Radio del Sur entrevistó a Alejandro Cao de Benós, delegado especial del Comité de Relaciones Culturales con el Extranjero de la República Popular Democrática de Corea Resumen Latinoamericano/La Radio del Sur ‑Es para nosotros muy importante poder tener una voz sobre la posición que en toda esta historia tiene la República Popular Democrática de Corea. ¿Cómo se viven los últimos hechos en Corea del Norte? -La situación se vive ahora mismo en máxima alerta, y observando los movimientos de la Armada surcoreana y de los Estados Unidos, lógicamente, si hay nuevas provocaciones, como las que pasaron el día 23, el ejército popular de Corea está listo para dar una respuesta armada. Los ciudadanos del país como los coreanos del sur son hermanos, y esperamos que por culpa de los Estados Unidos no se reinicie la guerra de Corea, en la cual todavía estamos. Se firmó el armisticio en el año 1953, pero desde entonces y hasta ahora los EE.UU. se han negado a firmar el tratado de paz. Por lo tanto pueden reasumir sus operaciones de ataque en cualquier momento. Esperemos que no sea así y que de momento se quede únicamente en una muestra típica de arrogancia del imperialismo norteamericano. -¿Estas muestras de arrogancia son nuevas? ¿O Corea del Norte las viene sufriendo desde el momento del armisticio? -Bueno, Corea las viene sufriendo desde la creación de la república en 1948 y la ocupación de Corea del Sur por parte de los EE.UU. O sea, después de la segunda guerra mundial y de lanzar las bombas atómicas sobre Japón y matar a miles de civiles, EE.UU. ocupa Corea del Sur bajo la excusa de desarmar al ejército japonés y desde entonces hasta ahora convierten a Corea del Sur en su colonia. Aunque oficialmente exista un presidente, el comando del Ejército está en manos del ejército norteamericano hasta el día de hoy. Por lo tanto como no existe esa paz y como tienen literalmente ocupada la parte sur de Corea, tenemos que estar siempre alertas porque están provocando y buscando excusas para ejercer más presión sobre el país. -Entonces en definitiva estos ejercicios militares en el sur que son los que inician este momento de tensión cuentan con el apoyo y el aval de los Estados Unidos? -Por supuesto. El ejército surcoreano no puede hacer nada, no pueden mover ni un dedo sin la autorización del comando de los Estados Unidos. Son lo que realmente controlan al ejército y de hecho la guerra de Corea sucede por una agresión norteamericana contra el norte y hasta el día de hoy esa guerra es entre EE.UU. y Corea del Norte, no es entre Corea del Norte y Corea del Sur como piensa mucha gente. En verdad tanto en la guerra como en el armisticio las dos partes dentro del asunto son EE.UU. y Corea del Norte porque Corea del Sur no tiene realmente decisión o palabra dentro del conflicto. Es meramente un títere. Y así fue el primer presidente de Corea del Sur, Syngman Rhee, que lo trajeron los norteamericanos de Hawaii y lo impusieron bajo control militar. Hasta el día de hoy, en que pretender ser una democracia pero acaban de encarcelar a una chica que tenía canciones de Corea del Norte por cinco años. Esa es la supuesta democracia que se vive en Corea del Sur. -Eso que usted nos cuenta es exactamente lo contrario a lo que se dice en la propaganda permanente en occidente. En donde desde películas de Hollywood hasta informaciones de agencias internacionales lo que se piensa es que Corea del Norte es una dictadura, un estado totalitario donde pasan estas cosas que usted está contando que pasan en Corea del Sur. ¿Cómo es Corea del Norte hoy? ¿Es una nación atrasada que se quedó sin el apoyo de la Unión Soviética? ¿Cómo están hoy los habitantes de Corea del Norte? -Corea del Norte ante todo es una nación socialista al cien por cien. Todos los medios económicos pertenecen al estado, por lo tanto al pueblo. No existe una economía de tipo privada ni existe injerencia extranjera. Es un país totalmente soberano, que controla sus medios de producción y que lleva la bandera roja del comunismo como nación abanderada del socialismo en el mundo entero sin permitir envenenar el sistema con medidas capitalistas o de privatizaciones. Hay una distancia abismal con países como Vietnam o China que hicieron muchas medidas de mercado, respecto a Corea del Norte que permanece fiel a las ideas originales de su líder y de la creación de la república. Es su país que lógicamente es pequeño, tiene 23 millones de habitantes, pero ha logrado tener una gran potencia política y militar. Hemos desarrollado armas nucleares para utilizarlas como disuasión contra un eventual ataque de los EE.UU. y el desarrollo de estas armas nucleares conjuntamente con lo misiles intercontinentales nos aseguran que si EE.UU. intentara atacar podríamos responder sobre su territorio. Sobre suelo norteamericano. Y eso es precisamente lo que ha impedido durante la administración Bush que Corea del Norte haya sido invadida como pasó por ejemplo con Irak. Por desgracia solo entienden el lenguaje de las armas y de la fuerza. Ellos siempre están presionando a cualquier nación que no quiere someterse a sus dictados. En ese aspecto Corea del Norte es una gran potencia política y militar. Tiene más de un millón de soldados regulares y más de seis millones en reserva. Es uno de los ejércitos más grandes del mundo. Ahora nuestro gobierno está focalizado en mejorar la vida del pueblo y los fondos se están destinando a mejorar la industria ligera, es principalmente a donde va todo el capital ahora mismo, y la economía se recupera de manera muy favorable desde el año 2000. Tuvimos muchos problemas económicos, hambrunas, por la desaparición del socialismo, pero en el 2000 empieza a recuperarse la economía. Existen muchísimos productos y facilidades para la vida de la gente mediante industria nacional. Industria propia para no depender del exterior. -¿Y cuanto se ha podido avanzar en el tema del acercamiento no a nivel político sino a nivel social dentro de la península, con las personas que viven en Corea del Sur? Hubo reencuentro de familiares, algo de eso pudo verse en occidente. ¿Cuánto se había podido avanzar y cuánto complica ese tema la actual situación? -Se avanzó muchísimo desde el año 2000 al 2008. En ese período de ocho años se avanzó más que en toda la historia de las dos Coreas. Esto se debió a que en el sur hubieron presidentes progresistas. Como el caso del presidente Kim Dae Jung, que fue nombrado Premio Nobel de la Paz. La Sunshine Policy, que era básicamente lo mismo que nuestro líder había dicho desde la creación de la república, era cuestión de acercarse entre las dos Coreas respetando los sistemas políticos existentes. Esa es la única posibilidad de coexistencia. Respetando las formas de pensar los países pueden trabajar en muchos otros aspectos: económicos, defensa, etc, sin necesidad de violar el aspecto ideológico de cada una de las partes. Entendiendo eso se firmó el año 2000, el 15 de junio, una declaración conjunta que abría las puertas a al reunificación y la paz definitiva y total en Corea. Hasta el año 2008. Hay dos administraciones, la del presidente Kim Dae Jung y la del presidente Roh Moo-hyun, el anterior presidente al actual ‑que oficialmente se suicidó pero que hay algo más que un suicidio detrás de la muerte de este presidente- y por desgracia pierde el partido progresista y se incorpora al gobierno el actual presidente Lee Myung-bak que es básicamente un servilista de los intereses norteamericanos, una persona conservadora, cuasi-fascista que ha destruido todos los acuerdos que se firmaron entre el norte y el sur desde el año 2000 al 2008. Sencillamente los ha destruido. -¿Es decir que estas tensiones terminan con cualquier posibilidad de un acercamiento? ¿Podría leerse como una táctica por parte de los Estados Unidos de reafirmar su presencia en esa zona del mundo? -Por supuesto, esto es la táctica norteamericana típica. Es la táctica del mafioso criminal que acude a un restaurante y le obliga al dueño del restaurante a que contrate su seguridad. Entonces el dueño de ese negocio le dice: ‘yo no necesito defenderme de nadie’ y el mafioso le dice: ‘sí, necesitas defenderte de mi mismo’. Entonces, ellos actúan como esta mafia, como una policía internacional o como un rey internacional que quiere controlarlo todo. De hecho los surcoreanos tienen que pagar millones y millones de dólares cada año para mantener las bases norteamericanas. Es decir, no solo tiene ocupado al país y consideran a los coreanos como ciudadanos de segunda clase, perpetrando todo tipo de vejaciones en Corea del Sur, sino que encima el pueblo surcoreano con sus impuestos tiene que pagar la ocupación norteamericana y sus bases. -Le quiero preguntar también por otros dos países que aparecen cada vez que se habla del conflicto en Corea, Rusia y China. ¿Cómo analiza usted la posición de estos dos países en esta coyuntura? -En el caso de China, aunque existe una alianza militar y una relación histórica lógicamente china juega a sus intereses. Entonces le interesa mantenerse bien con EE.UU. a nivel de mercados, a nivel comercial, como con Corea a nivel estratégico. Por lo tanto se mantiene básicamente en una posición neutral. Intentando apaciguar la situación pero sin involucrarse casi nada. En el caso de Rusia, un poco más de lo mismo pero se acerca más a apoyar a Corea del Norte en muchos casos porque está empezando a sufrir el acoso de los EE.UU. en Asia Central. Y la ocupación también de diversas ex repúblicas soviéticas. Entonces Rusia lleva unos años en un proceso de intentar recuperar el sentido patriótico, la vieja gloria que existía en el país y esto le ha llevado a buscar políticas más independientes y menos dependientes del mercado capitalista y de los Estados Unidos. Entonces hace un juego similar a China pero en muchos casos de hecho llega a involucrarse más a favor de Corea del Norte, por lo menos más que otros países. -¿Le faltan a Corea del Norte mejores formas de dar a conocer su posición el occidente? -Sí, desde luego. Esto es un problema doble. Por un lado no están las partidas presupuestarias para hacer esto. El país tiene muchas prioridades económicas antes de invertir en servicios exteriores de información. En segundo lugar es una complicación. Si es difícil entender a Corea desde el exterior también a Corea le es difícil cómo piensan en occidente, que es una forma de pensar totalmente diferente. Entonces la forma de comunicarse no llega y no es bien entendida por la mentalidad de un occidental. Cuando Corea habla hacia el exterior habla como si hablara en coreano y entonces la información no llega ni mucho menos con la facilidad de otros que saben a qué tipo de público se están acercando. -¿Cómo se imagina que puede continuar esta situación? La tensión va a ceder o esto podría escalar más, como lo han advertido estadistas de la talla de Fidel Castro? -Como van a reanudar las operaciones militares a apenas 10 kilómetros de la frontera norcoreana solo pueden existir dos posibilidades: si vuelven a disparar, si vuelven a hacer ataques contra territorio norcoreano, lógicamente Corea del Norte va a volver a responder anulando navíos de guerra surcoreanos o estadounidenses y eso implicará que EEUU tendrá excusa para lanzar una campaña contra Corea del Norte y por lo tanto volveremos a estar en guerra real. El armisticio se romperá y se volverá a declarar la guerra. Esto pasará si cometen ese error, el error de creer que Corea del Norte no puede responder de una manera contundente. Porque Corea del Norte también ha advertido que ante una eventual invasión de los Estados Unidos no dudaríamos en enviar misiles intercontinentales sobre territorio norteamericano con carga nuclear. Eso significa que realmente tienen peligro en su propio territorio. Porque EEUU normalmente amenaza a pequeñas naciones que no pueden golpearle en su propio país. Pero realmente se arriesgarían a acabar prácticamente con su sociedad. Los resultados van a ser estos, si amenazan, si atacan habrá guerra total. Nadie podrá parar esta guerra. En cambio si se mantienen lejos de la frontera, si no disparan de nuevo contra el norte, si no provocan simplemente serán ignorados por nuestro ejercito como hasta ahora. Y no pasará nada. Quedará todo allí en este evento desafortunado pero consecuencia una vez más de la imposición norteamericana. |