Boltxe Kolektiboa
Editoriala
Existe una contradicción terrible entre la apariencia modernizadora que buscaba el capital financiero español y su versión real. Pueden adoptar tecnología y echar la casa por la ventana para garantizar los logros deportivos que precisa el régimen a fin de ocultar la profundidad de la crisis del sistema y de la reforma política pero, no pueden cambiar la naturaleza cainita de un sistema político que representa teatralmente la existencia de una supuesta democracia que nunca ha existido en la reforma del franquismo.
De ahí que arremeten contra la comisión internacional mediadora con todo el veneno de que son capaces. Los insultos, las falacias, los embustes contra Bryan Currin y sus compañeros de mediación son un esperpento. Día si y día también se inventan un sin fin de patrañas que publican con odio para seguir embruteciendo a su ya de por si intelectualmente harapienta parroquia electoral.
El mundo está harto ya de los reality shows españolistas. Los ecos de los desafueros españoles llegan en forma de patata caliente a Bruselas o al Tribunal Europeo de Derechos Humanos comprometiendo con sus exigencias ultraderechistas al conjunto de la vida política del viejo continente.
Y por si fuera poco se lían a insultar a Cuba y a exigir a Venezuela con la misma falta de vergüenza que lo hicieron sus predecesores en los tiempos de la colonia. Y así España, el engendro imperialista que protagonizó la barbaridad del exterminio de los pueblos americanos emula a quienes arrancaron los miembros de los primeros rebeldes indígenasa golpe de caballo exigiendo entregas estúpidas y fácilmente desmontables.
Que declaren ante la fiscalía venezolana quienes testificaron lo que dijeron sobre Cubillas para aclarar si lo hicieron bajo tortura, o no lo hicieron.
Como si de una eterna maldición se tratáse vuelve la zozobra al proceso político que en Euskal Herria intenta abrir la Izquierda Abertzale. A los poderes fácticos españoles les desconcierta la capacidad de respuesta política del mundo abertzale ilegalizado, no comprenden de donde sale tanta respuesta política, tan unitaria y tan rica.
Esto que no comprenden acerca de la izquierda abertzale sus enemigos, su capacidad teórica, su capacidad de sacrificio, su credibilidad en Euskal Herria, sin embargo lo entiende perfectamente el mundo politicamente desarrollado.
Al cainismo español le encantaría que el estado en Euskal Herria protagonizase una salvajada como la de El Aaiun, son almas gemelas los asesinos imperialistas.
Y no es esta una afirmación gratuíta toda vez que el propio Felipe Gonzalez ha expresado claramente el vínculo jerárquico existente entre las acciones parapoliciales en el estado francés y su autorización previa necesaria desde la estructura política.
No podían matar a toda la dirección de ETA a la vez, según valoró González, el hombre al que el PP y la prensa de la derecha señalan como la X de los GAL pero, ¿se podía asesinar de uno en uno, de dos en dos o hasta en lotes de a cuatro?.
La opinión generalizada es que si. Que se podía hacer y se hizo. Y que nadie ha pagado por ello. No se puede devolver la vida a los asesinados por el terror del estado, ni curar las heridas de los torturados así como sus secuelas. No, no puede hacerse.
Pero si se debe abordar de forma política el enfrentamiento, la diferencia entre el estado opresor español y el pueblo vasco al que tratan de cortar su opción de independencia. Hay otro camino, es el que proponen distintos valedores internacionales y se basa en el inicio de acciones encaminadas al reconocimiento del daño causado por la violencia de respuesta de la misma forma que Felipe Gonzalez Marquez ‑al que señalan los media españoles como la X de los GAL- y otros muchos como él deben comenzar a aclarar tantos y tantos crímenes tan clamorosos como dolorosos.
De la catadura moral de los asesinos por cuenta del estado es una muestra el hecho de que el inefable José Amedo Fouce ha sido acusado de violencia de género en la persona de su actual compañera, un hecho que a nadie sorprende.
A Bryan Currin y a la sociedad vasca corresponde emplazar al estado para ponerlo ante su responsabilidad en aquello que le toca, en el marco de un proceso así nadie podrá sentir alegria por el sufrimiento de aquellos a quienes ha combatido ya que un proceso político civil ha de realizarse sobre la base de la más elemental empatía para con quienes en el marco del combate han padecido sus expresiones más extremas.
Que sigan los media españoles y los políticos de la caverna unionista alborotados por la llegada de los notarios internacionales a fiscalizar sus fechorías, tienen razón para preocuparse.
A cada cual nos corresponde superar nuestra cuota de animadversión hacia quienes nos hemos enfrentado, a la caverna española también hay que exigirle el cese de sus campañas, insultos y amenazas.
Sean bien venidos, sean bien hallados quienes llegan a señalar nuestras responsabilidades en tanto parte de un bando en un conflicto para indicar a los de la otra orilla que no existe rendición alguna por parte de nadie ni de nada, se abre una puerta a la esperanza y a la libertad que ni los mercenarios ni los señoritos de la derecha la lograrán cerrar.
Y espabílese el PNV que con las declaraciones diarias de Urkullu y Ortuzar acerca de la situación política vasca más parece el muchacho que lleva la palangana al señorito en sus noches locas que un actor político responsable de la vida política de Euskal Herria en el momento en que la opción de la superación de la violencia política tras cincuenta y cuatro años de lucha armada es posible, tal vez se deba a que el PNV es uno de los actores que no busca ni quiere la paz, téngalo en cuenta señor Currin.