Una vez más el Washington Post arremete contra Venezuela y desinforma a sus lectores en relación a la realidad del país. En el editorial que se intitula “De cómo Chávez perdió el voto popular –y obtuvo una victoria aplastante” (1 de octubre de 2010), no sólo se desvirtúa la realidad de un proceso electoral limpio y transparente, sino que se llega al extremo de mentir descaradamente sobre el resultado del mismo, asegurando que la coalición de partidos de la oposición obtuvo 52% del llamado “voto popular”.
Primero que nada es totalmente manipulador insistir en calcular un total nacional de una elección legislativa, cuya lógica predominante es circuital. A excepción del Parlatino, en esta elección no tiene sentido hablar del voto nacional. Segundo, si se insiste en sumar todos los resultados obtenidos por voto lista publicados por el Consejo Nacional Electoral (CNE), claramente los 10 partidos que conforman la coalición de la Mesa de la Unidad logran 47,16% del “voto popular nacional”. El PSUV 48,19%.
Aún más importante, el cuestionamiento del Post al sistema electoral venezolano refleja como mínimo su ignorancia de lo que significa la democracia participativa. En Venezuela elegimos a la mayoría de nuestros representantes de la Asamblea Nacional por nombre y apellido y se respeta la participación de los partidos minoritarios. El hecho que el sistema electoral venezolano sea distinto al estadounidense no le da el derecho al Post a descalificarlo. Además llama la atención que el Post defienda tanto el sistema de representación proporcional cuando éste ni siquiera existe en Estados Unidos.
Pero más allá de todos los artilugios utilizados por el Post para desinformar, lo que más indigna es su desprecio por el pueblo venezolano y el camino que éste ha escogido transitar de manera pacífica y democrática. Los venezolanos han ejercido su derecho al voto 15 veces desde que el presidente Chávez fue electo por primera vez en 1998. Se han desarrollado elecciones presidenciales, regionales, legislativas y hasta referéndum consultivo y revocatorio (figura esta última que no existe en Estados Unidos). Y es que los venezolanos hemos demostrado nuestra vocación democrática y la confianza en la transparencia de nuestro moderno sistema electoral con una histórica participación de 66% el pasado 26 de septiembre.
Aunque el Post se empeñe en desacreditar la democracia socialista venezolana, simplemente porque el pueblo venezolano ha decidido seguir un camino soberano e independiente, la verdad es que esta elección marca la consolidación del sistema de democracia participativa en mi país. El Post debería más bien celebrar que la oposición venezolana— después de repetidos intentos de golpes y sabotajes en los últimos 11 años— parece haber decidido integrarse al juego democrático. Sin embargo, cuando el problema no es la realidad del proceso democrático venezolano, sino simplemente continuar una línea editorial de agresión contra el gobierno democrático, socialista, independiente y soberano del Presidente Chávez, se entiende el porqué de su editorial.
Bernardo Álvarez Herrera
Embajador de la República Bolivariana de Venezuela en Estados Unidos.