de España” para los extranjeros. La que como mucho permite un discurso ecosocialdemócrataautonómicosostenible frente al Sistema insostenible y que margina todo discurso en pro de una universidad horizontal basada en la participación popular, o toda lógica en torno a la liberación nacional. Más aún con petrimetres como López o los planes de Bolonia.
We don´t need no “this” education No queremos una universidad protocapitalista, sin perspectiva nacional, elitista, presuntuosa y sumisa, trilingüe para marginar el euskara…blindada por policías y seguratas. Al final como en la excepcional película de Alan Parker y Pink Floyd, “The Wall” todos profesores y alumn@s siguen en la cadena industrial. Quizá no sean los ladrillos fangosos del siglo XIX pero aunque sean carísimas piezas de Porcelanosa siguen siendo los elementos de piedra que componen El Muro. Al igual que los JASP y yuppies que jaleaban sin vergüenza, y probablemente sin entenderlo, Another brick in the Wall en el Euskalduna en febrero.
En este siglo XXI la mujer está en las Fuerzas Armadas, los gays y lesbianas se pueden casar y la Universidad, la empresa y los políticos son todo uno. Nos dicen desde el rectorado que las cadenas del siglo XX han caído pero quizá el planteamiento verdaderamente liberador sea la disolución de los ejércitos, la abolición del matrimonio o la existencia de una Universidad pública, independiente y con libertad de cátedra.
Por eso, desgraciadamente la EHU en 2010 sigue siendo otro ladrillo del Muro.