Un documento de trabajo presentado en la conferencia de Oslo (organizada por el FMI y la OIT), afirma que el mercado laboral español está en “situación catastrófica”. Durante su intervención, Zapatero, advirtió que «no va a caer en la resignación”, frase que evidencia que estamos ante una crisis sin salida, a no ser que cambien de sistema, algo que no harán ni él ni Rajoy. Quien piense que la solución está en las urnas de la burguesía, vive en la inopia.
«La peor crisis es la del pesimismo y la desconfianza”, dice Zapatero con fingida solemnidad. No. La peor crisis es la que no se puede reenviar al Tercer Mundo, como hacían antaño, para que los pobres, a través de la deuda externa, financiaran los desmanes del capitalismo. Eso se acabó. Más capitalismo es inviable, lo único que pueden hacer, es retrasar la hecatombe liquidando la clase obrera situada en el centro del Sistema (mundo desarrollado).
Limitarnos a denunciar en Internet el carácter depredador del capitalismo es insuficiente. Por delante de la Red está, y estará, siempre la calle; la revolución, no el reformismo. Los trabajadores deben estructurarse desde ya, olvidando viejas confrontaciones del pasado. Lo que cuenta es hoy, y hoy estos ladrones avisan que se van a lanzar contra todo y contra todos. Que no nos cojan desprevenidos ni desunidos, factores que aprovecharían en su beneficio. Es ineludible organizarse para arrojar a la basura este orden socioeconómico. ¿O seguimos esperando al verdugo?