La discreción y una leve sonrisa de complicidad y esperanza, resaltan en el rostro de los paseantes con los que me cruzo, mientras camino por las calles de la impoluta villa de Usúrbil (Gipuzkoa), en la que su alcalde Xavier Mikel Errekondo (EAE-ANV), que fuera uno de los jugadores más galardonados en el balonmano internacional, continua siendo un obligado referente como gestor eficaz, capaz de mostrar una más que honesta transparencia en las cuentas municipales, impulsor de todo tipo de actividades culturales, defensor de un medio ambiente envidiable en la villa (la limpieza es impresionante y la basura se recoge hasta en seis tipos de envases diferentes) y mecenas imprescindible, al frente de su jovencísimo equipo de gobierno, para el desarrollo del deporte y la música en todas sus manifestaciones.
Esa delicada sonrisa de ilusión en las gentes del entorno nacionalista, contrasta con el rictus de venganza y odio que destila buena parte de la militancia del PPSOE, comprobado no solo por las manifestaciones de los líderes nacionales o estatales de sus dos corrientes internas (Franquista y Felipista), sino en buena parte de los editoriales de la prensa neo liberal, donde los periodistas no abandonan la idea (impuesta por órdenes de la Zarzuela) de echar leña al fuego de la represalia en sesión continua, el silencio ante la tortura y la exigencia de una expiación sin un gramo de generosidad, de cara a la próxima finalización del conflicto político que lacera al País Vasco desde hace más de 50 años.
En cientos de pueblos, decenas de ciudades, no se habla de otra cosa que de las recientes declaraciones de Arnaldo Otegi a un diario norteamericano, de las que se desprende la posibilidad de que ETA anuncie el final de sus acciones, abandone la violencia, mostrando su conformidad con la mediación internacional en la solución del conflicto vasco y asuma el desarrollo de las vías políticas como único camino para defender sus objetivos. La patata caliente está en el tejado del gobierno español, pero nadie quiere quemarse los dedos.
Que nadie me tache de ingenuo o cursi, soñador o fustigador de demócratas-de-toda-la-vida (si Rodolfo Ares, Alfredo Rubalcaba o Patxi López lo son, la Catedral de Burgos es de estilo churrigueresco) porque algo huele a fresco en Euskalherría, sobre todo desde que el diario económico más influyente de los USA, The Wall Street Journal, decidiera entrevistar al citado máximo representante político de la izquierda abertzale (hoy todavía encarcelado en Logroño por esos demócratas a lo Juan Carlos de Borbón), decisión que no tuvo más remedio que aceptar el ministro del Interior, aunque refunfuñara como un niño sin regalo de los Reyes Magos, dada la capacidad de mando que tienen las autoridades políticas y mediáticas yanquis sobre todos los miembros el gobierno español. Me figuro que a más de un director de periódico le habrá cabreado, por aquello del ninguneo profesional, no poder hacer lo propio con Arnaldo Otegi para una entrevista en cualquiera de los diarios nacionales o de ámbito estatal.
La esperanza de un nuevo escenario, donde la excarcelación de presos figura como una de las primeras medidas a estudiar con absoluta seriedad, inunda las calles de Usúrbil, Hernani, Zarautz, Orio, y hasta entre los miles de aficionados al fútbol que hoy animan a los equipos nacionales de Venezuela y Euskadi, en un partido que se juega en San Mamés. Nadie escapa al anhelo de esa paz que traerá el 2011, si es que no comienzan a sonar los sables, las mentiras y diatribas de políticos (es un eufemismo) como Antonio Basagoiti y sus Palanganeros (representantes de la ultraderecha más mezquina y rastrera de cuantas azotan Europa), íntimo amigo del pistolero falangista Gonzalo de la Peña Gumuzio (candidato en las listas del PP para el ayuntamiento de Gorliz), y de su hermana Cristina (también elegida por el mismo partido como candidata en el de Balmaseda), como de decenas de radicales franquistas, todos ellos provistos de armas, que entrenaban en un monte cercano a La Salve, con el conocimiento del CNI (Centro Nacional de Inteligencia) en Madrid. Al respecto, aconsejo al lector que se dé una vuelta por Youtube y vea el documento titulado Pistoleros falangistas conectados con Basagoiti (PP) y la Guardia Civil en Hego Euskal Herria. Un video bien montado, contrastado y veraz hasta la última imagen.
El año que termina debe ser el de la puerta hacia la paz definitiva. No hay más salida para la convivencia y la democracia verdadera que el diálogo, la generosidad, el destierro del odio, la venganza y el terrorismo de estado. Todos los ciudadanos de buena voluntad confían en ello. Zapatero tiene la oportunidad más dorada de demostrar que, aunque solo fuera en esta ocasión, la inteligencia y el talante político, no la cobardía y la mediocridad, deben estar presentes en su mesa de trabajo. Hago votos por ello.