Si el Alderdi Eguna del pasado domingo, con la intervención de los tres diputados generales y candidatos, puede entenderse como el primer gran mitin electoral del PNV, la especificidad guipuzcoana arranca hoy con la presentación de «Batu gaitezen» en el teatro Victoria Eugenia de Donostia.
¿Por qué Gipuzkoa necesita una dinámica propia? Además de otras singularidades provinciales, los propios dirigentes jeltzales aluden a la posibilidad de que la izquierda abertzale pueda presentarse a los comicios con una intención, explicitada ya, de tratar de liderar el cambio político y social en este territorio. Cuando a los responsables del GBB se les pregunta si creen realmente que la izquierda abertzale podrá contar con una candidatura legal, responden que eso sería muy bueno políticamente y muestran su deseo de medirse en las urnas. «A la izquierda abertzale respeto sí, pero miedo ninguno, ni en las elecciones», señaló esta misma semana un alto dirigente, mientras mostraba su confianza en la victoria.
En las elecciones forales de 2007 la primera fuerza en Gipuzkoa fue el PSE, con 76.868 votos. Las papeletas anuladas llegaron a 72.963. Y el PNV sumó 71.795 apoyos. Como se ve, la competencia por el primer puesto es máxima y la posibilidad de gobernar la Diputación factible para cualquiera de estas tres candidaturas, más aún si alguna agrupa a más fuerzas.
La iniciativa «Batu gaitezen» pretende buscar una posición central y de ventaja en ese trío, basándose en la defensa de todos los derechos humanos, por una parte, y en el reconocimiento nacional, por la otra. El análisis del PNV es que ahí está la posición social mayoritaria en Gipuzkoa. Los jeltzales sostienen que en la defensa de los derechos humanos sacan ventaja a la izquierda abertzale, puesto que es un terreno en el que consideran que no tiene todavía suficiente credibilidad social, y el campo del reconocimiento nacional de Euskal Herria y de su derecho a decidir está abandonado por el PSE.
Partiendo de un núcleo central de 20 dirigentes del PNV, y con el apoyo de un documental, exposiciones y debates, el GBB pretende ir dinamizando todas las localidades del territorio hasta comprometer a varios cientos de personas.
Pero en este momento de reubicación de las fuerzas abertzales, el lema «Batu gaitezen» cobra una especial significación. «Hay que unirse», piden muchos abertzales. La cuestión es para qué. Y en ese camino el PNV quiere llevar su propia ruta, lo que pretende no es una amalgama de siglas, sino que lo que se conoce como «nacionalismo institucional» se presente unido bajo sus paraguas. Por eso el PNV rechaza la formación de una coalición con Hamaikabat. Si el partido dirigido por Iñaki Galdos se escindió de EA para ahondar en la colaboración con los jeltzales, éstos no ven lógico contribuir a consolidar una sigla más. Les ofrecen la posibilidad de volver a la casa del padre y sumarse a sus listas especificando procedencia o denominación de origen. Ante esto, H1! ‑que hoy inaugura su sede nacional en Donostia- responde anunciando que ya está confeccionando sus propias candidaturas.
«Batu gaitezen» es, por tanto, una iniciativa para Gipuzkoa cuyo discurso el PNV no considera igualmente productivo en el resto de territorios vascos. Cuestión de idiosincrasia ideológica del herrialde, pero también de la diversidad y pluralidad que enriquece al partido.
Fuente: Gara