Enseguida el diálogo derivó hacia lo más noticioso y trascendente para la región: los dos discursos, muy enlazados en sus esencias, que fueran pronunciados la víspera por Hugo Chávez y Evo Morales, cada uno en escenarios diferentes. El primero, durante el acto convocado por la Asamblea Nacional de Venezuela en rechazo al foro de la ultraderecha internacional que acogió hace pocos días el Congreso norteamericano; el de Evo, frente a la flor y nata de los ejércitos del continente, incluido el titular de la guerra en el imperio, Robert Gates, reunidos en Santa Cruz de la Sierra por la IX Conferencia de Ministros de Defensa de las Américas (CMDA).
Ambos líderes, en sus particulares estilos, habían centrado el interés del Comandante, que los siguió como pudo, a través de la televisión y los reportes de prensa: “Evo estuvo fenomenal. Chávez protagonizó un simbombazo…” comentó, agregando que habría que enviarle un agradecimiento a la Loba Feroz (nombrete con el que popularmente se conoce en Cuba a la ultraderechista anticubana Ileana Ros-Lethinen) por la torpeza política que da la oportunidad de mostrar a nuestros pueblos y al mundo la naturaleza de las estrategias imperiales contra los liderazgos de izquierda en la región.
Aun en la antesala del encuentro, Haití fue el otro tema de interés común, provocando en este caso los comentarios más angustiosos. Fidel llamaba la atención sobre los 2 153 fallecidos y más de 60 mil contaminados por el cólera ‑según cifras de la ONU- lo que provoca un “desastre colosal” en la hermana nación. Calificó como “una vergüenza” que no se hable una palabra de ese drama en reuniones como la de la OTAN en Lisboa, donde están “hablando de cañones cuando en Haití están muriendo en masa miles.”
Atilio Borón añadía otro matiz político: la presión de norteamericanos y europeos que, en medio de esa crítica situación humanitaria, han ido allí a decirle a los haitianos que “no hay ninguna razón para postergar las elecciones”.
“Un país donde han muerto más de 250 mil personas…” cuestionó Fidel, quien minutos antes había trasladado a los invitados las impresiones que continuamente recibe de los colaboradores cubanos de la salud en ese país, más de 700 entre personal médico, de enfermería y tecnólogos.
A ellos se han sumado 193 egresados de la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM) de 18 nacionalidades, entre ellos numerosos médicos haitianos, parte de una formidable fuerza de 500 profesionales formados totalmente en Cuba, durante años.
La colaboración cubana en ese país se mantiene de forma permanente desde 1998. Tras el terremoto, el ciclón y la epidemia más recientes, la experiencia acumulada en más de una década, le ha valido a la brigada médica cubana para saltarse los límites del servicio intrahospitalario y llegar a los damnificados que viven en parques, carpas y todos los espacios improvisados por la tragedia.
Eso ha hecho posible que mientras la mortalidad general en el país hoy alcanza los 6 fallecidos por cada cien, ellos apenas tienen 1,1 por ciento. “Realmente a nuestra gente solo se les mueren los que ya están casi muertos.”
La pretensión norteamericana y europea de presionar para que, aun en esas condiciones, haya elecciones allí este domingo, fue calificada por Fidel como “algo muy extraño” que es parte de la incertidumbre que reina en el mundo de hoy. “De eso quería conversar con ustedes, para que me cuenten qué piensan…”, explicó.
Y volvió a resaltar como “dos hechos espectaculares” en medio de esa situación mundial, los discursos de Chávez y Evo en la jornada anterior. “Es lo mejor que ha pasado”, dijo, marcando el contexto de reuniones como la del G‑20 en Seúl, o la de la OTAN, en Lisboa. “Se han topado con una rebelión, sobre todo después de los acuerdos de la OTAN y (la declaración sobre) el derecho a intervenir en cualquier parte”.
Como otras veces, el Comandante comentó a los amigos su pasión por actualizarse permanentemente, con muchas más posibilidades desde que internet permite acceder en minutos a datos que en una biblioteca tradicional podría costar meses localizar. Luego advertiría que Cuba sufre, debido al bloqueo de los Estados Unidos, una feroz censura en el acceso a conexión por cable de fibra óptica, programas y servicios en la red de redes.
RECORDANDO
A propósito de los temas de búsqueda para precisar fechas exactas y otros datos que habitualmente utiliza en sus Reflexiones, Fidel viajó con sus recuerdos hasta la Crisis de Octubre, que, según su criterio, fue lo que le costó el cargo a Nikita Kruschov. “Y Kennedy fue el que más se asustó…” precisó, apoyado en una constancia histórica: la visita del periodista francés Jean Daniel, quien se entrevistaba con él cuando la radio anunció el magnicidio de Dallas. “¿Se ha dado cuenta Castro de lo cerca que estuvimos de una guerra nuclear?”, había pedido Kennedy que preguntara Daniel al reunirse con el líder cubano y que regresara a contarle la respuesta.
Fidel recordó que no fue Kennedy quien inventó la agresión a Girón, sino que él siguió lo que planearon Eisenhower y Nixon contra Cuba. “Y The New York Times, se enteró de todo, pero no dijo nada”. De ahí el valor de las constancias históricas.
Salpicando con anécdotas el mismo tema, dijo que durante un tiempo lo engañó una enorme biografía de 800 páginas de Pierre Salinger, apuntalando la teoría de un solo culpable: Lee Harvey Oswald, en la muerte de Kennedy.
Pero las dudas fueron más fuertes, evidentemente, dada su experiencia anterior cuando preparó en México a los que serían los futuros expedicionarios del Granma. Los métodos geométricos que utilizó para entrenarlos en el uso de los fusiles y particularmente el empleo que hizo de la mirilla telescópica, le permitieron saber que si bien se obtiene un disparo de muy alta precisión con un arma apoyada, no es posible repetir de inmediato el disparo a pulso, como se supone que hizo Oswald, menos aún si el objetivo está en movimiento.
Walter Martínez incorporó al diálogo un dato asombroso: el actual récord de ese tipo de disparo lo posee un francotirador de las tropas invasoras norteamericanas en Afganistán, quien perforó en noviembre de 2009 a un combatiente local que estaba ubicado a 2,47 kilómetros de distancia.
La posibilidad real del hecho en una época en que hay armas capaces de enviar sus proyectiles que en el espacio a veces alcanzan más de 20 veces la velocidad del sonido, ocupó pocos minutos más de una charla en la que después los invitados incorporaron sus valiosos análisis.
Unas tres horas duró el intercambio en “una tarde muy feliz”, como diría Pablo González Casanova en la despedida. Tras preguntas y comentarios de los invitados en un ambiente cariñoso y distendido, el líder de la Revolución cubana ofreció otras muchas reflexiones que, en síntesis, compartimos con nuestros lectores: