El estado español, parece haber entrada en una fase esquizofrénica y algunas sentencias causarían hilaridad, si no fuese porque estamos hablando de personas que deben entrar en prisión, durante mucho tiempo, por hechos que no lo merecen en absoluto.
Lander Fernández, fue parado en un control de la Guardia Civil, cuando iba camino de Algorta en el 2008 y le fueron requisados 300 boletos de un sorteo solidario que realiza el Movimiento Pro-Amnistía vasco. Pues bien, por este mero hecho ha sido juzgado en la Audiencia nacional y condenado a 3 años de cárcel. Además le condenan a pagar una multa de 5 euros, durante 10 meses o 1 día de cárcel por cada 2 días que no abone esa multa. Increible,que por el mero hecho de vender boletos de una rifa, una persona pueda estar 3 años en la carcel, mientras personas que han estado en el GAL, no hayan pasado ni uno solo. Personas efectivamente juzgadas y condenadas por hechos terribles de terrorismo de estado o de delincuencia de guante blanco.
Este es el estado actual de la democracia española y de su justicia, con un perfil de calidad realmente muy bajo.
Según los fiscales españoles, el hecho de vender estos boletos constituye un delito de colaboración con banda armada. ¿¿¿¿¿¿¿¿??????????????? Increíble, pero como suena.
Lander había denunciado en varias ocasiones acoso policial, dicho en otros términos “le tenían ganas”. Así el mes de mayo pasado, denuncio un secuestro exprés por parte de la policía autónoma española, en que según denuncia el santutxuarra, habría sido golpeado, después de negarse a colaborar con la policía.
Y también a la vuelta de un viaje a Venezuela, fue detenido en el aeropuerto de barajas, aunque le liberaron al poco, bajo fianza.
Anualmente el Movimiento Pro-Amnistía sortea un vehículo caravana, en un sorteo de muchísima solera en Euskal Herria, y habitualmente se venden esos boletos sin problemas en fiestas, herrikos y bares. Boletos que solo hacen referencia al sorteo en si mismo. Pues bien, el vender estos boletos le ha costado 3 años de cárcel a este joven de Santutxu. Increíble pero cierto.