Algu­nas refle­xio­nes sobre la situa­ción en Fran­cia – Phi­lip­pe Alcoy

Antes del 12, con todos los pre­avi­sos de huel­ga inde­fi­ni­da en sec­to­res cla­ves de la eco­no­mía, se veía que la sema­na que aca­ba de pasar iba a mar­car un momen­to impor­tan­te en la lucha y un cam­bio en rela­ción a las sema­nas pre­ce­den­tes. Por pri­me­ra vez des­de el comien­zo de la lucha con­tra la refor­ma veía­mos que la pers­pec­ti­va de un comien­zo de huel­ga por tiem­po inde­ter­mi­na­do que blo­quee sec­to­res impor­tan­tes de la eco­no­mía se mate­ria­li­za­ba. Vimos esta sema­na movi­mien­tos de huel­ga inde­fi­ni­da en los ferro­via­rios, en la RATP [Régie Auto­no­me des Trans­ports Pari­siens], en las refi­ne­rías, etc., que se suma­ban a los otros sec­to­res que ya esta­ban en lucha como los por­tua­rios, agen­tes de ter­mi­na­les petro­le­ras, etc. Tam­bién hemos vis­to mul­ti­pli­car­se el núme­ro de peque­ñas mani­fes­ta­cio­nes por toda Fran­cia. Hoy se pue­de hablar tam­bién de un movi­mien­to liceís­ta [estu­dian­tes de secun­da­ria] que entró en lucha con cen­te­na­res de liceos blo­quea­dos y/​o per­tur­ba­dos. Entre los estu­dian­tes, comien­zan movi­li­zar­se, sien­do Ren­nes 2 la facul­tad más avanzada.

Todo esto mues­tra que esta sema­na no tie­ne nada que ver con los días pre­ce­den­tes en don­de, a pesar de un cre­cien­te des­con­ten­to, entre dos «jor­na­das de acción» no había o casi no había mani­fes­ta­cio­nes loca­les y mucho menos huel­gas (sal­vo los sec­to­res muy com­ba­ti­vos en los puer­tos y ter­mi­na­les petroleras).

Los movi­mien­tos de tra­ba­ja­do­res más intere­san­tes por el momen­to son la ener­gía, con huel­gas que se endu­re­cen en las refi­ne­rías y en don­de el gobierno tuvo que hacer inter­ve­nir a la poli­cía para des­blo­quear los depó­si­tos, y los agen­tes por­tua­rios y los tra­ba­ja­do­res de las ter­mi­na­les petro­le­ras que aguan­tan a pesar de los ata­ques de la patro­nal en la pren­sa («En Les Echos del lunes 11 de octu­bre, un colec­ti­vo “No toque a mi puer­to” publi­có una pági­na de publi­ci­dad. En este docu­men­to, titu­la­do «The best job in the world», se pro­po­ne con­ver­tir­se en con­duc­tor de grúa en el puer­to de Mar­sei­lle con un sala­rio de 4.000 euros bru­tos por die­cio­cho horas de tra­ba­jo sema­nal, con ocho sema­nas de vaca­cio­nes. El empleo es «garan­tía de vida» [1]). En la SNCF [tre­nes] y la ATP hay un núcleo de huel­guis­tas impor­tan­te, pero da la impre­sión que hay muchos vaci­lan­tes. La derro­ta de 2007 pare­ce que toda­vía pesa. Pero el hecho de que haya un gru­po de huel­guis­tas deja abier­ta la posi­bi­li­dad de exten­der la huel­ga si la situa­ción gene­ral se radicaliza.

La entra­da de los liceís­tas en el movi­mien­to le da un «gol­pe de juven­tud» y de ener­gía. Por el momen­to, no pare­cen dema­sia­do orga­ni­za­dos, aun­que en todas par­tes tra­tan de hacer auto­ges­tión (AG), etc. Esta entra­da de los liceís­tas en el movi­mien­to es alta­men­te inquie­tan­te para el gobierno pero tam­bién para la buro­cra­cia sin­di­cal que tie­ne mie­do de no poder con­tro­lar a los jóve­nes. Ray­mond Sou­bie expre­sa este temor con una ana­lo­gía intere­san­te: «en la esca­la de Rich­ter de los movi­mien­tos socia­les, los liceís­tas en la calle, es un nivel de aler­ta cer­cano a seis o sie­te» [2]. Esto es lo que expli­ca la muy fuer­te repre­sión des­en­ca­de­na­da con­tra los liceís­tas a par­tir del jue­ves, en don­de un alumno fue envia­do al hos­pi­tal y corre el ries­go de per­der un ojo.

El movi­mien­to estu­dian­til uni­ver­si­ta­rio está a la ras­tra. Muy por deba­jo de lo que es capaz de hacer por el momen­to. Es cier­to que el reini­cio tar­dío con­tri­bu­ye pero las derro­tas sufri­das en los movi­mien­tos LRU 1 et 2 tam­bién pesan. En este sen­ti­do la movi­li­za­ción en Ren­nes 2 es muy impor­tan­te con AG de 1500 per­so­nas. Uni­ver­si­da­des que esta­ban muy movi­li­za­das en el pasa­do como Tol­biac o Paris 8 comien­zan a mover­se pero len­ta­men­te, dema­sia­do len­ta­men­te qui­zás. Lo que es muy posi­ti­vo, sin embar­go, es que en Ile-de-Fran­ce hayan rea­li­za­do una pri­me­ra reu­nión de coor­di­na­ción con la par­ti­ci­pa­ción de varias uni­ver­si­da­des; Ren­nes 2 inclu­so lla­ma a una pri­me­ra coor­di­na­ción nacio­nal estu­dian­til el 23.

Toda­vía no se está en una situa­ción de blo­queo total o casi total de la eco­no­mía, con miles de alum­nos y estu­dian­tes en las calles y en los pique­tes de huel­ga. Inclu­so podría­mos decir que el pre­avi­so de huel­ga ili­mi­ta­da de la CGT en la RATP aun­que haya arras­tra­do a otros sec­to­res a lla­mar a la huel­ga ili­mi­ta­da como la SNCF y las refi­ne­rías, no tuvo un impac­to sufi­cien­te­men­te fuer­te para des­en­ca­de­nar la huel­ga en impor­tan­tes ramas del sec­tor pri­va­do (sal­vo refi­ne­rías evi­den­te­men­te). Por otra par­te, jus­ta­men­te como el grue­so del pro­le­ta­ria­do indus­trial del sec­tor pri­va­do no ha segui­do a los sec­to­res más pro­le­ta­rios de las empre­sas del Esta­do (ferro­via­rios, etc.) esto le per­mi­te a la bur­gue­sía pro­yec­tar, aun­que sea un poco, que la sema­na pró­xi­ma, cuan­do la ley sea vota­da, el movi­mien­to pue­da desacelerarse.

Sin embar­go, esta sema­na ha sido esen­cial­men­te «tran­si­to­ria»: toda­vía no esta­mos en la huel­ga gene­ral, pero tam­po­co esta­mos en la fase ante­rior. A par­tir de la sema­na pró­xi­ma las cosas van a estar más cla­ras por­que el tiem­po de las ambi­güe­da­des lle­ga a su fin. Efec­ti­va­men­te, por par­te de las direc­cio­nes sin­di­ca­les es cada vez más evi­den­te hacia don­de tien­de las cen­tra­les CFDT y UNSA: «Los sin­di­ca­tos refor­mis­tas con­si­de­ran que el voto del pro­yec­to de ley en el Sena­do impon­drá otras for­mas de acción, dicho de otro, modo, el fin del movi­mien­to. «Esta­mos en demo­cra­cia. En un momen­to dado, lo polí­ti­co domi­na sobre lo social. Cuan­do el Par­la­men­to vota una refor­ma, aun cuan­do esta no nos con­vie­ne, no pode­mos hacer como si no pasa­ra nada», ana­li­za Jean Gros­set (UNSA). El núme­ro dos de la CFDT, Mar­cel Grig­nard, está en la mis­ma línea» [3].

La acti­tud de la CGT sigue sien­do incier­ta aun fren­te a la con­ti­nui­dad del movi­mien­to des­pués del voto en el Sena­do: «La direc­ción de la CGT no ha empu­ja­do a sus tro­pas a las huel­gas inde­fi­ni­das. Muy por el con­tra­rio. Pero no quie­re asu­mir el ries­go polí­ti­co de poner fin, inclu­so con otros, a la movi­li­za­ción (…) esto sería abrir una cri­sis fron­tal con esta par­te de la CGT que per­ma­ne­ce opues­ta a la línea de aper­tu­ra defen­di­da por Ber­nard Thi­bault» [4].

Aun­que la pren­sa, el gobierno y la buro­cra­cia sin­di­cal quie­ran lle­var­nos a un deba­te estú­pi­do sobre las cifras de mani­fes­tan­tes, es cada vez más evi­den­te que lo que inquie­ta a la bur­gue­sía no es el núme­ro de mani­fes­tan­tes (3.5, 3 o 2 millo­nes de per­so­nas es mucho de todas mane­ras) sino las huel­gas duras en las refi­ne­rías, una posi­ble pro­fun­di­za­ción y exten­sión de la huel­ga en los ferro­via­rios o un movi­mien­to de huel­ga gene­ral que se le esca­pa de las manos a las cen­tra­les. Como para los liceís­tas, el envío de CRS (Com­pa­ñía Repu­bli­ca­na de Segu­ri­dad, anti­dis­tur­bios) para des­blo­quear los depó­si­tos de com­bus­ti­ble es una prue­ba de esta preo­cu­pa­ción. Por el momen­to la poli­cía logra des­blo­quear sin inci­den­tes y sin que haya gran­des accio­nes de soli­da­ri­dad con los huel­guis­tas, pero cer­ca de Rouen hubo una suer­te de «blo­queo inter­pro­fe­sio­nal» de un depó­si­to de petróleo.

Como se ana­li­za­ba en un artícu­lo sobre la situa­ción fran­ce­sa, en el «dos­sier jubi­la­cio­nes» tan­to el gobierno y la bur­gue­sía como las direc­cio­nes sin­di­ca­les tie­nen mucho que per­der. Si el gobierno debe retro­ce­der fren­te a la movi­li­za­ción y a las huel­gas, sal­dría muy debi­li­ta­do y qui­zás sea inca­paz de impo­ner su «auto­ri­dad» sobre cual­quier otro tema o refor­ma. Esto inclu­so podría cues­tio­nar a todo el gobierno y abrir una cri­sis polí­ti­ca con una sali­da incier­ta, con un movi­mien­to social for­ta­le­ci­do en medio de una cri­sis eco­nó­mi­ca mun­dial. Si el gobierno obtie­ne una vic­to­ria con una trai­ción abier­ta de los sin­di­ca­tos, el esce­na­rio pue­de ser difí­cil a mediano pla­zo no sola­men­te para el gobierno actual sino para los pla­nes de la pro­pia bur­gue­sía francesa.

El debi­li­ta­mien­to de sin­di­ca­tos como la CGT y el for­ta­le­ci­mien­to de otros como FO o SUD, a cau­sa de su acti­tud sobre el tema de las jubi­la­cio­nes, pue­de com­pli­car la apli­ca­ción de otras con­tra-refor­mas en el futu­ro. Por eso el lla­ma­do a la «sus­pen­sión» (y no el reti­ro) de la refor­ma para nego­ciar con los sin­di­ca­tos lan­za­do por la inter­sin­di­cal (CGT y CFDT a la cabe­za) pare­ce ser la mejor solu­ción tan­to para el gobierno como para los sin­di­ca­tos, sobre todo en caso de radi­ca­li­za­ción. El gobierno podría decir­se dis­pues­to a nego­ciar y hacer algu­nas con­ce­sio­nes sim­bó­li­cas como el man­te­ni­mien­to de la edad de jubi­la­ción a 60 aumen­tan­do los años de apor­tes; los sin­di­ca­tos can­ta­rían vic­to­ria ense­gui­da y lla­ma­rían a dete­ner el movi­mien­to. Sin embar­go, nada dice que el gobierno esté dis­pues­to a ceder y menos aún que los huel­guis­tas acep­ten ver aumen­tar el núme­ro de apor­tes; todo esto sin hablar de las rei­vin­di­ca­cio­nes pro­pias de cada sec­tor, como la super­vi­ven­cia de la acti­vi­dad de refi­ne­ría en Fran­cia, etc.

Lo que hay que tomar en cuen­ta tam­bién es que una trai­ción dema­sia­do evi­den­te de las direc­cio­nes sin­di­ca­les pue­de crear un sen­ti­mien­to de escep­ti­cis­mo en muchos tra­ba­ja­do­res res­pec­to a los sin­di­ca­tos en sí. Para tra­tar de evi­tar esto hay que denun­ciar cla­ra­men­te la polí­ti­ca de las buro­cra­cias, inter­pe­lar­las para que lla­men a la huel­ga gene­ral, luchar para crear ins­tan­cias inter­pro­fe­sio­na­les auto-orga­ni­za­das para coor­di­nar los sec­to­res en lucha y desa­rro­llar una direc­ción alter­na­ti­va a los buró­cra­tas, para per­mi­tir a los tra­ba­ja­do­res sacar lec­cio­nes de la lucha.

Algu­nas pala­bras sobre el carác­ter de esta lucha

La lucha con­tra la refor­ma de las jubi­la­cio­nes en Fran­cia tie­ne el méri­to de con­cen­trar en un suje­to muchos des­con­ten­tos. Esta refor­ma afec­ta a un gran núme­ro de sec­to­res, lo que da un carác­ter «glo­bal» a la lucha: jóve­nes liceís­tas has­ta jubi­la­dos pasan­do por los tra­ba­ja­do­res en CDI [Con­tra­to de Dura­ción Inde­ter­mi­na­da], en CDD [con­tra­tos tem­po­ra­les], los des­ocu­pa­dos, las cues­tio­nes de opre­sión de las muje­res en el tra­ba­jo, etc.

En el con­tex­to actual de cri­sis eco­nó­mi­ca en don­de las peo­res con­se­cuen­cias están por venir, esta lucha es una suer­te de «ensa­yo gene­ral» de lo que pue­de pasar en los pró­xi­mos meses y años en Fran­cia, pero tam­bién en Euro­pa y en el mun­do. En ese sen­ti­do, las lec­cio­nes que podre­mos sacar de esto ten­drán un inte­rés para las luchas de los tra­ba­ja­do­res de toda Euro­pa en el cor­to y mediano plazo.

17/​10/​2010

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